Dicen que en Caicedonia, norte del Valle del Cauca, la empanada es tratada como una reina a la cual no se le cierran nunca las puertas y es la primera en entrar a cualquier evento social.
Afirman, además, que es la primera en llegar y la última en irse, pues gracias a ella las sonrisas moldean las caras de quien se atreve a acariciarla y llenan de brillo los labios de quien la muerde.
La han visto en visto en todos los lugares. Desde un velorio, la kermés para pavimentar una calle, afuera de las eucaristías y hasta en los lugares más distinguidos de la sociedad pues no discrimina a nadie y con todos se las lleva bien.
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a quien vieron crecer de la mano de su municipio.
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Se trata de Alberto Villa Vélez, un reconocido líder de la región; el médico Edilberto Ramírez de la Pava; Gabriel Echeverri Isaza, un comerciante de fármacos y Pedro Nel Pinzón un teniente de bomberos quienes, después de charlar por horas, decidieron hacer el homenaje.
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cuadrando disputas entre familias y hasta rompiendo el hielo en reuniones incómodas que no faltan en la vida diaria.
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Tras la seria conversación, los cuatro amigos decidieron contratar a don Tulio Agudelo, un cerrajero y ornamentalista metalúrgico caicedonense que se dio a la tarea de darle forma a la idea con una lámina, un tubo y trapos de la más fina calidad que le dieron la consistencia a ‘la reina de la región’.
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Fueron horas de trabajo entre don Tulio y su hijo Marco donde no faltó el sudor mientras echaban regla, lápiz, soldadura, segueta y pintura hasta que vieron finalizada su obra maestra que tuvo un costo final de $300.000 pesos.
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Dorada como siempre, y con la forma de la luna cuando apenas está preparándose para estar ‘llena’, a la empanada la quieren desde los niños más pequeños hasta los abuelos más experimentados quienes la bañan con ají hecho con limón, cilantro, cebolla larga y tomate picado.
El alago a la ‘mona’ más querida de Caicedonia fue instalado en el parque recreacional del municipio, muy cerca a los cultivos de café que son cargados por viejos yipetos marca Willis.
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Hasta allí, y solo por verla a ella, han llegado cientos de curiosos, extranjeros y personajes de todo el país que no aguantan la gana de abrazarla y tomarse una foto con ella.
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En su base la acompaña una leyenda creada por el médico Edilberto Ramírez de la Pava y que inspira lo que muchos piensan antes de adquirirla en cualquier vitrina alumbrada por un bombillo.
"Amarillísima y amadísima empanada; serás nuestra pasión, porque te comimos, te comemos y siempre te comeremos".
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Ya con 13 años de instalado, el monumento no deja de brillar en Caicedonia donde aman a la empanada por acompañar con su sazón a los estómagos más exigentes y donde le dan las gracias por ser la representante más elegante que tienen en cada reunión pues nunca es ajena a participar por humilde o elegante que sea.
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