el que viajaba por negarse a bajar para hablar con ellos.
“Se armó una batalla campal impresionante en Manizales, yo iba pasando y al carro en el que yo iba no lo dejaron pasar y me dijeron que tenia que bajarme para hablar en una tarima”, aseguró Asprilla.
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“La gente se molestó conmigo porque a muchos no les presté atención y porque avisé a la Policía de los ataques hacía mi”. “Yo ni siquiera tomo café, estaba de paso, fue pura casualidad y encendieron el carro a piedra”, agregó el exjugador.
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“Habían 500 personas detrás de mi, la camioneta en la íbamos (Toyota Prado), ni siquiera es mía, es de mi amigo que la estrenaba y viajé con él por acompañarlo”, puntualizó.