Es muy difícil estar casada con un político: Rosalba Restrepo, esposa de De la Calle
Dice que de llegar a ser la próxima primera dama, se enfocaría en las mujeres y continuaría el enfoque hacia la primera infancia.
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Rosalba Restrepo, la esposa del candidato presidencial Humberto de la Calle, se describe como una mujer trabajadora y familiar.
Es serena al momento de hablar sobre su vida y sus expectativas de llegar, posiblemente, a la Casa de Nariño.
Aunque es economista se ha desempeñado en distintos cargos: fue superintendente de subsidio, ha liderado su propia empresa y ha trabajado en el sector público y privado.
Con el paso de los años nunca se imaginó compartir su vida con un político y, ahora que lleva más de 50 años de matrimonio, reconoce lo complejo que es ese campo.
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"Es muy difícil ser esposa de un político, soportar a los otros. No todo el mundo es igualmente leal, sincero o trabaja con el mismo interés. Cada político hace su mundo y no debería ser así", comenta con cierta indignación.
Sin embargo, defiende los valores de su esposo, a quien considera un hombre honrado e incapaz de mentir para conseguir votos.
"Por eso dicen que no es un buen político, además trata de trabajar con mucho austeridad", dice.
Rosalba es madre de dos mujeres y un hombre, y también es abuela. Con las extensas jornadas de campaña política admite que no hay tiempo de familia o es muy reducido.
"Cuando mi esposo llega se sienta a mirar el chat y a contestar mensajes. Luego se acuesta y se levanta a las 4 de la mañana. Tenaz. Yo he recorrido el país sola, acompañándolo en ocasiones, pero lo he hecho sola con el ánimo de contar quién es él porque estoy convencida de que es el mejor candidato", dice con seguridad.
Y este panorama fue similar cuando De la Calle estuvo en la Habana negociando en acuerdo de paz con las Farc. Recuerda que afortunadamente hablaban en las mañanas, en el almuerzo y en la noche.
Ha estado acompañando a su pareja en los triunfos, como en la Constituyente y la firma del acuerdo de paz, pero también en los momentos de desolación, como cuando ganó el "no" en el Plebiscito.
Y en estos tiempos de jornadas maratónicas destaca el empuje de las personas a quien ha conocido y su empatía.
"Es muy difícil que la gente que tiene recursos apoye a alguien. En cambio, uno encuentra en la gente humilde mucha generosidad", dice emocionada.
Y aunque las encuestas no son favorables para De la Calle, confía en que puede pasar a la segunda vuelta.
Finalmente dijo que, de llegar a ser la próxima primera dama, se enfocaría en las mujeres y continuaría el enfoque hacia la primera infancia.