La gobernadora del Meta, Rafaela Cortés, habló sobre la severa crisis de inundaciones que afecta a Villavicencio y a 16 municipios de la región, destacando que llevan casi cinco meses lidiando con este desastre.
Cortés mencionó que los ríos Guayuriba, Guatiquia y Ocoa han sido los más afectados, provocando desbordamientos que han arrasado con cientos de hogares y pertenencias.
"Ayer nos enfrentamos a 18 puntos críticos en Villavicencio, con puentes caídos y pérdidas significativas," afirmó Cortés, quien resaltó que la situación ha sido especialmente complicada con la población que se resiste a abandonar sus casas, arriesgando su vida ante la inminente amenaza de más lluvias.
La gobernadora destacó los esfuerzos realizados en el departamento, incluyendo la implementación de albergues para las familias desalojadas y la provisión de recursos básicos, como frazadas y colchonetas. Sin embargo, también hizo un llamado urgente al Gobierno nacional para que proporcione asistencia financiera y ayude a mitigar la crisis.
"Nos sentimos muy solos en esta batalla contra la naturaleza. Las ayudas han llegado tarde y son insuficientes. Necesitamos atención inmediata y más recursos para abordar esta crisis que afecta a tantas familias," subrayó.
Las inundaciones han dejado a muchas familias en situaciones precarias, sin acceso a servicios básicos y con productos agrícolas que no pueden ser transportados debido al mal estado de las vías. Se ha conocido que alrededor de 500 familias en el barrio Juan Pablo han perdido todo debido a la crecida de los ríos.
Cortés también habló de la necesidad de una emisión de alertas tempranas más efectivas, señalando que la falta de respuesta oportuna ha empeorado la situación.
"Este invierno ha sido uno de los más crudos que hemos enfrentado. Llovió más en un día que lo que llueve en una semana habitual," explicó.
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