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"La lucidez, la estupidez y las bibliotecas", editorial de Ana Cristina Restrepo

En el Editorial de este jueves en Vive Medellín, Ana Cristina Restrepo habló sobre el cierre de 16 bibliotecas en Medellín.

276427_BLU Radio. Ana Cristina Restrepo / Foto: Blu Radio
BLU Radio. Ana Cristina Restrepo / Foto: Blu Radio

Este es el Editorial de Ana Cristina:

La crítica, si va acompañada del sentido del humor, es doblemente efectiva. La mordacidad, la ironía, la risa, son cualidades indiscutibles, inocultables, de la inteligencia.

Las bromas y los chistes son una vía rápida para descubrir la lucidez o la estupidez de una persona. El sentido del humor es la marca de una sociedad, de sus prejuicios, de sus vicios, de esas huellas de la cultura que la gente ni siquiera percibe por la fuerza de la costumbre.

Muchos estamos de acuerdo en que el cierre de 16 de las veinte bibliotecas públicas a cargo de la Alcaldía de Medellín, que tuvo lugar durante las vacaciones, fue una falta de tino por no decir un error garrafal de la administración municipal: bienvenidas las críticas constructivas.

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No obstante, volvemos al punto inicial: el humor retira el velo de las sociedades. En las redes sociales circulan varias imágenes y un perfil falso del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, disfrazado de mujer, más exactamente de mamá, como forma de crítica al cierre de bibliotecas.

¿En cuál parte del chiste hay que reírse? ¿Acaso cuando un hombre se equivoca es necesario disfrazarlo de mujer para "representar la estupidez"? Cuando en el chiste hacen que el hombre disfrazado de mujer hable como si fuera su propia madre, cuando lo “visten de mamá”, ¿buscan potenciar el prejuicio o cuál es exactamente el propósito de la broma?

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La imagen de Federico Gutiérrez disfrazado para criticar el cierre de bibliotecas es el perfecto retrato de la Antioquia machista, goda y retardataria: ¡la que más necesita bibliotecas públicas abiertas!

En dichas imágenes la ironía no es precisamente la deseada por sus autores: el chiste es un boomerang que se devuelve contra quien lo crea, emite y difunde. Necesitamos más bibliotecas públicas abiertas, entre otras razones, para tratar de detener los comportamientos discriminatorios: para que los antioqueños entendamos a dónde nos lleva la cultura, para que las mismas mujeres dejen de celebrar los chistes flojos que las denigran y que no solamente perpetúan la cultura machista sino la ordinariez en el lenguaje, la ramplonería y la ignorancia como formas primordiales de relacionarse con el mundo.

¿Que este es un discurso de feminismo trasnochado? Es el mismo discurso que nos tiene a las mujeres votando en las urnas, ocupando cargos públicos, gerenciando empresas, presidiendo países, decidiendo si queremos o no ser madres. Con algo de suerte, es el mismo discurso que, tal vez, algún día, acabará con los chistes flojos basados en la dignidad de las mujeres.

La sofisticación en el sentido del humor, la posibilidad de encontrar las trampas en la cultura antes de caer atrapados en ellas, es uno de los muchos efectos lógicos de leer, de ir a las bibliotecas públicas.

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El sentido del humor desnuda al lúcido y al bruto. Los distingue.

Las imágenes del alcalde de Medellín disfrazado de mujer como forma de criticar el cierre de bibliotecas públicas son la muestra perfecta de por qué una biblioteca pública debe mantener sus puertas abiertas.

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