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¿Es posible que el egoísmo sea bueno? Christian Marquina lo explica
¿Pensar en uno mismo es realmente egoísta? En entrevista con En Blue Jeans, el conferencista Christian Marquina plantea una visión distinta del egoísmo, defendiendo su valor emocional.
Durante años, el egoísmo ha sido señalado como un defecto moral, sin matices. Pensar en uno mismo se asocia frecuentemente con la indiferencia hacia los demás. Sin embargo, el conferencista y estratega mental en alto rendimiento, Christian Marquina, propone una mirada distinta: existe un egoísmo sano, necesario y, en muchos casos, liberador.
Invitado especial del programa “En Blue Jeans”, Marquina habló desde Puebla, México, sobre la importancia de conocerse a sí mismo para lograr el equilibrio entre pensar en el bienestar personal sin descuidar a los otros.
“El egoísmo no es malo por sí solo. El problema aparece cuando se desequilibra”, explicó. “Si yo no estoy bien, ¿cómo puedo ser mi mejor versión para ti? Siempre tengo que pensar primero en mí”.
Para abordar el tema, Marquina parte de una base psicológica: la comprensión del temperamento, el carácter y la personalidad. “El ego se forma entre el temperamento biológico y genético y el carácter, que se moldea en la infancia”, comentó. Según él, identificar estas dimensiones permite entender por qué se reacciona de cierta forma y cómo se maneja el ego.
Persona egoísta
Foto: mundopsicologos.com
El especialista también hizo énfasis en las diferencias culturales, señalando que en Latinoamérica existe una presión constante por anteponer las necesidades del otro, lo cual muchas veces se traduce en culpa al priorizarse. “Nos enseñaron a ceder, a poner la otra mejilla. Pero si no nos ayudamos primero, no podemos ayudar a nadie más”.
Frente a la idea de que pensar en uno mismo es egoísmo negativo, Marquina propuso redefinir el término desde el equilibrio y la autenticidad. “No se trata de ser indiferente, sino de no olvidar las propias necesidades. El egoísmo tóxico es pensar solo en mí. El sano es pensar primero en mí para poder pensar bien en los demás”.
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Consultado sobre cómo practicar ese “egoísmo bueno”, Marquina recomendó el autoconocimiento como punto de partida. “No puedes liderar una familia, una empresa o una relación si no puedes liderarte a ti mismo”, afirmó.
Añadió que identificar el propio temperamento ya sea racional, motriz o emocional permite establecer límites sanos, decir “no” cuando es necesario, y evitar caer en la manipulación emocional. “El liderazgo comienza con el autoliderazgo”, concluyó. “Si no sé quién soy, no puedo ser congruente, ni mucho menos coherente. Y sin eso, lo único que se lidera es el caos interno”.