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El país no debe temerle a la verdad: es la mejor manera de resarcir las manchas del Ejército

Así como se deben conocer los horrores cometidos por las Farc, las víctimas merecen saber por qué desde el Ejército se emprendió esa sangrienta estrategia.

Ricardo Ospina / Foto: BLU Radio
BLU Radio. Ricardo Ospina / Foto: BLU Radio

La Justicia Especial de Paz reaccionó con vehemencia frente a las afirmaciones de la precandidata presidencial del Centro Democrático María Fernanda Cabal, quien puso en duda la ocurrencia del asesinato de 6.402 personas víctimas de “falsos positivos”, cometidos por integrantes del Ejército.

En un sentido evento realizado ayer en Cali con familiares de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, la magistrada Catalina Díaz, sin mencionar directamente a Cabal, dijo que el asesinato de civiles a manos de militares “no es un invento”.

La magistrada dijo que en el único territorio en el que no hubo ejecuciones extrajudiciales en Colombia fue en el archipiélago de San Andrés. “Que lo reconozcan los que dicen que eso fue mentira. Conocemos los nombres y los apellidos. Conocemos sus historias de vida”, dijo.

Díaz dijo en el evento que el objetivo de la Justicia Especial de Paz es determinar quiénes fueron los máximos responsables del horror cometido por integrantes del Ejército, tras señalar que no fueron hechos aislados, sino sistemáticos, “fueron un patrón”.

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La magistrada explicó que la cifra de 6.402 asesinados víctimas de “falsos positivos” se logró luego de revisar bases de datos oficiales de entidades como la Fiscalía, el Centro de Memoria Histórica y de las organizaciones sociales que han venido representando a las familias de las víctimas, quienes relataron dolorosamente sus historias.

El país no debe temerle a la verdad: así como se deben conocer los horrores cometidos por las Farc, las víctimas merecen saber por qué desde el Ejército emprendieron la sangrienta estrategia del asesinato de civiles para ser presentados como guerrilleros muertos en combate. Esa sería la mejor manera de resarcir una de las manchas más grandes en la historia de las Fuerzas Militares.

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