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La decisión de la Corte Suprema de desconocer un fallo de tutela firmado, entre otros, por los magistrados de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura Pedro Alonso Sanabria y Julia Emma Garzón, abre la puerta para que sean revisados otros fallos proferidos por el tribunal.
Así lo argumentan los analistas que dicen primero que el fallo que ordenaba el levantamiento de las medidas cautelares en contra de los bienes de Miguel Ángel Mejía Múnera fue descocido por la Corte y no se cumplirá porque para el tribunal no es una sentencia al ser firmado por unos “exmagistrados”.
El tema quedó en un limbo porque hoy prácticamente no hay Consejo Superior de la Judicatura por dos razones: la primera porque no se ha elegido la Comisión de Disciplina, que hasta ahora se va a integrar, y el Consejo Superior de la Judicatura que actualmente existe, pues, según lo que dice la Sala Penal de la Corte, no tiene legitimidad, no solo porque los dos magistrados que estaban ya se les venció el periodo de ocho años, sino porque, además, ellos fueron los que a mutuo propio eligieron a los demás compañeros. Pues si no tienen la facultad para dictar sentencias, mucho menos para nombrar a los compañeros
También argumentó que se podrían entrar a revisar todas las decisiones que hayan sido tomadas por esa Sala Disciplinaria. “Un abogado que, por ejemplo, haya sido sancionado o un juez que haya sido destituido, pues van a poder demandar y decir que quien los destituyó no tenía la competencia para hacerlo ni los que lo nombraron (…) porque si no podían seguir mucho menos nombrar”, dijo.
Por su parte, el abogado Francisco Bernate sostuvo que la Corte Suprema deja claro que el Consejo Superior puede seguir funcionando con los restantes cuatro magistrados, pero que lo que se debe hacer es escoger nuevos magistrados o designar conjueces para poder fallar.
“Aquellas decisiones que haya tomado el Consejo de la Judicatura desde el año 2016, donde uno de estos dos magistrados hubiera sido el ponente, automáticamente ha perdido su vigencia porque el magistrado ponente no sería magistrado; en segundo lugar, en decisiones en las que estos dos magistrados formaron parte de la mayoría de la corporación que tomó la decisión se cayeron igualmente. Los únicos que se mantendrían en firme serían aquellos fallos en los que se tuvieron cuatro votos con los restantes magistrados y aquellos fallos en los que estos magistrados no oficiaron como ponentes”, dijo Bernate.
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