Hubo una época en la que una mujer decidía en Colombia los artistas que irían colgados en los museos o en las exposiciones. una mujer que era la voz y el dictamen del arte en Colombia. una sola mujer que entendió un país a través de sus imágenes y que lo criticó, lo ensalzó. Ella es Marta Traba.
El famoso Septeto en Mi bemol, op.20,para vientos y cuerdas de Beethoven, maravilloso modelo del estilo galante del siglo XVIII, es uno de los más finos “divertimentos” de la época. Es una obra de juventud escrita sin otro propósito diferente del de agradar a quienes lo escuchan.
Este libro, publicado en 2018 por el escritor español Manuel Vilas bajo el sello Alfaguara, se convirtió rápidamente en un éxito editorial. Pero, más allá de los reconocimientos que ha tenido, es importante porque Vilas logra aterrizar y explicar la experiencia de la muerte y de la ausencia con una prosa hermosa, poética y profunda.
Ludwig van Beethoven compuso durante su vida una ópera solamente: “Fidelio”. Beethoven amaba las temáticas idealistas y heroicas y la mayoría de los textos carecían de significancia y fuerza expresiva, por lo que no sorprende en nada, que la tragedia “Egmont” de Johann Wolfgang Goethe le hay conmovido especialmente.
En tiempos de Beethoven las obras de circunstancia constituían un tipo propio de piezas teatrales escritas para realce de las celebraciones de la nobleza. Cuanto más importante era la ceremonia, tanto más se valoraba el papel de la música que debía de sonar integrada en la acción escénica.
El “Emperador” fue el último concierto para piano de Beethoven. Data principalmente de comienzos de 1809 y se vio seguido de cerca por la finalización de otra obra que aunaba piano y orquesta, la Fantasía Cora