Entre los departamentos de Santander y Norte de Santander se encuentra un imponente ecosistema con una inmensa variedad de vegetación y animales que viven en más de 98.000 hectáreas, el páramo de Santurbán.
“Santurbán es sinónimo de agua , es sinónimo de vida, tiene una gran riqueza en biodiversidad”, expresó Erwing Rodríguez, ambientalista.
Por siglos, este territorio ha sido fuente de agua para las comunidades ubicadas en la región oriente del país.
“Es la fábrica de agua del gran Santander, es decir, de Santander y Norte de Santander”.
Pero otra riqueza también tiene Santurbán, el oro, hecho que lo ha convertido en la mira de multinacionales que buscan la explotación minera y motivo de grandes movilizaciones de ambientalistas que rechazan la intervención del ecosistema.
“Nosotros los de estas comunidades somos los que luchamos por mantener estos ecosistemas, esta fuente de vida, porque allí son millones y millones de agua que producen a diario”, resaltó Oscar Ruíz, habitante del municipio de Tona.
Y es que, por su gran belleza, hay quienes buscan sacar provecho, la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, CDMB, realiza constantes operativos de control para evitar la intervención de esta zona de protección.
“Encontramos en el corregimiento de Berlín, municipio de Tona, que estaba construyendo un complejo de cabañas, 20 procesos constructivos activo en ese sector, en zona de protección del páramo de Santurbán”, informó Diego Barajas, coordinador del Grupo Élite Ambiental de la CDMB.
Actualmente, esta pendiente que el Gobierno Nacional defina una nueva delimitación del páramo de Santurbán que protegerá este inmenso ecosistema.
Comunidades ubicadas en la provincia de Soto Norte aseguran que ha habido negligencia y violación de los derechos humanos por parte del Estado en la delimitación del páramo, por lo que llevarán el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.