Aunque Colombia avanza en sus esfuerzos de construcción de paz, la violencia armada sigue afectando de forma grave a las comunidades rurales, étnicas y campesinas. Así lo advierte el Informe Periódico 39 de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP/OEA), presentado ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que analiza la situación del país entre enero y junio de 2025.Durante ese semestre, la Misión realizó 977 despliegues en 161 municipios y 295 comunidades, donde constató crisis humanitarias en regiones como Guaviare, Catatumbo y sur de Bolívar, marcadas por desplazamientos masivos, confinamientos y afectaciones a la salud mental de la población civil. En el informe se advierte, además, que el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes persiste, mientras grupos armados emplean drones, explosivos y ataques indiscriminados, especialmente en zonas con baja presencia estatal.El jefe de la MAPP/OEA, Roberto Menéndez, subrayó que estas dinámicas profundizan la polarización social y la desconfianza institucional, y llamó al Estado colombiano a fortalecer sus capacidades institucionales para garantizar la paz y la seguridad de las comunidades. “Proteger a la población civil no es una medida de contingencia, sino una obligación ética y política de todos los Estados del hemisferio”, enfatizó.El informe también alerta sobre la violencia contra liderazgos sociales y políticos, en especial tras el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, y exhorta a las autoridades a garantizar unas elecciones libres de violencia y de participación segura. La Misión recordó que un proceso electoral transparente y pacífico es una condición esencial para consolidar la paz en Colombia.En cuanto a los avances, el documento resalta el impulso a los diálogos de paz con grupos armados urbanos y rurales, la implementación del Acuerdo Final de 2016, la búsqueda de desaparecidos, la reparación integral a las víctimas y la puesta en marcha del programa RenHacemos, orientado a sustituir cultivos de coca por proyectos productivos. Asimismo, reconoce la aprobación de la Ley 2453 de 2025, que busca prevenir la violencia política contra las mujeres.De cara a 2026, la MAPP/OEA invita a preservar los logros alcanzados y revisar con espíritu crítico los retos pendientes, reforzando la acción institucional para transformar las condiciones que perpetúan la violencia.El trabajo de la Misión cuenta con el apoyo político y financiero de países como Alemania, Canadá, España, Italia, Noruega, Suiza, Reino Unido y Suecia, entre otros, que integran el Fondo Canasta.
La magistrada Catalina Díaz, de la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), informó que el general Huertas será llamado nuevamente a dar versión voluntaria en el marco de la investigación por presuntas ejecuciones extrajudiciales. En una audiencia anterior en Granada, varios militares bajo su mando afirmaron que Huertas conocía e incluso habría dado instrucciones relacionadas con estos hechos.La JEP explicó que esta convocatoria es obligatoria, ya que su jurisdicción es competente para juzgar crímenes cometidos en el marco del conflicto armado, tanto por antiguos miembros del Ejército como de la extinta guerrilla de las Farc. No se requiere ningún acto adicional de suscripción para investigar a Huertas, quien permanece vinculado al proceso.El nombre del general también ha surgido en investigaciones por presuntos vínculos con disidencias de las Farc, específicamente con la estructura de alias Calarcá, según comunicaciones y documentos recopilados por las autoridades. La nueva citación busca esclarecer su responsabilidad en los falsos positivos ocurridos durante su periodo como oficial de operaciones del Batallón de Artillería N.° 4 Jorge Eduardo Sánchez.La fecha exacta para la nueva versión voluntaria aún está en evaluación, y la JEP insiste en que todos los involucrados en crímenes del conflicto deben someterse a esta justicia para garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas.
La situación de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta sigue siendo crítica, según Scott Campbell, representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Durante su visita del 1 al 4 de diciembre, Campbell pudo constatar altos riesgos para los pueblos indígenas Arhuaco, Wiwa, Kankuamo, Kogui, Ette Naka y Wayuu, así como para comunidades afrodescendientes y campesinas.La alerta de derechos humanos en la Sierra Nevada de Santa Marta se debe a la expansión de grupos armados como el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. Sus operativos incrementan la violencia, el desplazamiento forzado y los riesgos para líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos. Estas organizaciones no estatales ejercen control territorial, imponen restricciones a la movilidad y amenazan a quienes defienden derechos humanos, ambientales y colectivos, generando un clima de miedo e inseguridad en toda la región.El representante de la ONU denunció asesinatos recientes y atentados contra defensores de derechos humanos. Entre ellos, la muerte de Elizabeth Mojica, profesora y defensora de mujeres, niñas y niños, el 30 de noviembre, y el atentado contra Misael Socarrás, líder ambiental de la comunidad Wayuu, ocurrido el 12 de diciembre. Campbell instó al Estado a investigar, sancionar a los responsables y reforzar la protección de la población civil.Según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en 2025 se han documentado cuatro masacres y ocho homicidios de defensores en municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena. “La población sufre y teme por su vida ante la acción de grupos armados no estatales y la falta de protección estatal”, indicó Campbell.El representante advirtió sobre las graves violencias contra mujeres indígenas, incluyendo violencia sexual y de género, y urgió la creación de Casas de la Mujer en Cesar, Magdalena y La Guajira, con recursos suficientes para atender a las víctimas. También enfatizó la necesidad de proteger a la niñez del reclutamiento forzado por grupos armados, recordando que se trata de un crimen de guerra.Campbell destacó la labor del programa Futuro Colombia de la Fiscalía General y recomendó su fortalecimiento y expansión a los tres departamentos de la Sierra Nevada. Asimismo, hizo un llamado a respetar los derechos ambientales y territoriales de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y a garantizar la consulta previa, libre e informada.El representante de la ONU reiteró la urgencia de implementar integralmente la Alerta Temprana 020 de la Defensoría del Pueblo, emitida el 2 de diciembre, que identifica factores de riesgo y emite recomendaciones para prevenir violaciones de derechos humanos.Durante su misión, Campbell se reunió con autoridades civiles y militares, líderes ambientales, mujeres indígenas, representantes de consejos comunitarios afrodescendientes y organizaciones de derechos humanos. La misión contó con el acompañamiento de las embajadas de Canadá, Irlanda y Países Bajos.ONU Derechos Humanos reafirma su compromiso de acompañar a las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, documentar violaciones, brindar asesoría técnica y exigir al Estado mayores garantías de protección para la vida y los derechos de estas poblaciones.
A esta hora el presidente Gustavo Petro tiene en sus manos la decisión sobre el futuro de la mesa de negociación de paz entre el Gobierno Nacional y el Clan del Golfo, proceso que atraviesa su momento más crítico tras la reciente inclusión de ese grupo armado en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.El jefe de la delegación gubernamental, Álvaro Jiménez, se encuentra a la espera de una comunicación y una reunión directa con el mandatario para definir si las conversaciones continúan o si se abre un nuevo escenario de revisión frente al impacto jurídico y político que tiene esta designación internacional.Las negociaciones entre el Gobierno y el Clan del Golfo —también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia— se adelantan desde septiembre de 2025 en Doha, Catar, con acompañamiento de representantes internacionales y organismos humanitarios. En el más reciente ciclo, concluido el 5 de diciembre, las partes habían logrado acuerdos preliminares sobre las zonas de ubicación temporal, donde se ubicarían los integrantes de la organización como parte de un eventual proceso de desarme y sometimiento colectivo.Sin embargo, la decisión de Estados Unidos de incluir al Clan del Golfo y a varios de sus líderes en la Lista Clinton, bajo señalamientos de narcotráfico y lavado de activos, ha generado incertidumbre sobre la continuidad del proceso, e incluso podría afectar los alivios jurídicos otorgados a los miembros que actúan como negociadores en el exterior.Actualmente, varios de esos representantes se encuentran en los Emiratos Árabes Unidos, con órdenes de captura suspendidas temporalmente, en virtud del acuerdo humanitario que permitió su participación en los diálogos. Ahora, la Casa de Nariño evalúa los alcances legales y diplomáticos de la medida norteamericana y los efectos que podría tener sobre los compromisos adquiridos en la mesa.La comunidad internacional y los acompañantes del proceso han insistido en la necesidad de mantener abiertos los canales de diálogo, advirtiendo que una ruptura abrupta podría agravar la crisis humanitaria en regiones donde el Clan del Golfo mantiene control territorial.El país está a la expectativa de la decisión que adopte el presidente Petro en las próximas horas, decisión que podría marcar el rumbo del proceso de paz más complejo que enfrenta actualmente su gobierno.
TransMilenio vuelve a ilusionar a los bogotanos con un proyecto que promete transformar la movilidad en el occidente de la ciudad. La troncal de la calle 13, una obra que durante años enfrentó retrasos y tropiezos, finalmente seguirá adelante tras asegurarse la financiación necesaria para su construcción. El anuncio reactiva una de las apuestas más ambiciosas del transporte público en Bogotá en la última década.Se trata de una intervención estratégica que conectará el occidente con el centro de la ciudad y que, además, llegará hasta el límite de la capital con el río Bogotá. La obra, planeada inicialmente durante la administración de Claudia López y retomada por el alcalde Carlos Fernando Galán, apunta no solo a mejorar el transporte público, sino también a renovar el espacio público y transformar la dinámica urbana de este importante corredor vial.La troncal de la Calle 13, un proyecto que revive tras varios intentosEl camino para sacar adelante la troncal no ha sido sencillo. El proyecto fue declarado desierto en tres oportunidades por la falta de oferentes, lo que puso en duda su viabilidad. Sin embargo, en octubre pasado tuvo un nuevo impulso cuando el alcalde Galán anunció la apertura de un proceso de licitación para los tramos 3, 4, 5 y 6.De acuerdo con el mandatario, la nueva calle 13 marcará un punto de quiebre para Bogotá. Según explicó Galán, este corredor cambiará la manera en que la ciudad se relaciona con la entrada de carga, el transporte público y el espacio urbano, consolidándose como una vía estratégica para la movilidad y el desarrollo económico.Uno de los avances clave fue asegurar los recursos para la obra. Gracias a un convenio entre la Nación y el Distrito, firmado en agosto de 2022, ambas partes se comprometieron a realizar aportes anuales hasta 2034. No obstante, como el objetivo es entregar la troncal en 2030, el Distrito gestionó un crédito por 670.000 millones de pesos para garantizar el arranque de las obras.El préstamo fue otorgado por Davivienda y la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), con un desembolso de 335.000 millones de pesos por cada entidad. El crédito tiene un plazo de nueve años, incluidos dos años de gracia, y permitirá avanzar en la construcción sin depender únicamente de los recursos futuros.Qué tendrá la nueva troncal de TransMilenio en la Calle 13La nueva troncal tendrá una longitud aproximada de 11,4 kilómetros, desde Puente Aranda hasta el río Bogotá, e incluirá una intervención urbana de gran escala que contempla:Ocho carriles para tráfico mixto.13 estaciones sencillas y una estación cabecera.22,9 kilómetros de ciclorruta.Más de 510.000 metros cuadrados de espacio público, de los cuales cerca de 200.000 serán zonas verdes.20 puentes peatonales y 10 puentes vehiculares nuevos, incluida una megaestructura de tres niveles en Puente Aranda.Además, la incorporación de flota con tecnologías limpias permitirá reducir cerca de 33.908 toneladas de CO₂ al año, aportando a los objetivos ambientales de la ciudad.
Pensar en vacaciones ya no responde únicamente a la disponibilidad de tiempo o a los precios de temporada. Cada vez más personas organizan sus viajes en función del momento del año, del clima que buscan y de la experiencia que esperan vivir en cada etapa.En ese contexto, Hyatt Inclusive Collection presentó una guía que vincula los meses del año con experiencias de viaje en América Latina y el Caribe. La selección parte de una premisa clara: viajar se ha consolidado como una forma de reconectar y aprovechar mejor el tiempo. Así lo señala el Time Rich Report de Hyatt Inclusive Collection, citado por la compañía, según el cual casi dos tercios de las personas consideran que viajar es tiempo bien invertido.A partir de esa lectura del comportamiento de los viajeros, los expertos del grupo hotelero identificaron 12 destinos —uno por mes— que se ajustan a distintos ritmos, climas y tipos de viaje a lo largo de 2026.Enero: Santa Lucía, Caribe orientalEl inicio del año suele asociarse con pausas y nuevos comienzos. En Santa Lucía, enero coincide con un ritmo más sereno, marcado por paisajes tropicales y bahías resguardadas. Según Hyatt Inclusive Collection, la zona de Marigot Bay se consolida como un punto para viajes enfocados en el bienestar, con entornos naturales y experiencias orientadas a la desconexión.Febrero: Mendoza, ArgentinaEn febrero, el calendario turístico se traslada al Cono Sur. Mendoza aparece como uno de los destinos destacados por su clima templado y su entorno natural, marcado por la Cordillera de los Andes. La región se asocia a viajes tranquilos, con recorridos por bodegas y paisajes de montaña, alineados con la lógica de viajes sin prisas que describe la guía.Marzo: Playa Esmeralda, República DominicanaPara la temporada de primavera, los expertos sitúan la costa norte de República Dominicana como una alternativa menos concurrida. Playa Esmeralda reúne propuestas tanto para viajes familiares como para escapadas de adultos, en una franja costera aún poco desarrollada, según la información presentada por la cadena hotelera.Abril: Punta Cana, República DominicanaAbril marca la transición hacia la primavera caribeña. Hyatt Inclusive Collection resalta Punta Cana no por su perfil masivo, sino por espacios más tranquilos orientados al descanso y al bienestar, con playas amplias y menor flujo turístico en comparación con otros meses del año.Mayo: Valle del Colchagua, ChileFebrero coincide con el verano austral y con la temporada alta de los valles vitivinícolas chilenos. El Valle del Colchagua se posiciona como un destino orientado a viajes de pareja o escapadas tranquilas, con recorridos en viñedos, pueblos rurales y una oferta turística ligada a la gastronomía y el paisaje, de acuerdo con el enfoque de experiencias pausadas que plantea la guía.Junio: Cozumel, MéxicoEl inicio del verano coincide con una mayor búsqueda de experiencias acuáticas. En ese contexto, Cozumel aparece como uno de los destinos destacados por Hyatt Inclusive Collection, especialmente por sus arrecifes de coral y la práctica de buceo y esnórquel en el Caribe mexicano.Julio: Puerto Vallarta, MéxicoPara mitad de año, la costa del Pacífico mexicano entra en temporada alta. Puerto Vallarta se incorpora a la selección como un destino vinculado a viajes multigeneracionales, con acceso a playas, marina y actividades urbanas, según el análisis de los expertos del grupo hotelero.Agosto: Montego Bay, JamaicaAgosto suele asociarse con viajes de descanso prolongado. En el Caribe, Montego Bay se mantiene como un punto relevante por su conectividad aérea y su oferta de playas, alineándose con el perfil de viajes sociales y de reconexión que describen los expertos para este mes.Septiembre: Cartagena, ColombiaDurante septiembre, Cartagena atraviesa una temporada más tranquila en términos turísticos. La guía destaca resorts fuera de la ciudad, que permiten combinar descanso con la cercanía al centro histórico y a la oferta cultural de la capital de Bolívar.Octubre: Cusco, PerúCon el cierre de la temporada alta andina, octubre se presenta como un mes favorable para visitar Cusco. Menor afluencia de turistas y condiciones climáticas estables convierten a la región en una opción adecuada para viajes culturales y de exploración histórica dentro de América Latina.Noviembre: Cabo San Lucas, MéxicoAntes del cierre del año, Los Cabos aparece en la guía como un destino asociado a viajes de adultos y experiencias sociales. Hyatt Inclusive Collection resalta la combinación entre paisaje desértico y marino, así como su oferta turística previa a la temporada navideña.Diciembre: Punta del Este, UruguayEl año concluye en el Cono Sur. Punta del Este se posiciona como uno de los destinos más representativos de la temporada de verano en Sudamérica, con una agenda cultural y turística que se intensifica en diciembre, alineándose con los viajes de cierre de año que describe la guía.
Este miércoles Aníbal Gaviria, Vicky Dávila, Juan Daniel Oviedo, Mauricio Cárdenas, David Luna y Juan Manuel Galán lanzaron la “gran consulta por Colombia”, una alianza que no está cerrada a recibir a otros precandidatos presidenciales.Incluso, la precandidata Vicky Dávila le hizo un llamado a otros precandidatos para que se unan a esta coalición.“Ojalá esta gran consulta por Colombia sea más grande, ojalá venga una unión más grande, una unión más completa y desde aquí les digo: Paloma, Juan Carlos Pinzón, Daniel Palacios, a todos, Enrique Peñalosa, no quiero dejar ningún nombre por fuera, a todos los que estamos de acuerdo con un país diferente y mejor, a todos los invitamos a que vengan a esta gran consulta por Colombia”, aseguró la precandidata Vicky Dávila.Por su parte, el precandidato Juan Manuel Galán se refirió al exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo.“A mí me parece que Sergio Fajardo es una persona respetable, es una persona íntegra, es una persona capaz, pero es una persona que tiene que aprender a hacer equipo, porque a Colombia no lo saca adelante una persona individualmente, lo saca adelante un equipo de gobierno que sea capaz de ejecutar, que sea capaz de materializar soluciones y resultados para lo que la gente hoy está esperando, empezando por la seguridad”, dijo Galán.Es importante recordar que el presidente del Partido Conservador ha dicho que esa colectividad podría considerar la posibilidad de ir a una encuesta y no a una consulta. Además, el expresidente Álvaro Uribe también mencionó la posibilidad de hacer una encuesta.“Y tenga la certeza de que esta es la consulta más importante. Esta es la gran consulta. O sea, a nosotros no nos van a mover a las encuestas. Los de las encuestas, si quieren venir acá, pues las puertas están abiertas con los criterios que acaba de decir Aníbal. Pero los nuestros no son encuestas. Insisto, no son componentes, no son arreglos de los partidos a puerta cerrada. Es usted, el elector, el que va a decidir quién va a gobernar a Colombia”, agregó el precandidato Mauricio Cárdenas.Las decisiones en esta coalición se tomarán por consenso, es decir, que si alguien quiere hacer parte de la alianza, los seis precandidatos tomarán una decisión al respecto y se respetará la decisión de las mayorías.“Hemos recibido comentarios de distintas personas que quisieran participar. Acá las puertas están abiertas a personas como Enrique Peñalosa, Daniel Palacios; han manifestado querer hacerlo”, aseguró el precandidato David Luna.
Lo que debía ser una noche de celebración terminó en caos durante una fiesta de graduación realizada en la madrugada del sábado 13 de diciembre, en Recife, Brasil. El evento, organizado para estudiantes del Colegio Madre de Deus, se vio interrumpido por una confrontación entre padres de familia, alumnos y el personal encargado de la música.De acuerdo con testigos, el conflicto se originó cuando un padre de familia, que se encontraba entre los asistentes y presuntamente bajo los efectos del alcohol, reaccionó con molestia tras la reproducción reiterada de una canción que consideró inapropiada. El hombre subió al escenario y encaró al DJ, exigiéndole que suspendiera la música y detuviera la fiesta.La controversia giró en torno al tema 'Helicóptero', de DJ Guuga y MC Pierre, una canción de género funk cuya letra fue considerada ofensiva por algunos adultos presentes. Según un testigo citado por el medio brasileño g1, el ambiente se tornó tenso luego de que la canción sonara por tercera vez, lo que desató la reacción del padre inconforme.Además del hombre, una mujer también fue grabada reclamando que ese tipo de música no era adecuada para adolescentes. En varios videos difundidos en redes sociales se observa cómo estudiantes vestidos de gala comenzaron a empujarse, mientras algunos padres de familia también se involucraron en los altercados.La institución educativa se pronunció posteriormente y aclaró que no participó en la organización del evento. En un comunicado, el Colegio Madre de Deus indicó que la fiesta fue contratada y coordinada por la productora Super A Formaturas, por lo que las decisiones logísticas y artísticas no estuvieron bajo su responsabilidad.La canción que generó la polémica fue lanzada en 2019 y describe una situación de violencia y amenazas de carácter sexual, razón por la cual ha sido objeto de críticas en distintos contextos. Pese a la controversia, el tema acumula más de 66 millones de reproducciones en Spotify. En 2023, los artistas publicaron una segunda versión titulada 'Helicóptero 2', que también supera los 10 millones de reproducciones en la misma plataforma.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, descartó buscar la nominación presidencial republicana para 2028 si el actual vicepresidente, JD Vance, decide postularse para suceder a Donald Trump."Si JD Vance se presenta a la presidencia, será nuestro candidato y yo seré una de las primeras personas en apoyarlo", afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense en una entrevista concedida a Vanity Fair junto a varios miembros del gabinete de Trump.Rubio, de 54 años, y Vance, de 41, son considerados los principales aspirantes a suceder a Trump, quien en 2028 no podrá buscar la reelección al haber completado los dos mandatos permitidos por la Constitución.Durante la sesión de fotos con Vanity Fair, Vance bromeó con los fotógrafos al ofrecerles 1.000 dólares si lograban hacerlo lucir mejor que Rubio. Aunque durante meses Trump ha insinuado que podría buscar la reelección, el pasado octubre respaldó la idea de que Vance y Rubio integren una candidatura conjunta, sin precisar quién ocuparía la cabeza de la fórmula y quién la vicepresidencia."Creo que, si en algún momento formaran un equipo, serían imparables", señaló. "No creo que nadie se presentara contra nosotros", añadió.En la misma entrevista con Vanity Fair, la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, afirmó que Trump no tiene intención de violar la Enmienda 22, que le impide volver a presentarse, aunque reconoció que "se está divirtiendo" con sus comentarios al respecto.Marco Rubio, hijo de migrantes cubanos, fue un destacado senador republicano entre 2010 y 2025. En 2016 buscó la nominación presidencial de su partido, pero fue derrotado por Trump tras una campaña marcada por duros enfrentamientos verbales entre ambos.De cara a las elecciones de 2024, el nombre de Rubio sonó como posible candidato a vicepresidente, pero Trump se decantó por Vance y, tras asumir el poder, nombró a Rubio secretario de Estado, convirtiéndolo en el primer latino en ocupar ese cargo.Vance, exsenador por Ohio, saltó a la fama en 2016 con la publicación de sus memorias, en las que relata su infancia en una comunidad blanca de clase trabajadora afectada por la desindustrialización y la pobreza. Aunque inicialmente afirmó que nunca apoyaría a Trump, con el tiempo se alineó con el trumpismo.
El Consejo Comunitario de las Comunidades Negras Cerro Teta, en el municipio de Buenos Aires, Cauca, emitió una alerta comunitaria denunciando hostigamientos y detonaciones de artefactos explosivos que se registraron desde las 6:00 de la mañana en la cabecera municipal, en inmediaciones de la Estación de Policía, el Banco Agrario, la Casa de Justicia, la Alcaldía Municipal y viviendas cercanas.Los hechos han generado temor, confinamiento y riesgo para decenas de familias del territorio ancestral, quienes se encuentran atrapadas en medio del fuego cruzado.De acuerdo con la comunidad, esta situación constituye una grave violación a los derechos humanos y étnico-territoriales, pues afecta la integridad física y emocional de las familias, limita su libre circulación y amenaza directamente su permanencia en el territorio. “La vida no es posible sin el territorio”, reiteró el Consejo Comunitario en su pronunciamiento.Ante la gravedad de los hechos, la defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su respaldo a la denuncia de la comunidad y anunció que la entidad ya activó las rutas de verificación, prevención y atención humanitaria en la zona, en articulación con las autoridades locales y organismos internacionales de derechos humanos. Marín enfatizó que la Defensoría está “verificando en terreno y exigiendo respeto por la vida, la dignidad y la autonomía de las comunidades afrodescendientes del norte del Cauca”.La institución hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional, las autoridades departamentales y los organismos de seguridad para que adopten medidas inmediatas que garanticen la protección de la población civil y eviten nuevos hechos de violencia.Esta nueva emergencia se suma al creciente clima de inseguridad que enfrentan los territorios étnicos en el suroccidente del país, donde persisten enfrentamientos entre grupos armados ilegales por el control territorial y las economías ilícitas.
Los habitantes del corregimiento de Pachelly, en la zona rural de Tibú, fueron despertados en la madrugada de este martes por el estruendo de las botas y los gritos de victoria de un grupo de disidentes del frente 33 de las Farc. Los hombres armados ingresaron hasta el centro del caserío, exhibiendo su poderío bélico y lanzando arengas alusivas a la antigua guerrilla.En varios videos grabados y difundidos por los mismos insurgentes, se escucha cómo los hombres reportan a su comandante, alias ‘Richard Suárez’, el cumplimiento de una supuesta misión.“Lo logramos, comandante. Lo prometido es deuda, camarada”, se oye decir a uno de ellos mientras recorren las calles del corregimiento. Las imágenes muestran a los disidentes sentados en las escaleras del parque principal, tomando gaseosa y burlándose del ambiente navideño del pueblo.“Vea, camarada, cómo se ve bonito Pachelly ahora, decorado en las navidades”, dice uno de los guerrilleros con tono sarcástico, en lo que parecería ser un mensaje dirigido al jefe de la estructura Jorge Briceño.Durante la incursión, los hombres mantuvieron comunicación radial con otros grupos ubicados en zonas altas del corregimiento. En esos audios se les escucha ordenar a los llamados “dronistas” —encargados de operar drones con explosivos— permanecer en alerta ante cualquier eventualidad.Según denuncias difundidas por redes sociales, un habitante del corregimiento habría sido asesinado durante la toma, presuntamente por ser colaborador del ELN. Pachelly es una de las zonas más disputadas del Catatumbo entre las disidencias del frente 33 de las Farc y el ELN, que se enfrentan por el control territorial y las rentas ilegales.
El primer paro se registró en febrero de 2025 en el Chocó, con confinamientos y desplazamientos masivos. En mayo, el grupo insurgente volvió a imponer restricciones en el mismo departamento, mientras que en julio declaró un nuevo paro armado de 48 horas. El más reciente, de alcance nacional, fue anunciado para diciembre y se extendió durante 72 horas, afectando la movilidad y la economía en varias regiones del país.Estos hechos se dan en un contexto en el que el ELN ha sostenido al menos cinco intentos de negociación con diferentes gobiernos colombianos, sin lograr consolidar un acuerdo de paz. Los primeros contactos se remontan al mandato de Alfonso López Michelsen en los años 70; luego vinieron los diálogos de Caracas y Tlaxcala (1991-1992) con César Gaviria; los acercamientos exploratorios de los años 2000; las mesas formales de Quito y La Habana (2017-2019) bajo Juan Manuel Santos; y el más reciente proceso, impulsado por Gustavo Petro desde 2022, que se suspendió en enero de 2025.Para Carlos Arturo Velandia, exmiembro del ELN y actual gestor de paz, la constante frustración de los procesos responde a la línea política interna del grupo armado, que hoy privilegia la confrontación sobre el diálogo.“El ELN no tiene hoy por hoy una estrategia de paz, sino más bien una estrategia de confrontación frontal. No considera a este gobierno de izquierda como progresista ni como un aliado, sino como cualquier otro gobierno de la historia republicana. Eso explica su actual comportamiento, incluido el llamado paro armado, que termina afectando a la población civil y los derechos de los ciudadanos”, explicó Velandia.El excombatiente recordó que el ELN ha estado involucrado en procesos de diálogo “desde el gobierno de César Gaviria Trujillo” y que incluso con la actual administración mantuvo conversaciones hasta agosto de 2024, antes de levantarse de la mesa en enero de este año.“El Gobierno ha mantenido su voluntad de diálogo, pero hoy no hay tiempo ni voluntad por parte del ELN para reiniciar un proceso. El Estado debe cumplir su deber constitucional de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos”, concluyó.Con cuatro paros armados solo en 2025 y más de cinco procesos de paz frustrados en su historia, el ELN se mantiene como el último grupo guerrillero de origen político activo en Colombia, aunque cada vez más definido por el control territorial y las rentas ilegales que por su ideario insurgente.
Más de 3.000 personas permanecen confinadas en el sur del país, mientras se reportan ataques, bloqueos y amenazas en 12 departamentos. La Defensoría alertó sobre graves afectaciones a los derechos humanos y pidió a los grupos armados cesar las acciones que ponen en riesgo a la población civil.Desde el 9 de diciembre, los grupos armados ilegales han ejecutado una serie de acciones coordinadas en distintas regiones del país, afectando la movilidad, el transporte, la economía local y la seguridad de miles de colombianos.El paro decretado por las disidencias de Iván Mordisco continúa afectando los municipios de Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo, en Putumayo, donde las comunidades de La Tagua, El Mecaya, Yurilla, Sencella, Umancia y Guaquira permanecen confinadas. Según los reportes de la Defensoría, unas 3.000 personas están bajo restricciones de movimiento. En Caquetá y Amazonas, los bloqueos en los ríos Caquetá, Caguán y Orteguaza mantienen aisladas comunidades indígenas del Consejo Regional del Medio Amazonas (CRIMA).El ELN, por su parte, ha ejecutado acciones armadas en al menos 12 departamentos. En Antioquia, se registraron explosiones, la incineración de un bus y cierres viales en municipios como Valdivia y Salgar. En Arauca, un ataque con tatucos bomba al Batallón de Puerto Jordán dejó daños materiales y obligó a suspender el transporte público.En el Cauca, las autoridades confirmaron cinco acciones violentas, entre ellas la instalación de cilindros explosivos en la vía Panamericana y el despliegue de banderas y grafitis del grupo armado. En Cesar, se reportó la quema de maquinaria amarilla en una zona de reincorporación, y en Chocó, el transporte fluvial y terrestre fue suspendido totalmente.La Guajira, el Magdalena Medio, Nariño y Norte de Santander también han registrado ataques, cierres viales y amenazas a transportadores. En La Lizama (Santander), un ataque con explosivos al peaje dejó una funcionaria herida.La Defensoría del Pueblo reiteró que estos llamados “paros armados” constituyen una grave vulneración de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, al imponer restricciones ilegales a la población civil. El organismo pidió al ELN y a las disidencias de Iván Mordisco abstenerse de continuar con estas acciones y solicitó a las autoridades reforzar la protección en los territorios más afectados.Los “paros armados” del ELN y las disidencias dejan a miles de familias en riesgo y reflejan la persistencia del conflicto en regiones históricamente golpeadas por la violencia. La Defensoría del Pueblo insiste en que la paz no puede construirse desde el miedo ni la intimidación, sino con garantías de vida, libertad y dignidad para la población civil.
El pasado 12 de diciembre, el ELN anunció un paro armado de 72 horas que inició el 14 de diciembre y se extenderá hasta el 17 del mismo mes a las 6:00 a. m., afectando gran parte del territorio nacional. Esta medida, definida por la guerrilla como una protesta contra lo que califica de “plan contrainsurgente” y agresión norteamericana, obliga a la población a restringir su movilidad, suspender actividades comerciales y desalentar el transporte entre regiones.El llamado al paro armado ha generado alarma en distintas zonas del país, incluidas ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta, donde el Frente de Guerra Urbano del ELN emitió advertencias a la ciudadanía y a empresas de transporte para que acaten la orden de cese de actividades.El efecto de este tipo de acciones ha sido ampliamente criticado por la Defensoría del Pueblo, que advierte que los paros armados pueden agravar la limitación de acceso a servicios esenciales, provocar desabastecimiento y profundizar escenarios de violencia y confinamiento forzado para las comunidades civiles.El Gobierno Nacional ha respondido con un despliegue de seguridad reforzado en puntos críticos, mientras las autoridades llaman a la población a no ceder ante la intimidación y a mantener su vida cotidiana dentro de lo posible.Este anuncio se da en un contexto de escalada de la violencia en varias regiones de Colombia durante 2025. Por ejemplo, en la región del Catatumbo, al noreste del país, se han registrado combates entre el ELN y disidencias de las Farc-EP desde enero, que han generado desplazamientos masivos, secuestros y decenas de víctimas mortales.Además, hace pocas semanas se presentaron ataques simultáneos en distintos municipios durante las festividades, con explosivos y acciones que dejaron heridos y muertos, en un contexto en el que distintos grupos armados buscan controlar territorios y economías ilegales.El presidente de Colombia también ha rechazado el paro armado, haciendo un llamado a la calma y exhortando a los ciudadanos a celebrar la temporada navideña sin miedo ante las amenazas de la guerrilla.La Delegación del Gobierno, en el comunicado difundido este lunes, enfatiza que este tipo de medidas no contribuyen al diálogo ni a la tranquilidad de la población, e insiste en la necesidad de gestos de desescalada, como la liberación de personas retenidas por la organización armada, para recuperar la confianza en las conversaciones de paz.
La Defensoría del Pueblo de Colombia rechazó este miércoles el "paro armado" de 22 días en los departamentos del Caquetá (sur) y Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, decretado por un frente del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC.En los paros armados, este grupo armado ilegal suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y ríos; la movilidad de las personas, e incluso ordena el cierre de comercios, además de cometer agresiones y amenazar a todo aquel que no cumpla estas restricciones."Estas amenazas afectan derechos fundamentales, profundizan el miedo en las comunidades e infringen gravemente el Derecho Internacional Humanitario. Nada justifica someter a la población civil con intimidaciones o presiones", dijo la Defensoría del Pueblo en su cuenta de X.Según ese organismo, el "paro armado" lo ordenó el frente Carolina Ramírez en los departamentos de Caquetá y Putumayo entre el 9 y el 30 de diciembre.Ante la situación, la Defensoría dijo que activó sus sistemas de alerta para acompañar a las comunidades y verificar posibles afectaciones.Igualmente instó a las autoridades a garantizar la seguridad y movilidad, con especial atención a niños, niñas, adolescentes, personas mayores y comunidades étnicas."La ciudadanía no puede ser rehén de grupos armados. La dignidad y la vida están por encima de cualquier pretensión de control territorial", concluyó la Defensoría.Control territorialHace una semana Human Rights Watch (HRW) alertó que los grupos armados que operan en el departamento colombiano del Putumayo, fronterizo con Perú y Ecuador, están utilizando las negociaciones de paz con el Gobierno para reforzar su control sobre la población civil y han cometido graves abusos contra comunidades indígenas.Pese a que algunas mesas de diálogo han llegado a acuerdos para destruir armas y sustituir los cultivos de coca, varias disidencias de las extintas FARC, como Comandos de la Frontera y los frentes Raúl Reyes y Carolina Ramírez, siguen estableciendo control territorial y cometiendo abusos contra los habitantes de la zona.Putumayo es un lugar estratégico para la producción y el tráfico de drogas y es el departamento que tiene la segunda mayor producción de coca, solo superado por el departamento vecino de Nariño.Actualmente, dos de los tres grupos armados presentes en Putumayo están en negociaciones de paz con el Gobierno. Por un lado, los Comandos de la Frontera, parte de una coalición conocida como Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), que opera a lo largo de la frontera con Ecuador.Por otro lado, el Frente Raúl Reyes, que forma parte del Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF) y tiene fuerte presencia en el norte de Putumayo, en la frontera con los departamentos de Caquetá y Cauca.Mientras tanto, el Frente Carolina Ramírez, que opera al oriente de Putumayo, estuvo en diálogos de paz con el Gobierno entre noviembre de 2023 y abril de 2024, pero actualmente no forma parte de las negociaciones.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos reveló que 128 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados por grupos armados en Colombia entre enero y noviembre de 2025. Entre las víctimas, 44 eran indígenas y 7 afrodescendientes, una muestra del impacto que esta práctica tiene sobre comunidades rurales históricamente olvidadas.Los principales responsables son las disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las estructuras del Clan del Golfo, que se han expandido territorialmente en departamentos como Meta, Guaviare, Arauca, Cauca, Nariño y el Bajo Cauca antioqueño.Según el informe, estas organizaciones utilizan violencia, amenazas y engaños para captar menores: promesas de dinero, pertenencia o poder, y hasta reclutamiento a través de redes sociales.La ONU advirtió que el fenómeno no solo rompe infancias, sino también destruye el tejido social de pueblos indígenas y afrodescendientes sometidos a control armado. En muchas regiones, los ilegales imponen normas, castigan a la población y reemplazan al Estado, consolidando un dominio que mezcla narcotráfico, extorsión y reclutamiento.El organismo alertó que la expansión de estos grupos refleja la ausencia estatal y el fracaso de las políticas de seguridad. Además, recordó que el reclutamiento de menores es un crimen de guerra que no prescribe y exige una respuesta urgente del Estado colombiano para proteger a la niñez y garantizar justicia.
De acuerdo con la investigación de la JEP, Benito Osorio Villadiego, gerente del Fondo Ganadero de Córdoba durante el periodo analizado, fue quien ejecutó las decisiones de la junta directiva orientadas a transformar el propósito del Fondo: de una entidad de fomento ganadero a un mecanismo de adquisición y control territorial.La junta, integrada por Osorio, Benito Molina Velarde, Luis Gonzalo Gallo Restrepo y Jaime García Exbrayat, aprobó un plan para comprar masivamente predios rurales a precios irrisorios, muy por debajo del valor comercial, bajo el argumento de que se trataba de tierras “baratas” y “sin desarrollo productivo”.En ese proceso, Benito Osorio presentó ante la junta a Sor Teresa Gómez, representante de la familia Castaño Gil, como delegada para coordinar la estrategia de compra de tierras. Gómez —vinculada directamente con el paramilitarismo— se convirtió en la pieza clave que conectó al Fondo con los grupos armados ilegales que desalojaron violentamente a comunidades en Urabá y el Bajo Cauca.La investigación judicial reveló que los directivos del Fondo modificaron la razón social de la entidad, pasando de su función de apoyo a los ganaderos a operar como una empresa de expansión territorial que aprovechaba los desplazamientos masivos provocados por la guerra.El encargado de negociar los predios fue Carmelo Esquivia Guzmán, asesor jurídico del Fondo, quien coordinó la legalización y titulación de terrenos —muchos de ellos baldíos o sin registro formal— a nombre de la entidad. Para ello contó con el apoyo de notarios y funcionarios locales, algunos posteriormente condenados por su participación en estos hechos.Según la JEP, los exdirectivos diseñaron un modelo de negocio basado en la violencia, que se sustentó en el terror generado por masacres, asesinatos y desplazamientos ocurridos desde comienzos de los años noventa. Entre 1996 y 1998, una vez consolidado el control paramilitar en la zona, comenzaron las compras sistemáticas de tierras en la región conocida como Tulapas, que abarca municipios como Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá.En total, la justicia ordinaria ha identificado al menos 105 predios adquiridos irregularmente por el Fondo Ganadero, aunque las medidas cautelares de la JEP y los registros de la Unidad de Restitución de Tierras indican que el número podría ser mucho mayor.El proceso de apropiación de tierras cambió el paisaje y la estructura social de la región, reemplazando comunidades campesinas por proyectos ganaderos y agroindustriales. Lo que antes era una zona boscosa y de protección ambiental se transformó en extensos hatos y potreros controlados por actores vinculados al Fondo.La JEP concluyó que la actuación de estos directivos no fue accidental ni aislada, sino parte de una asociación criminal que se valió del desplazamiento forzado y del dominio paramilitar para legalizar el despojo y obtener beneficios económicos. Este caso, dentro del Caso 04, ilustra cómo sectores empresariales y civiles fueron determinantes en la consolidación de un modelo de violencia y despojo en el país.
En el departamento del Guaviare se mantiene un bloqueo sobre la vía que comunica con el Meta, protagonizado por cerca de 400 personas, entre ellas campesinos e integrantes de comunidades indígenas Nukak. Aunque el hecho se ha presentado como una protesta social, informes de inteligencia señalan que detrás de la movilización estarían estructuras armadas ilegales asociadas a las disidencias de las Farc bajo el mando de alias 'Iván Mordisco', que estarían presionando a la población civil para mantener el cierre de la vía.Según las autoridades, el objetivo de los grupos armados sería obligar al retiro de una base militar ubicada en el cerro Macusito, entre los municipios de El Retorno y San José del Guaviare, una posición estratégica que interfiere con los corredores utilizados para el narcotráfico, la extorsión y el tráfico de armas.Habitantes de la zona han denunciado amenazas, panfletos intimidatorios y disparos cerca de viviendas, así como la presencia de hombres armados que obligan a las familias a participar en el bloqueo. En algunos casos, los grupos han exigido que varios miembros por hogar estén presentes en la protesta.La vía permanece parcialmente bloqueada, afectando el transporte de personas, alimentos y mercancías hacia el interior del país. Mientras tanto, las autoridades investigan la participación de estructuras criminales detrás del bloqueo y analizan medidas judiciales para restablecer la movilidad y la seguridad en la región.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) calificó el ataque sistemático contra la Unión Patriótica (UP) como genocidio y imputó responsabilidad penal a cinco altos mandos retirados del Ejército Nacional, entre ellos los generales (r) Iván Ramírez Quintero y Rito Alejo del Río Rojas, por haber concebido e implementado una política contrainsurgente que buscó la eliminación del partido político.La Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad atribuyó a los exoficiales el crimen de genocidio, además de crímenes de guerra y de lesa humanidad, como homicidio en persona protegida, exterminio, deportación, traslado forzoso de población y otros actos inhumanos. Las conductas se cometieron entre 1984 y 2007, periodo en el que la UP sufrió una campaña de violencia planificada y sostenida para su destrucción.La decisión de la JEP renombra el Caso 06 como “Genocidio contra el partido político Unión Patriótica” y determina que este crimen dejó al menos 8.924 víctimas, de las cuales 5.729 fueron asesinadas o desaparecidas y 3.200 sufrieron atentados, desplazamientos forzados, exilio, torturas, detenciones arbitrarias o violencia sexual. Entre las víctimas hubo militantes de base, dirigentes locales y nacionales, incluyendo dos candidatos presidenciales, seis parlamentarios, 17 alcaldes y 165 concejales.El tribunal estableció que la estigmatización de la UP como supuesto “brazo político de las Farc-EP” fue el primer paso del ataque genocida. Esta narrativa, difundida desde unidades de inteligencia militar, justificó la violencia y el abandono estatal frente a las denuncias de amenazas y asesinatos. Los crímenes se concentraron en regiones donde la UP tuvo éxito electoral, especialmente Urabá, Meta y el Magdalena Medio, siendo Apartadó uno de los epicentros: allí, solo en 1996, se concentró una de cada cuatro víctimas fatales.La investigación judicial, basada en 34 informes, 139 versiones, 135 testimonios y 105 entrevistas a víctimas, comprobó la connivencia entre mandos militares y grupos paramilitares para ejecutar la persecución política. La Sala concluyó que los excomandantes omitieron deliberadamente brindar protección a los militantes de la UP y permitieron el fortalecimiento de las estructuras paramilitares en la región.La JEP identificó tres modalidades de exterminio:Asesinatos y desplazamientos de obreros bananeros y campesinos en zonas rurales vinculadas a la UP.Sicariatos urbanos contra concejales, funcionarios y líderes locales.Masacres y desplazamientos colectivos en territorios con alta presencia del partido, como la masacre de la Cooperativa Balsamar en San José de Apartadó.Los cinco oficiales imputados —Ramírez Quintero, Del Río Rojas, Jorge Luis Mejía Rosas, Eduardo León Figueroa Cifuentes y Manuel José Pérez Pérez— deberán responder como coautores por sus aportes esenciales, tanto activos como por omisión, en la consolidación del patrón de exterminio.Los comparecientes tendrán 30 días hábiles para aceptar o rechazar las imputaciones. Si reconocen responsabilidad, la JEP convocará una audiencia pública de reconocimiento y el Tribunal para la Paz impondrá sanciones propias, con restricción de libertades de 5 a 8 años. Si no aceptan los cargos, los casos pasarán a la Unidad de Investigación y Acusación, donde podrían enfrentar penas de hasta 20 años de prisión.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) imputó como máximos responsables a ocho exintegrantes de las Farc-EP, 21 exmiembros de la fuerza pública y cinco civiles por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos entre 1986 y 2002 en el Urabá antioqueño y cordobés, el Bajo Atrato y el Darién chocoano.Esta decisión, dentro del Caso 04, es la primera que vincula simultáneamente a los tres tipos de actores bajo competencia de la JEP: guerrilla, fuerza pública y terceros civiles.La Sala de Reconocimiento de Verdad identificó tres patrones macrocriminales que reflejan la violencia sistemática en la región:Eliminación por prejuicio enemigo, que incluyó asesinatos, desapariciones forzadas y violencias sexuales perpetradas por las Farc y miembros del Ejército.Vaciamiento del territorio con fines de despojo y repoblamiento, donde participaron militares, paramilitares y civiles ligados a proyectos de ganadería y agroindustria.Control sociocultural y territorial, mediante violencia y cooptación de las comunidades por parte de la guerrilla.La investigación reconoció un impacto diferencial en pueblos indígenas Emberá, Wounaan, Zenú y Guna Dule, así como en comunidades afrocolombianas del Urabá y el Darién. La JEP acreditó más de 54.000 víctimas y recibió 115 informes de víctimas y entidades del Estado, además de 254 versiones voluntarias de 157 comparecientes.Entre los imputados se destacan el general (r) Rito Alejo del Río, el excomandante del Ejército Alejandro Navas y varios exfuncionarios del Fondo Ganadero de Córdoba, como Benito Osorio Villadiego y Luis Gonzalo Gallo Restrepo, señalados de haber facilitado el despojo de tierras en medio del conflicto.Los comparecientes tendrán 60 días hábiles para reconocer o rechazar las imputaciones. Si aceptan responsabilidad, la JEP convocará una audiencia pública de reconocimiento; de lo contrario, los casos pasarán a juicio ante la Unidad de Investigación y Acusación, donde podrían enfrentar penas de hasta 20 años de prisión.
Tras el cierre del sexto ciclo de diálogos de paz y el último del año 2025, integrantes de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano se comprometieron a respetar la vida de los funcionarios de la Registraduría Nacional del Estado Civil y a no adelantar ningún tipo de proselitismo armado en los territorios en que tiene presencia, y mantendrá su neutralidad ante las distintas candidaturas y campañas electorales.Blu Radio logró establecer que la Coordinadora Ejército Bolivariano se comprometiò a entregar 5.5 toneladas más de material de guerra para su destrucción y aumentó a 200 los hombres que llegarán a las zonas de ubicación temporal, 100 en Nariño y otros cien en Putumayo.Las delegaciones, luego de escuchar las preocupaciones de varios candidatos a las curules de paz, suscribieron un acta que fue leída públicamente en un acto multitudinario a donde asistieron más de 5.000 personas que llegaron de los municipios de Roberto, Magüí Payán y Barbacoas en la subregión del Telembí.Los delegados de Gobierno y el grupo ilegal ratificaron que esta mesa de negociaciones no tiene ni puede tener fines partidistas ni electorales, ni respaldar una determinada candidatura en los próximos debates, pues la construcción de la paz es un derecho y un deber que nos compromete a todas y todos por igual.Walter Mendoza, jefe de la delegación de paz de ese grupo ilegal, manifestó a Blu Radio que respetarán la integridad de los funcionarios de la Registraduría Nacional, jurados de mesa, testigos electorales e integrantes de las comisiones escrutadoras.El documento dice, además, que ante los procesos electorales del 2026 para elegir Congreso y presidente de la República, y con el fin de contribuir al pluralismo y a la formación de la voluntad popular mediante el voto libre, hemos acordado las siguientes acciones:El grupo ilegal señaló también que no obstruirá la distribución del material electoral a los distintos puestos y mesas de votación en los municipios en donde tenga influencia armada.Armando Novoa, jefe de la delegación del Gobierno, aseguró que se pudo constatar que muchos de los habitantes en las zonas de influencia de la Coordinadora Nacional EB no tienen documento de identidad y que esa circunstancia impide acceder a los derechos de ciudadanía, no permite ejercer, si así lo desean, el derecho al voto, y limita el acceso a derechos de prestación, subsidios y auxilios de distinto tipo.Novoa, jefe negociador, insistió en que, dado que la transformación de los territorios y la superación de las economías ilícitas implica crear las condiciones necesarias para el ejercicio pleno de los derechos constitucionales, la delegación del Gobierno nacional adelantará las gestiones necesarias ante la Registraduría Nacional del Estado Civil para que inicie una campaña de expedición de documentos de identidad y, en particular, de las cédulas de ciudadanía a los habitantes de: Tumaco - zona rural, Roberto Payán, Francisco Pizarro, Chajal, Las Mercedes - Chimbuza, La Tola, Olaya Herrera, Magüí Payán y Barbacoas.En cuanto al departamento de Putumayo, esta campaña se adelantará en los municipios de Valle del Guamuez, Puerto Asís, Orito, San Miguel y Puerto Leguízamo.La Registraduría Nacional del Estado Civil informará a los habitantes de dichos municipios las fechas en que adelantará la actividad de cedulación. Esta acción tendrá en cuenta lo establecido en el artículo 66 del Código Electoral.En todo caso, se tendrá presente la disponibilidad administrativa y presupuestal de la Registraduría para adelantar los procesos de cedulación mencionados.A través de la Consejería Comisionada de Paz, la delegación del Gobierno adelantará las gestiones que estén a su alcance para apoyar la actividad de la Registraduría Nacional del Estado Civil.Una vez finalizada la campaña, la delegación del Gobierno, a través de la Consejería Comisionada de Paz, solicitará a la Registraduría Nacional del Estado Civil un reporte de los resultados de la campaña de cedulación e informará oportunamente al Consejo Nacional Electoral y a las comisiones de garantías electorales nacional y departamentales, a los órganos de control y a la Defensoría del Pueblo, el contenido del presente acuerdo para que, si lo consideran procedente, adopten las medidas necesarias para el seguimiento de lo aquí establecido.La delegación del Gobierno recomendará a las comisiones de seguimiento y garantías electorales que, cuando por razones de fuerza mayor o caso fortuito se deban trasladar mesas de votación, se deberán acreditar tales condiciones ante las propias mesas y el traslado se realizará al puesto de votación más cercano, de conformidad con lo establecido en el Código Electoral.Asimismo, solicitará al Consejo Nacional Electoral que expida una resolución que reglamente el traslado de las mesas de votación cuando sea necesario.La delegación del Gobierno solicitará a la Procuraduría General de la Nación y a la Defensoría del Pueblo el acompañamiento necesario para asegurar el cumplimiento de las garantías electorales en los municipios antes mencionados, en los términos establecidos en la Constitución y las leyes.Igualmente, se informará sobre el contenido de este acuerdo a los representantes legales de los partidos políticos, grupos significativos de ciudadanos y candidatos inscritos para las circunscripciones transitorias especiales de paz con cobertura en los departamentos de Nariño y Putumayo.
El excomandante guerrillero Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda, conocido como Simón Trinidad, presentó el 5 de diciembre de 2025 una solicitud formal ante la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). En el documento, su abogada Sara María Triana Lesmes pidió su acreditación como víctima dentro del macrocaso 06, que investiga los crímenes cometidos contra los miembros y simpatizantes de la Unión Patriótica (UP), en lo que se ha descrito como un exterminio político.Según la solicitud, Trinidad sostiene que antes de su vinculación a las FARC-EP fue un académico y dirigente cívico en Valledupar. En la década de 1980, explica, trabajaba como economista, fue docente en la Universidad Popular del Cesar y participó en la creación del Movimiento Cívico Popular “Causa Común”, que luego se articuló con la Unión Patriótica tras los acuerdos de tregua entre el Gobierno de Belisario Betancur y las Farc.El documento relata que, entre 1985 y 1987, se intensificaron las amenazas, asesinatos y actos de persecución contra los militantes de izquierda y los líderes sociales del Cesar, en un contexto de creciente estigmatización política. Trinidad afirma haber recibido mensajes de amenaza contra él y su familia, lo que lo obligó a exiliarse en México. Señala como presuntos responsables al Batallón La Popa, autoridades locales y al extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a quienes atribuye acciones y omisiones que propiciaron la violencia contra los integrantes de la UP.La defensa argumenta que estos hechos constituyeron una violación a sus derechos a la vida, la libertad de expresión, la participación política y la asociación, lo que derivó en un exilio forzado y, posteriormente, en su decisión de ingresar a las FARC-EP como una forma de resistencia ante la persecución estatal. En el documento, Trinidad plantea que el exterminio de la Unión Patriótica no solo aniquiló un proyecto político, sino que también forzó a muchos de sus miembros a abandonar el país o integrarse a la insurgencia.El reconocimiento que solicita ante la JEP no implica beneficios judiciales ni económicos, sino un acto de verdad, memoria y reparación simbólica, en el marco del macrocaso 06, abierto en 2022 para esclarecer la responsabilidad del Estado, de actores armados y de particulares en los crímenes cometidos contra la UP. Este caso es considerado uno de los más importantes de la justicia transicional, pues documenta más de 6.000 asesinatos, desapariciones y desplazamientos de militantes, familiares y simpatizantes del movimiento.Actualmente, Simón Trinidad cumple una condena de 60 años de prisión en Estados Unidos, en la penitenciaría federal de máxima seguridad ADX Florence, en el estado de Colorado. Fue capturado en Ecuador en 2004, extraditado a territorio estadounidense en 2005 y posteriormente condenado por el secuestro de tres contratistas norteamericanos. Desde entonces, diversos sectores sociales y de derechos humanos han solicitado que pueda participar, aunque sea de manera virtual, en los procesos de verdad y reconocimiento de la JEP, argumentando que su testimonio sería fundamental para reconstruir la historia de la violencia política en Colombia y las causas del conflicto armado.
El reclutamiento forzado de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) en Colombia está migrando aceleradamente hacia los entornos digitales. Así lo advierte una reciente investigación de la Fundación Vivamos Humanos, que documenta cómo plataformas como TikTok, Facebook, Telegram, Instagram e incluso videojuegos están siendo utilizadas por grupos armados ilegales para captar, manipular y seducir a menores de edad.El estudio identificó 40 casos directos y rastreó 70 cuentas que tendrían presunta relación con estructuras como el Estado Mayor Central (EMC), el ELN, el Clan del Golfo (EGC), las disidencias del Bloque Occidental (EMBF) y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN). Algunas de estas publicaciones superan las 200.000 visualizaciones y utilizan estrategias de propaganda digital que romantizan la vida combatiente, exaltan el uso de armas y prometen falsas oportunidades de empleo, estatus y pertenencia.Las zonas donde se concentra este fenómeno coinciden con los territorios más golpeados históricamente por el conflicto armado: Cauca, Nariño, Putumayo, Catatumbo y Magdalena Medio. Desde esas regiones, líderes sociales alertan que el reclutamiento ha alcanzado niveles inéditos de sofisticación.Yiner Quiguantar, líder juvenil del Cauca, denunció que “los menores reclutados están siendo entrenados en el manejo de drones que luego son usados para atacar a las mismas comunidades”. Su testimonio refleja la manera en que los grupos armados están instrumentalizando a los jóvenes en una guerra cada vez más tecnológica.La Fundación Vivamos Humanos advierte que este tipo de reclutamiento digital normaliza la violencia, deteriora el tejido social y perpetúa el conflicto armado. Por eso, hace un llamado urgente a fortalecer las rutas de prevención en entornos digitales, la protección comunitaria y el control de contenidos que promuevan o faciliten la vinculación de menores.La organización concluye que proteger la infancia en el mundo digital es, hoy más que nunca, un compromiso fundamental para avanzar hacia la paz.
La Defensoría del Pueblo advirtió sobre una crítica situación de seguridad en la Sierra Nevada de Santa Marta y su zona de influencia, debido a la disputa territorial entre los grupos armados ilegales Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) y Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN). La entidad emitió la Alerta Temprana Estructural 020 de 2025, en la que detalla que 21 municipios de los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar se encuentran en riesgo alto por la escalada de violencia.El documento, elaborado por el Sistema de Alertas Tempranas (SAT), unifica y actualiza advertencias previas sobre varios municipios y describe cinco dinámicas principales de la confrontación. Entre ellas están el control hegemónico de las ACSN en Santa Marta, Ciénaga y Dibulla; el intento de expansión del EGC en zonas como Puebloviejo, Fundación, Valledupar y San Juan del Cesar; y los enfrentamientos directos entre ambas estructuras. También se reportan áreas donde coexisten por conveniencia de intereses criminales, como en el puerto de Santa Marta, y otras donde buscan ganar presencia estratégica.La Defensoría alertó que esta disputa ha derivado en homicidios, secuestros, amenazas, desplazamientos forzados y reclutamiento de menores, así como en prácticas de violencia extrema y castigos degradantes impuestos por los grupos armados para mantener el control social. En Santa Marta y Ciénaga, por ejemplo, se han registrado castigos públicos y la difusión de videos en redes sociales que buscan infundir terror.Las comunidades más afectadas son los pueblos indígenas (Kogui, Arhuaco, Wiwa, Kankuamo, Wayúu, Zenú, Inga, Taganga y Ette Ennaka), población afrodescendiente, campesinos, pescadores, líderes sociales y defensores de derechos humanos. También se advierte el impacto humanitario sobre mujeres, niñas, niños y adolescentes.Los grupos armados estarían buscando asegurar sus rentas ilícitas a través del control del turismo, la agricultura de alto valor, la ganadería y el narcotráfico, aprovechando la ubicación estratégica del corredor vial de la Troncal del Caribe y la amplia frontera marítima del Caribe colombiano.Frente a este panorama, la Defensoría del Pueblo formuló 38 recomendaciones distribuidas en nueve ejes temáticos para que las entidades del Estado adopten medidas urgentes. Entre ellas, 18 están orientadas a la prevención y protección, priorizando acciones frente al reclutamiento de menores, la violencia de género y el estigma social. También se incluyen recomendaciones sobre políticas públicas, acceso a la justicia, desmantelamiento de estructuras ilegales, atención humanitaria y coordinación interinstitucional.La entidad insistió en la necesidad de una acción estatal urgente y coordinada para salvaguardar la vida, la integridad y los derechos de las comunidades que habitan la Sierra Nevada y sus alrededores, y prevenir que el conflicto armado siga escalando en esta región estratégica del Caribe colombiano.