Quisiera compartir estas enseñanzas con ocasión del Día internacional de las personas que viven en condición de discapacidad. Son más de 3 millones de colombianos los que viven con esta condición.
Si algo nos ha dejado la pandemia, es entender la importancia de las dinámicas de autocuidado. Si no nos cuidamos nosotros mismos, nadie nos va a cuidar.
Este año que ha sido bastante atípico, le pone un gran reto a nuestra economía, pero también en esta ocasión, la pandemia nos exige mucha precaución al momento de celebrar.
Creo que esto tendríamos que decirlo más fuerte a ver si dejamos de vendernos esa idea vacía de que los likes, los aplausos, el motón de dinero, la superficialidad de lo vano y la ilusión de lo efímero dan felicidad. Porque eso si es vender humo de verdad.
Hacemos de la emocionalidad el valor absoluto y nos creemos el cuento de que un “me gusta” es lo más valioso que se puede obtener, despreciando la racionalidad, la coherencia y la profundidad de pensamiento
A veces nos quedamos solo con todo lo malo que hacemos, pero también vale la pena destacar manifestaciones de bondad y solidaridad que nos tienen que hacer creer en nosotros mismos.
Tenemos que exigirle al Gobierno, pero también debemos actuar solidariamente. Es una posibilidad quejarse, pero es necesario también pasar de la crítica que no construye, a planes de acción que aporten.
Desde este fin de semana he estado muy triste, por toda la situación que el huracán Iota, categoría 5, ha ocasionado con su terrible paso por nuestro archipiélago.