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‘El Burrito’ González presenta su libro con anécdotas imperdibles del fútbol colombiano

Una de las historias más curiosas que cuenta ‘El Burrito’ está relacionada con los golpes en el camerino, que se volvieron una cábala para ganar los partidos.

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Libro 'El Camerino'
Foto: @losmotilenestv

El exjugador Germán ‘El Burrito’ González habló en Blog Deportivo sobre ‘Camerino’, el libro que lanzó recientemente en el que cuenta varias anécdotas del fútbol colombianos y que ya está a la venta.

Una de las historias más curiosas está relacionada con los golpes, con una pelea en el camerino, que se volvieron una cábala para ganar los partidos.

Todo se originó en un enfrentamiento contra Millonarios, en el que jugaba Alejandro Brand y González lo admiraba. Un compañero suyo le hizo una falta dura, a lo cual ‘El Burrito’ lo reprochó al manifestarle que “cómo se le ocurría hacerle eso, acabar con el fútbol colombiano”.

Ya en el camerino, luego de finalizar el primer tiempo, sintió un puño en la espalda, que “le sacó el aire” y el entrenador se dio cuenta.

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“El técnico nos dijo: “ahora quítense los zapatos y arreglen el problema”. Pues nos agarramos ahí. Cuando salimos no hubo charla técnica ni nada, pero ganamos 1-0. Para el próximo partido preguntaban, ¿a quién le toca la pelea?”, relató.

En el libro también se contará una historia relacionada por la palabra “toche” y que generó una pelea entre los jugadores del Cúcuta porque un compañero malinterpretó el contexto.

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¿Por qué a Germán González le dicen ‘El Burrito’?

El padre de Germán González también fue futbolista y era volante de contención. En un partido hizo una dura falta contra un rival, lo que terminó en una confrontación en el campo.

“Mi papá era un moreno alto y el rival empezó a decir: “Quítenme este burro de encima”. Desde entonces los compañeros llamaban así a mi papá. Y cuando yo iba en la calle con él me preguntaron con quién estaba y decían: “Ah, entonces usted es el burrito”, detalló.

De hecho, comentó que duró cerca de 20 días sin salir de su casa por la rabia que le daba que sus amigos le pusieron ese apodo.

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