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Entrar al Vía Parque Isla de Salamanca, a un lado de la desembocadura del río Magdalena, es dejarse cautivar por el canto de las 250 especies de aves que lo convierten en un área de importancia para la conservación de estos animales, es dejarse sorprender por el llamativo color rojizo de algunas de sus 82 ciénagas y por el imponente entramado de sus manglares.
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Sin embargo, al adentrarnos por los canales acuáticos del bosque manglar nos encontramos con su enemiga: la enea, una planta invasora con hojas secas que crece en la superficie de agua dulce y que se incendia con facilidad, por las elevadas temperaturas que aquí alcanzan los 45 grados, pero, sobre todo, por la inconsciencia del hombre, que también le prende fuego para cazar animales.
“Cada año nosotros atendemos hasta 12 y 15 incendios, es una labor difícil, pero vale la pena para proteger el ecosistema”, expresa William Suárez, uno de los guardaparques.
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Tristemente, el hombre, valiéndose de la alta combustión de la enea, ha provocado el 90 por ciento de los incendios registrados en este parque catalogado por la Unesco como reserva de la Biósfera.
Ni por tierra ni por agua es posible acceder a las zonas afectadas, la misma enea se encarga de ocultarla, pero desde el aire se observan las siete hectáreas que solo esta semana fueron arrasadas por las llamas.
“De la Isla de Salamanca vivimos todos, si esto se destruye, nos acabamos todos nosotros también”, advierte Suárez, agobiado tras sofocar tantos incendios, pero con la firme convicción de que hay que darlo todo por la naturaleza.
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Más de 131 hectáreas del Vía Parque Isla de Salamanca han sido afectadas por incendios en los últimos 5 años y por causar estas conflagraciones, cerca de 70 personas han sido judicializadas.
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“Son personas que están asentadas en la zona o que vienen de Barranquilla, Soledad y Malambo para hacer malas prácticas, pero las autoridades ambientales y la Fuerza Pública estamos trabajando y hemos logrado una reducción del 89 por ciento en la ocurrencia de incendios”, indicó Patricia Saldaña, directora del Vía Parque Isla de Salamanca.
Al año, solo unas 4 mil personas visitan esta reserva, porque son pocos los que tienen alguna idea de la riqueza natural de sus 18 islas, tres bosques y más de 800 especies de fauna, como el endémico colibrí cienaguero y el caimán aguja en vía extinción.
Este es un ecosistema que nos llama a protegerlo, porque representa un pulmón para Barranquilla y una barrera protectora para la Región Caribe.