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El síndrome de la hermana mayor, ¿cómo evitarlo?

El síndrome de la hermana mayor es un fenómeno psicológico que se manifiesta a través de una sobrecarga de responsabilidad.

Niña cuidando a su hermana.
Niña cuidando a su hermana.
Foto: Unsplash

Asumir responsabilidades de adultos siendo niños puede parecer admirable, pero sin darse cuenta deja cicatrices emocionales profundas. Así lo explicó la psicoterapeuta y profesora de la Universidad de La Rioja, Paola Sarmiento, durante una entrevista para Blu Radio sobre el llamado "síndrome de la hermana mayor".

Este síndrome describe un patrón repetido: niños que crecen con el mandato implícito de cuidar a sus hermanos, ser el ejemplo, asumir tareas del hogar y muchas veces, contener emocionalmente a padres ausentes o inestables.

“Es una sobrecarga que no corresponde ni por edad ni por etapa del ciclo vital”, afirmó Sarmiento.

¿Qué tan buena es la autoexigencia?


La especialista explicó que estos niños desarrollan un alto sentido de responsabilidad y madurez emocional aparente, pero también una fuerte autoexigencia, supresión emocional, dificultad para poner límites y una constante necesidad de cuidar a otros, incluso en sus relaciones adultas.

Es como si llevaran una mochila invisible, donde cada problema familiar pone una piedra más. A medida que crecen, el peso emocional se convierte en una carga crónica que limita su espontaneidad, su identidad y su bienestar
expresó

Según Sarmiento, factores como la ausencia de figuras adultas estables, crisis familiares o la presencia de muchos hermanos con una distribución desigual de roles, intensifican este síndrome. No obstante los juegos de roles con muñecas no son dañinos por sí mismos: “Lo problemático surge cuando se sustituye el juego por una responsabilidad impuesta”.

Consecuencias de que los niños se salten etapas

En la adultez las consecuencias pueden incluir ansiedad, tristeza encubierta, relaciones desequilibradas y agotamiento emocional.

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“La clave para sanar es reconocer el patrón, no juzgarlo, y permitir el autocuidado. También es responsabilidad de los padres evitar imponer cargas que no corresponden, permitir la expresión emocional de sus hijos y acompañarlos sin forzar roles adultos”.

La experta propuso un cambio en el diálogo familiar para combatir este síndrome, con practicas como reemplazar juicios por preguntas que promuevan el autoconocimiento y la reflexión.

Si el entorno valida ese rol como heroico, muchas personas no se dan cuenta de que están atrapadas en un patrón de sacrificio perpetuo
concluyó

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Escuche la entrevista completa aquí: