BLU Radio regresó a Mocoa para recorrer sus calles y hablar con algunos de los más de 1.000 afectados que en la noche del 31 marzo perdieron sus casas, negocios y lo más doloroso, a sus seres queridos.
Wilson Armando Helpud Narváez muestra una sonrisa en medio del dolor de recordar la pérdida de su hijo Wilson de 21 años y su nieta de apenas un año.
Acaba de recibir de parte de la Cruz Roja una ayuda para su negocio: un congelador y una mesa de acero inoxidable para conservar los pollos que despluman en su criadero.
Vea aquí: Envían a la cárcel a defensora del Pueblo de Mocoa
Publicidad
Hace un año la avalancha que corrió por el río Sangoyaco se llevó la mitad de su familia y acabó con su negocio de criar pollos de venta masiva. Aunque la avalancha no afectó el criadero, si cobró la vida de sus clientes y productores, además enfermó a sus animales.
“Cuando la Cruz Roja evaluó mi caso se dio cuenta de que era esforzado y necesitaba el dinero. Me dieron una plata que aproveché al máximo. Este año ha sido muy duro, hemos remado contra la corriente. Es difícil ir a trabajar porque mi hijo Wilson Aldair Helpud me ayudaba en el negocio y es fuerte sentir que ya no está”, aseguró el hombre.
Publicidad
Aunque va feliz a mostrarle la nueva ayuda a su esposa, don Wilson asegura que la reconstrucción de Mocoa se quedó en emociones y avanza a paso de tortuga, lo cual agrava el dolor en sus corazones.