
En el Radar, Raúl Buitrago, gerente de la Corporación Minuto de Dios comentó sobre las acciones realizadas para ayudar en el esfuerzo por las personas desplazadas en el Catatumbo , asegurando que los desplazados reciban no solo asistencia inmediata, sino también el apoyo necesario para reintegrarse a sus vidas y recuperar algo de la normalidad perdida.
La situación en Catatumbo es alarmante, con cerca de ochenta personas asesinadas y miles de niños sin acceso a educación o servicios básicos. La fragmentación de familias y la falta de recursos para subsistir hacen que la responsabilidad social de todos los colombianos sea aún más crucial. En este contexto, la Corporación Minuto de Dios, dirigida por Raúl Buitrago, ha activado un plan de ayuda humanitaria para atender a los miles de afectados.
Raúl Buitrago destacó que, al inicio de la emergencia, se movilizaron rápidamente para activar el plan de ayuda humanitaria. Se enviaron ya dos camiones con asistencia básica, incluyendo: 8.000 prendas de vestir, más de 700 mercados y kits de aseo, y 1,300 pares de zapatos. También se distribuyeron productos esenciales para niños y adultos, mostrando la urgencia de las necesidades de la población desplazada. "Los habitantes del Catatumbo salieron prácticamente con lo que tenían puesto," puntualizó Buitrago, enfatizando la desoladora situación.
La Corporación Minuto de Dios se apoya en donaciones tanto de la comunidad como de entidades, destacando su banco de ropas en Bogotá, que proporciona ropa usada en buen estado a los afectados. Los mercados se adquieren a través de alianzas con el Banco de Alimentos, permitiendo así que las donaciones lleguen efectivamente a quienes lo necesitan. Además, las aerolíneas están colaborando ofreciendo espacio en sus vuelos para el transporte de ayuda. Buitrago solicita la colaboración de los colombianos: "Lo mucho o lo poco, cualquier aporte es bienvenido para hacer frente a esta tragedia."
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Una de las preocupaciones principales sobre la ayuda humanitaria es la logística de entrega. Según Buitrago, la Corporación Minuto de Dios se asegura de que cada donación llegue efectivamente a los necesitados. Desde Bogotá, las donaciones son enviadas a un centro de acopio en Cúcuta , donde se coordina con autoridades locales para su distribución.
En Cúcuta, la Corporación Minuto de Dios ha estado presente durante años, con una regional que facilita la recepción de donaciones. Junto a voluntarios de la Universidad UniMito, se clasifican las ayudas para su distribución. También se menciona una donación de arroz fortificado, vital para proporcionar nutrientes esenciales a las familias afectadas.
Buitrago finalizó con un llamado a la solidaridad de los colombianos y la importancia de pensar en un kit de retorno para las familias desplazadas. Este kit debería incluir alimentos, semillas y otros recursos necesarios para que puedan reactivar su actividad productiva al volver a su hogar. "No olvidemos que debemos pensar en el futuro de nuestras comunidades," concluye Buitrago.
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