Basílica de San Pedro reabre sus puertas para los turistas el próximo lunes
Las celebraciones religiosas con público son autorizadas en la célebre basílica.
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La basílica de San Pedro de Roma, cerrada a los turistas durante dos meses a causa del confinamiento, volverá a abrir sus puertas a los visitantes el próximo lunes, anunció este viernes la sala de prensa del Vaticano.
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Siguiendo las directrices emitidas por el gobierno italiano, las celebraciones religiosas con público son autorizadas igualmente en la célebre basílica, aunque no hay programada ninguna por el momento.
La Santa Sede se afana en desinfectar las cuatro basílicas papales de la capital italiana, San Pedro del Vaticano, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros, pues desde la próxima semana en Italia estarán permitidas las misas.
Este viernes un grupo de técnicos, provistos con monos blancos, guantes y mascarillas, se ocuparon de limpiar exhaustivamente el principal templo de la cristiandad, completamente vacío y clausurado desde principios de marzo para evitar aglomeraciones y contagios.
Son imágenes inéditas, la de operarios que limpiar con productos desinfectantes la basílica, rodeados de obras de arte como la Piedad de Miguel Ángel o ante el imponente baldaquino de Bernini.
El vicedirector de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, explicó que el objetivo es "reducir cuantitativamente la carga bactérica y vírica en todas las superficies" para limitar la eventual presencia de coronavirus.
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Pero reconoció que no se puede contar con la eliminación total de los virus, pues eso supondría una "esterilización", como ocurre por ejemplo en los quirófanos.
Para preparar las basílicas, el Vaticano ha optado por utilizar una solución con cloro diluido, una de las opciones recomendadas por las autoridades sanitarias mundiales.
Limpiar un templo como la basílica de San Pedro, decorado con valiosos y milenarios mármoles, supone un reto añadido: "Debemos usar las sustancias adecuadamente pues pueden dañar las superficies preciosas y las obras de arte", refiere Arcangeli.
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La desinfección se centra especialmente en las zonas de mayor tránsito, como el propio pavimento, la sacristía, los altares y las escalinatas.
Un operario, por ejemplo, pulveriza desinfectante en la capilla donde reposa el papa y santo Juan Pablo II, en la nave derecha de la basílica, y donde el papa Francisco oficiará una misa el lunes para celebrar el centenario del nacimiento de Wojtyla.