Al conocer su nuevo mundo, Mónika Satizábal decidió hacer sus clases de zumba, pero ahora para personas ciegas. Fue todo reto, estudió más de 8 meses y tuvo que hacerlo empíricamente pues no hay estudios en esta área.Ensayó, se vendó los ojos y adaptó coreografías con canciones latinas y colombianas solo para ellos.
Decidió acercarse al Instituto Nacional para Ciegos y anunciar sus clases allí. Llegaron todo tipo de historias y con ellas, un cambio, sentirse libres.
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Desde eso, ya ha pasado un año y medio. Actualmente tiene 35 alumnos de los 18 a los 65 años que hacen presentaciones en colegios, teatros y todo tipo de eventos.
Nos contó que hace poco dio sus clases en compañía de niños de 7 años que acompañaron a sus estudiantes: "fue una gran experiencia ver cómo interactuaban con ellos. Hacerles preguntas de lo que se les ocurre a los niños. Entonces de pronto les decían: ¿Ustedes cómo hacen para vestirse? ¿Cómo hacen para andar en el TransMilenio? ¿Ustedes cómo sueñan? Una cantidad de preguntas que fue muy lindo tanto para mis alumnos como para esos niños. No querían que nos fuéramos".
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Para Mónika es importante la inclusión de las personas con cualquier discapacidad en la sociedad, pues "al no conocerse sus historias, su panorama de vida es muy difícil que entiendan cómo viven ellos. Son hábiles para muchas cosas que ni siquiera nos imaginamos."
Es licenciada en preescolar e instructora calificada de Zumba y asegura que estas prácticas elevan la autoestima de sus alumnos, además, mejoran su motricidad, su sentido de orientación y, también, socializan y se divierten.
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La labor de Mónika nunca para. Estudia cada día más para perfeccionar sus adaptaciones y darle un giro a la vida de sus estudiantes y de quienes conocen su talento.
Para esta época preparan una edición especial con música decembrina con canciones como "Loquito por ti", "Cariñito" y "El Cuchicheo."