Tony Silva, sociólogo de la Universidad de Oregón, observó a un grupo de hombres, la mayoría de ellos casados y con hijos, quienes defendían su masculinidad, a pesar de que tenían tendencia a intimar con compañeros del mismo sexo.
Este hecho, según Silva, se puede tomar solo como una preferencia, sin considerar al hombre bisexual, homosexual o mucho menos atentar con su calidad de ‘macho alfa’. Esto porque, de acuerdo al investigador, en esta práctica no se involucran sentimientos, romanticismo, ni muestras de feminidad.