En enero de 1988, un carro bomba con 80 kilos de dinamita despertó a Medellín. Ese día, el cartel de Cali atacó la vivienda donde estaba la familia de Pablo Escobar, ubicada en El Poblado. El capo salió ileso del atentado.
Han pasado 30 años y los habitantes de la zona aún recuerdan los estallidos y el horror de ser vecinos del Mónaco.
A mediados de los 80, Escobar compró dos mansiones en el barrio Santa María de los Ángeles, sector de El Poblado, para construir la portentosa edificación.
Le puede interesar: Mónaco: el fortín de 5.000 metros que fue guarida de Escobar y pronto desaparecerá
Fue así como se levantó el edificio Mónaco: 8 pisos en los que vivió con su familia entre 1986 y 1989. Mucho se ha hablado de sus excentricidades, entre ellas, que le adecuó un billar, sala de juegos, piscina y una terraza para tener acomodado a su séquito de escoltas.
Eran múltiples habitaciones con jacuzzi, un lujoso penthouse, sótanos y túneles dispuestos para un posible plan de escape si las autoridades cerraban el cerco. Esa construcción está a horas de desaparecer con los más oscuros secretos de la época de narcotráfico en Colombia.
En 1989, los Escobar Henao dejaron la propiedad; tras su salida y hasta el presente, ha pasado por diferentes y por múltiples polémicas, pero la historia del Mónaco termina el próximo viernes, cuando será implosionado por la Alcaldía de Medellín.
Publicidad