Nohemí, niña campesina esclavizada y violentada en la ciudad que logra justicia

en el municipio de Anzoátegui (Tolima)-, pidiera al Gobierno justicia, reparación y la búsqueda de sus progenitores, la Corte Constitucional le dio la razón y ordenó al capitán Vitaliano Sánchez y a la señora Eunice Beltrán indemnizarla.

Por su parte, Mónica Sánchez Beltrán, hija del capitán (r) de Fragata, Vitaliano Sánchez Castañeda y Eunice Beltrán, se atrevió a denunciar y a contar la triste historia de la niña que hoy tiene 57 años.

Mónica aseguró que sus padres maltrataron física y sicológicamente a esa campesina que llegó a su casa desde muy pequeña (5 años) para ser obligada a trabajar como una servidora doméstica.

“Noemí fue la niña que demandó a mis padres por maltrato. Mi padre la llevó primero a la casa de mi abuela y luego empezó a trabajar en mi casa. Ella era una esclavita, no le pagaban y hacía todo el oficio”, contó la mujer de 52 años.

Sánchez decidió contar la historia de Nohemí-nombre que le dieron en su familia- porque ella también sufrió con todo lo que vivió su hermanita, pues así la considera desde que tiene memoria.

“Ella era muy maltratada por mi madre. Le daba con todo, con cables eléctricos, con chancleta. A nosotros no nos pegaba pero verlo era casi el mismo maltrato. No nos golpearon pero nos mostraron de qué eran capaces”, aseguró Mónica.

“Ella se tortura mucho la cabeza tratando de recordar de dónde venía antes de llegar a la casa de mi abuela”, contó Mónica al asegurar que Nohemí se escapó cuando tenía aproximadamente 16 años, pero que años después volvió a esa familia que la hizo tan infeliz porque no tenía donde ir.

Mónica Sánchez, por último, aseguró que años después se enteró que su padre, quien fue miembro de la Armada de la República de Colombia, abusó sexualmente de Nohemí en varias ocasiones.

El 27 de diciembre de 2011, Mónica-quien actualmente reside en Canadá- reveló su denuncia a través de su blog navegandita.blogspot.ca con una carta dirigida a sus padres en la que manifestó que no podía seguir guardando silencio sobre aquel asunto que “destrozó su vida”. (Lea aquí la carta).

Redacción Blu