Luego de comprobar que los dos cóndores hallados muertos a finales de enero en un paraje de la Sierra Nevada fallecieran como consecuencia de consumir carne contaminada con un plaguicida, la Unidad Nacional de Parques Naturales solicitó apoyo de todas las autoridades ambientales para determinar por qué esa sustancia tóxica llegó a lugares tan remotos y de alta sensibilidad ambiental.
El pasado 28 de enero campesinos informaron a la Alcaldía de Ciénaga sobre el avistamiento de dos cóndores muertos en inmediaciones del sitio conocido como La Laguna, donde nacen los ríos Frío y Sevilla, en la Sierra Nevada. Especialistas, con el apoyo de la Fuerza Aérea, lograron rescatar los cuerpos de las dos gigantescas aves y tomar muestras de una mortecina que se hallaba en el lugar.
Los cadáveres de las aves y las demás muestras fueron enviados al laboratorio del Instituto Alexander Von Humboldt en Bogotá donde expertos les realizaron la necropsia a los animales. Con exámenes de laboratorio pudieron constatar que las muertes de los dos cóndores se produjeron por intoxicación, debido a la ingestión de trozos de carne contaminada con carbofurano, ya que estos fueron los únicos elementos extraños hallados dentro del estómago de las aves.
Según un comunicado emitido por la Unidad Nacional de parques naturales, a través del Instituto Colombiano agropecuario, ICA, pudieron corroborar que el carbofurano es uno de los pesticidas de carbonato más tóxicos y desde hace nueve años su uso y comercialización está restringido en el país debido a su alta toxicidad.
Los resultados de las pruebas fueron comunicados y analizados de inmediato por los representantes de los organismos ambientales que tienen injerencia en la Sierra Nevada y por las autoridades de comunidad kogui, debido a que el sitio donde fueron hallados los cóndores, además de ser una zona de reserva natural, está muy cerca de un resguardo indígena.
Anotó la Unidad de Parques en su comunicado que para ellos y las demás autoridades es de mucha preocupación haber encontrado este elemento tan peligroso en el estómago de las aves, ya que en el lugar donde ocurrieron los hechos se evidencian presiones sobre los ecosistemas ambientalmente sensibles, asociados con ganadería, turismo y expediciones sin permisos del Resguardo y la autoridad ambiental.
Informaron que esperan que a partir de las medidas que se tomen, no se vuelvan a presentar hechos similares en la Sierra Nevada de Santa Marta, ni en ninguna área protegida.
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