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Mediante una operación encubierta, entre Policía y Fiscalía, se logró la desarticulación de una red de venta ilegal de fauna protegida: vía WhatsApp, los criminales compartían un ‘catálogo’ de animalitos como tigrillos, ocelotes, venados, búhos, serpientes, tortugas, guacamayas, micos, babillas y una amplia variedad de aves y reptiles exóticos, todos protegidos por la Ley y varios de ellos en peligro de extinción.
Las autoridades lograron infiltrarse en grupos de chat cerrados llamados ‘Faunatic’ y ‘exotic Colombia’, en donde se comerciaba y cerraban las transacciones. Además, dicen las autoridades, como parte del maltrato y la crueldad, los animalitos eran enviados en encomienda común o con personas que se movilizaban en transporte público.
El trabajo investigativo permitió dibujar la estructura de este cruel delito: los vendedores contaban con una red de contacto, de cazadores furtivos en zonas boscosas de Bolívar, Cesar, Córdoba, Magdalena y Sucre, que ‘preparaban’ a los animales encargados: les cortaban las alas a las aves, amordazaban y amarraban a mamíferos y reptiles.
La Fiscalía logró capturar a cuatro de los 12 bandidos que conformaban la red de venta ilegal de fauna vía WhatsApp, en donde se comerciaban monos tití, en vía de extinción, por $900.000; una babilla en $100.000; una guacamaya en $700.000 o un tigrillo en $1.300.000.
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