"Caja de policía", editorial de Ana Cristina Restrepo
En el Editorial de este miércoles en Vive Medellín, Ana Cristina Restrepo habló sobre los “police box” en Escocia.
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Este es el Editorial de Ana Cristina:
"En diversos rincones de la ciudad de Edimburgo, la capital de Escocia, se ven unas casitas pequeñas, más grandes que las famosas cabinas rojas de teléfonos públicos que solemos identificar con Londres.
Esas casitas son ni más ni menos que el equivalente a los CAIS o centros de atención inmediata de la policía colombiana. Aquí se les llama “police box” que podríamos traducir como “caja de policía”.
La primera “caja de policía” se instaló en 1877 en Albany, en Nueva York, justo un año después de que Alexander Graham Bell patentara el invento del teléfono.
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La primera “caja de policía” en Gran Bretaña se instaló en 1891, en Glasgow, la segunda ciudad de Escocia.
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Las “cajas de policía”, iconos de Escocia, estaban ubicadas en sitios públicos para el uso de miembros de la policía o por los ciudadanos para contactar a la policía, en caso de que no hubiera nadie adentro.
A diferencia de las otras cabinas telefónicas, el teléfono de la “caja de policía” no solo era gratuito sino que estaba dentro de cabina pero se podía acceder a él desde afuera o desde adentro de la cabina. El teléfono estaba conectado solo con la central de policía en caso de que algún ciudadano necesitara ayuda.
¿Qué más sucedía dentro de las “cajas de policía”? Eran una especie de estaciones pequeñas de policía, donde los agentes llenaban sus reportes, hacían una pausa para comer, e incluso mantenían temporalmente a algunos capturados mientras llegaba el carro principal de la policía para llevarlos a la estación central o a la cárcel.
Más de un siglo ha pasado desde que estas hermosas casitas se convirtieron en símbolos de ciudades como Edimburgo y Glasgow.
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¿Qué ha pasado con las “pólice boxes” o “cajas de policía”? ¿Cómo están en 2016? Siguen hermosas. Cuando el sistema de justicia de un país es operante, cuando la policía cumple con su deber y se le retribuye socialmente por hacerlo, y cuando la sociedad civil aprende a ser eso mismo: civil… las cajas de policía se convierten en otra cosa…
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Hoy, los policías de Edimburgo deambulan por las calles sin armas, la gente sale a caminar en la calle a la hora que le da la gana y no a la hora que los ladrones dejan. Aquí solo se le pide permiso al clima, al frío, para salir a la calle.
Las “cajas de policía” de Edimburgo, azules, negras, rojas, cubiertas de grafitis, lucen más lindas que nunca. Su estructura interna ha cambiado: ya no tienen teléfono y les abrieron una ventanita para vender panes, sánduches, galletas, té y café.
Las cajas de policía siguen siendo icónicas porque representan el triunfo de una sociedad que aprendió a respetar, a vivir en la diferencia, a exigir de sus instituciones estatales lo mínimo que se les puede pedir: cumplir con su deber.
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Porque nada cuesta soñar: qué bueno sería que algún día nos pudiéramos tomar un café en un CAI".