Proponen mecanismo para que empresas con líos como Air-e compren energía a largo plazo

En medio de las dificultades financieras del sector eléctrico en el país, la Bolsa Mercantil de Colombia le está proponiendo al Gobierno nacional un mecanismo para crear un mercado anónimo de contratos de energía a largo plazo, es decir, con precios fijos por 1 año e, incluso, hasta por 10 años.La principal ventaja del esquema, según sus creadores, es que se evitaría la discriminación para empresas con líos financieros y todas tendrían la posibilidad de comprar energía en las mismas condiciones porque hoy la compra y venta de energía no es un negocio anónimo sino un negocio cara a cara.Un ejemplo de la discriminación del mercado es lo que pasa con Air-e. Antes de la intervención Air-e, que ya venía teniendo problemas para pagar sus cuentas a tiempo, lanzó 9 convocatorias de compra de energía, pero apenas pudo comprar un 2.2 % lo que buscaba. Como resultado tuvo que comprar más energía en el mercado de la bolsa diaria lo que lo que ha implicado un gasto adicional para la compañía y para sus usuarios."Es que nuestro mecanismo resuelve la problemática de fondo y es darle energía a los distribuidores a precios estables, a precios bajos, para que ellos, a su vez, puedan transferir esos mismos precios al usuario final, sin necesidad de estar expuestos a esas variaciones en los precios de la bolsa de energía. Así es que funciona el mercado y ese es el gran aporte que nosotros hacemos a la estabilización y mejora de los precios del usuario final", aseguró Wilman Garzón, vicepresidente de mercados energéticos de la Bolsa Mercantil de Colombia.El mecanismo convertiría los mercados a largo plazo en algo muy similar al mercado de compra y venta de dólares en el mercado. Se convertiría en una transacción financiera, con garantías financieras y completamente anónimo.La propuesta está sobre la mesa desde el 2019, pero aún hace falta que la Creg emita una resolución que permita su funcionamiento en aquellas empresas que atienden directamente a los hogares.Si el mecanismo se aprueba las compañías, si quisieran, también podrían seguir comprando y vendiendo energía cara a cara, como lo hacen hoy.