Según fuentes del caso, la decisión la tomó una fiscal de la Dirección Especializada de Investigaciones Financieras luego de que la empresa, al parecer, se negara a una inspección en la que pretendían acceder a algunos elementos tecnológicos.
El delito que investigan en la Fiscalía es soborno transnacional luego de posibles irregularidades con la entrega de tiquetes a funcionarios públicos en el extranjero.
“Habrían entregado pasajes de avión gratis o en descuento y ascensos a clase ejecutiva a funcionarios gubernamentales de algunos países centroamericanos”, dijeron fuentes del caso.
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Tiene relación con una denuncia presentada por Avianca y la SuperSociedades por un presunto soborno trasnacional relacionado con la entrega de pasajes de avión gratis o en descuento y ascensos a clase ejecutiva a funcionarios gubernamentales de algunos países centroamericanos.
Los tiquetes se habrían entregado para que la empresa obtuviera favorecimiento por parte de los funcionarios en sus países de origen.
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La decisión de acceder a los equipos de la empresa se fundamenta en información entregada a la Fiscalía por la Superintendencia de Sociedades, incluso, por información que dio AVIANCA Holdings a autoridades americanas y que dio cuenta de la supuesta existencia de equipos de cómputo que contendrían información detallada sobre este asunto.
La Fiscalía lleva otra línea de investigación que tiene que ver con lo que informó Airbus sobre las coimas que habría repartido a aerolíneas en diferentes países, para favorecer la compra de sus aviones, entre las cuales, estaría Avianca.
Las explicaciones de Avianca
El caso de los tiquetes fue denunciado por la propia compañía quien dice estar dispuesta a cooperar con las autoridades. Previamente las autoridades no pudieron acceder a equipos de la compañía que contenían información sensible y secretos industriales por lo que fue necesario que contaran con una orden para el operativo.
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El escándalo de Airbus salpicó a Avianca porque las autoridades francesas anticorrupción habrían encontrado que un antiguo ejecutivo de la compañía pidió una comisión oculta de 4 millones de euros a cambio de asegurar la compra de aviones de la marca. La comisión nunca llegó a pagarse, pero de todas maneras se considera un acto de corrupción privada.
Germán Efromovich, quien para la época era el presidente de la junta directiva de la compañía, aseguró que no hubo ningún acto de corrupción y que si Airbus le pagó algo a alguien fue "por pura imbecilidad".
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