Cuando la mayoría de novelistas en Brasil centraban su producción en narrativas sobre la tierra, Clarice Lispector decidió hablar del interior: explorar la introspección y las formas en las que los humanos habitamos y entendemos la intimidad. Para la lectura de hoy tendremos uno de los capítulos de La hora de la estrella, un libro publicado en 1977 poco antes de la muerte de la escritora ese mismo año. La hora de la estrella es un libro que podríamos describir como una matrioshka, una historia que se abre y dentro tiene otra y luego otra… Clarice se introduce en la trama de la escritura y luego se desprende de su voz para que entre otro escritor Rodrigo S.M. que a su vez narra una historia sobre una chica nordestina llamada Macabéa. Macabéa es el personaje no lugar, es decir que no tiene procedencia ni destino. No tiene un porqué. No va a ninguna parte.
Tras días de búsqueda, la desaparición de Alexis Delgado da un giro escalofriante: las pistas apuntan a un crimen brutal cometido por quien debía protegerlo. Entre revelaciones estremecedoras y la indignación de una madre, la verdad expone no solo al culpable, sino también a un sistema que le falló a un niño indefenso.
En lo alto de las montañas de Cundinamarca, un niño de dos años desaparece sin dejar rastro. La búsqueda moviliza a toda la comunidad, pero las versiones contradictorias, las tensiones familiares y los silencios incómodos hacen que el caso se torne cada vez más inquietante. ¿Se perdió jugando… o alguien se lo llevó?
El procurador Gregorio Eljach aclaró que el proceso disciplinario contra Alfredo Saade, por el caso de los pasaportes, continuará en curso aunque haya dejado la jefatura de despacho de la Presidencia y asumido como embajador en Brasil. La suspensión provisional solo aplicaba a su anterior cargo, pero una eventual sanción sí afectaría su permanencia en funciones diplomáticas.