El famoso restaurante de pollo colombiano Frisby sigue en el centro de la conversación pública, no por su sabor, sino por su identidad. En los últimos días, una controversia estalló cuando usuarios en redes sociales descubrieron que una franquicia en España promocionaba productos usando el nombre, imagen y estilo de Frisby, sin tener relación alguna con la empresa original de Pereira.
La situación, que generó preocupación entre los seguidores de la marca, derivó en una ola de solidaridad entre empresas colombianas que expresaron su apoyo a Frisby con ingeniosos mensajes en redes. La respuesta no se hizo esperar: la compañía agradeció con una emotiva y creativa campaña que rápidamente se volvió viral.
“LO ORIGINAL NO SE ABANDONUTS”: El aprecio de Frisby, marca por marca
A través de sus canales oficiales, Frisby publicó una serie de piezas gráficas donde agradece el respaldo recibido, haciendo guiños directos a las marcas aliadas. Cada mensaje combina humor, cariño y orgullo nacional:
- Con Donuts: “LO ORIGINAL NO SE ABANDONUTS”
- Con BODYTECH: “ESTE A-POLLO NOS ESTÁ DEJANDO EL BODY CON MÁS PECHUGA Y MUSLO.”
- Con Juan Valdez: “CUANDO LOS ÍCONOS DE COLOMBIA SE JUNTAN, SE SIENTE EL APOLLO. Gracias Juan Valdez.”
- Con Alquería: “SI ANTES LOS ALQUERÍA, AHORA LOS ALQUIERO EL DOBLE.”
- Con Arroz Roa: “EL SEÑOR ARROZ DEL A-POLLO. BRRRRRRRRRR”
La estrategia de respuesta no solo reafirma la identidad de la marca, sino que refuerza su lugar en el corazón de los colombianos, apelando al humor y la cultura popular.
¿Qué pasó con pollos Frisby en España?
Lo que parecía una expansión internacional terminó siendo un conflicto legal. La franquicia en Bilbao, Frisby España SL, ha defendido su uso de la marca alegando que cuenta con el respaldo legal de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). Por su parte, Frisby S.A. BIC, desde Colombia, dejó claro que no tiene relación con esa operación y que se trata de un caso de suplantación, por lo que ya ha iniciado acciones legales.
El conflicto expone una omisión estratégica: la marca Frisby no fue registrada previamente en Europa, lo que abrió la puerta para que terceros aprovecharan ese vacío legal.
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A pesar del revés, lo ocurrido ha reforzado el cariño del país por una de sus marcas más queridas. Lejos de debilitarla, el escándalo ha impulsado a Frisby como símbolo de originalidad, sabor y resistencia empresarial. Colombia no solo respalda su pollo, sino su historia.
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