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¿El plástico que comen los peces llega al cuerpo? Estudio revela hallazgos impactantes

Numerosos artículos en revistas científicas explican cómo los pellets, junto con otros microplásticos y fibras sintéticas presentes en el mar, ingresan en la cadena trófica debido a que varios organismos marinos los ingieren, ya sea por error o por confundirlos con el zooplancton.

Contaminación en el mar.jpg
Contaminación en el mar
Foto: AFP, referencia

Recientes estudios científicos han revelado que el vertido de pellets frente a la costa de Portugal y Galicia ha puesto de manifiesto uno de los principales problemas ambientales del planeta: la contaminación por plástico en los océanos. A medida que los peces consumen estos pellets, surge la pregunta de si estos contaminantes llegan finalmente al consumidor.

Numerosos artículos en revistas científicas explican cómo los pellets, junto con otros microplásticos y fibras sintéticas presentes en el mar, ingresan en la cadena trófica debido a que varios organismos marinos los ingieren, ya sea por error o por confundirlos con el zooplancton. En la secuencia "del pez grande se come al chico", estos fragmentos ascienden en la cadena trófica en los océanos, pero surge la incertidumbre: ¿llegan realmente a nuestra mesa? ¿Los ingerimos, o se quedan confinados en el aparato digestivo del pescado, que normalmente no se consume?

El Instituto de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha estado abordando este problema a través del proyecto "Microtrofic". Este proyecto lo ha convertido en una referencia científica en el estudio de los microplásticos marinos, sus contaminantes y sus posibles efectos en la fauna, y en última instancia, en los seres humanos.

Las playas del archipiélago español de las Canarias reciben cada año toneladas de microplásticos procedentes de todo el mundo, transportados por las corrientes y giros oceánicos. Durante este proceso, los plásticos se fragmentan en trozos más pequeños y se cargan con contaminantes orgánicos persistentes presentes en todos los océanos, volviéndose potencialmente tóxicos.

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En las partículas recogidas en las costas de Canarias, así como en los pellets, se han encontrado hasta 80 contaminantes diferentes, incluyendo filtros ultravioletas de cremas solares y restos de pesticidas prohibidos como el DDT. Algunos de estos contaminantes, como los retardantes de la llama, ya están presentes en la composición original de muchos plásticos, incluidos los pellets.

Estudios realizados por el grupo científico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria revelan la magnitud del problema. Por ejemplo, el 80 % de las caballas salvajes capturadas en las islas contienen plástico en el estómago, y lo mismo ocurre con el 65 % de las lubinas de acuicultura de granjas marinas. Además, se ha demostrado por primera vez que los contaminantes, tanto los absorbidos del mar como los inherentes a los plásticos de fábrica, se acumulan en el hígado de los peces, ingresando así en su metabolismo.

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En un experimento de 60 días, Ecoaqua alimentó a peces con pellets recién salidos de fábrica y con pellets recogidos de la playa, observando que ambos grupos de peces presentaban contaminantes orgánicos en el hígado, con concentraciones mayores en los que consumieron pellets del medio marino. Estos hallazgos subrayan la importancia de continuar estudiando los microplásticos en el medio ambiente y evaluar los posibles efectos a largo plazo en la salud humana debido a la exposición crónica a estos contaminantes.

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