Les cambiaron la jugada a quienes tienen perros: nueva norma impondría fuertes restricciones
La nueva ley busca proteger a los animales, por lo que establece exigencias estrictas para propietarios, empresas de cuidado y otros responsables.
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Un gran paso dio recientemente el Congreso de Colombia con la aprobación de la Ley Kiara, con lo que se busca asegurar el bienestar de las mascotas. La nueva norma, impulsada desde la Cámara de Representantes gracias a Horacio Berrío y Jorge Méndez, establece reglas para los establecimientos que ofrecen servicios como guarderías, adiestramiento, peluquerías, spas y transporte especializado.
Si bien la ley nace con el objetivo de proteger a los animales, también propone exigencias claras para aquellos que se dedican a este tipo de actividades.
Entre los cambios más relevantes está que todo servicio debe ser formalizado por medio de contratos entre el proveedor y el usuario, lo que obliga a las dos partes a asumir responsabilidades y protocolos específicos.
Establecimientos deberán cumplir normas de la Ley Kiara o serán sancionados
Con la llegada de la Ley Kiara, no solamente se exponen condiciones, sino también sanciones para aquellos que no las cumplan. Por lo tanto, se prevé que las consecuencias sean las siguientes:
Por su parte, las entidades que ignoren los protocolos en casos especiales, como lo es la pérdida o muerte de la mascota bajo su custodia, también tendrán sanciones. La norma contempla procedimientos para garantizar la trazabilidad y transparencia en estas situaciones.
En lo que respecta al transporte de mascotas, la Ley Kiara prohíbe tajantemente el uso de jaulas que limiten el movimiento o incomoden a la mascota. El traslado debe contar con todas las garantías de seguridad, higiene y comodidad para el peludo.
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Así mismo, se exige que todos los lugares de atención cuenten con la infraestructura adecuada, videovigilancia, personal calificado y protocolos para el manejo según la especie. Además, se puede incentivar el mantener lugares seguros de pH en ambientes específicos, de acuerdo con las características fisiológicas.
Esto significa que los establecimientos deberán invertir en adecuaciones, entrenamientos y tecnología para no arriesgar sanciones. Y aunque algunos podrían ver esto como una carga, en realidad representa un avance hacia la profesionalización del sector y una protección real para los animales.
Los grandes beneficiados con esta ley son, sin duda, los animales y sus familias humanas, quienes podrán contar con entornos más seguros. Pero también los usuarios deberán asumir su parte de responsabilidad, ya que al formalizar los servicios, aceptan compromisos claros sobre el cuidado y seguimiento de sus mascotas.