No la tiene fácil el Gobierno Nacional para el trámite de las seis objeciones a la Ley estatutaria que resultó ser la columna vertebral de la Justicia Especial de Paz (JEP).
Esta semana podría definirse el mecanismo para las votaciones, recordando que la Corte Constitucional le concedió plazo al congreso solo hasta el próximo 20 de junio, fecha del final de la presente legislatura.
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A pesar de que en Senado las cosas no parecen tan tenebrosas para el gobierno como en la Cámara, en donde recibió una estruendosa derrota, no es claro si habrá votación en bloque de los seis reparos presidenciales o si serán sometidos a votación uno a uno.
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A la ponencia negativa, encabezada por los verdes y otros sectores que defienden el acuerdo de paz y a la positiva radicada por el Centro Democrático, se suma una que será presentada esta semana, justamente para que no se haga una sola votación, sino que haya tiempo y posibilidades de discutir por separado las objeciones presidenciales.
Si finalmente se llegara a aprobar esa última posibilidad, entraríamos en un nuevo limbo político y jurídico, porque no hay claridad sobre qué pasaría por ejemplo en la conciliación, toda vez que en Cámara se hundieron las seis objeciones.
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Lo cierto es que hoy las mayorías están a favor de hundir las objeciones, si sumamos los liberales, Cambio Radical, el partido de la U y sectores de centro izquierda como los verdes, los Decentes y el Polo Democrático.
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En la otra orilla están el Centro Democrático, los Conservadores y los cristianos. Hay que decir en todo caso que las mayorías en contra de las objeciones presidenciales no son tan abrumadoras en el Senado de la República.
Y mientras esto sucede en el Senado, Estados Unidos observa qué pasa con la JEP en el Congreso y con casos como el de la extradición de Jesús Santrich, para tomar decisiones sobre si sigue endureciendo su posición frente a Colombia.
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