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Objeciones a Ley estatutaria de JEP, una caja de Pandora: opinión de Ricardo Ospina

Para sectores políticos y jurídicos, el riesgo es que se toquen puntos neurálgicos del acuerdo de paz en materia de justicia.

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Tras las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la JEP, ahora la batalla en torno al eje del proceso de paz se dará principalmente en el terreno político.

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El presidente Iván Duque comenzó una ofensiva internacional para explicarles a la ONU y a otras entidades multilaterales, las razones de dichas objeciones, su alcance y el contenido, pero sobre todo para afirmar que sigue comprometido con la implementación del acuerdo de paz.

En Colombia, el senador Ernesto Macías, presidente del Congreso y perteneciente al ala más radical del uribismo, no descartó que haya modificaciones a la JEP más allá de las objeciones presidenciales y de la reforma constitucional que propuso el presidente Iván Duque.

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Para sectores políticos y jurídicos, el riesgo de abrir esta “caja de Pandora” es que realmente se toquen puntos neurálgicos del acuerdo de paz en materia de justicia.

Las Farc afirman que las objeciones presidenciales son una “incitación a la guerra”, mientras que las víctimas en su mayoría piden que se mantenga la institucionalidad para que la JEP pueda funcionar.

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Y desde las instituciones, las opiniones también están divididas: mientras el Procurador afirma que las objeciones reabren una herida profunda entre los colombianos, el fiscal general apoya al presidente, Estados Unidos respalda las objeciones en particular por sus intereses para que se mantengan las reglas de juego en materia de extradición y la ONU pide que se le dé a la JEP una normatividad clara, sin más dilaciones, que para algunos sectores, solamente tienen detrás cálculos políticos. 

El Gobierno dijo que pretende que este debate se dé con tranquilidad y buscando consensos políticos. La realidad es que por ahora esa posibilidad se ve lejana, pues se revivieron heridas que apenas estaban terminando de sanar.

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