Un grupo de representantes a la Cámara de los Estados Unidos envió una carta el pasado martes al secretario de Estado, Antony Blinken, subrayando en particular, el Escuadrón Móvil Antidisturbios contra los afrocolombianos e indígenas en el contexto de las protestas nacionales.
Recuerdan que 55 congresistas ya le habían escrito en el mes de mayo pidiendo suspender la ayuda directa de Washington a la Policía Nacional de Colombia hasta que mejorara el uso de la fuerza por parte de estos agentes del Estado, garantizando la rendición de cuentas a nivel judicial por los abusos ocurridos durante las protestas de 2.019 hasta el 2.021.
En dicha misiva habían pedido garantizar que el Esmad no recibiera más asistencia por parte de EE.UU, además, solicitaron el congelamiento de la venta estadounidense de armas y entrenamiento, igual que otros equipos de control de disturbios para la Policía y otras unidades especiales de Colombia, rechazando las declaraciones que buscan estigmatizar contra las protestas.
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Aseguran que, al no haber acciones firmes por parte de EE.UU para frenar la violencia, se están produciendo más abusos.
Según la plataforma Grita, de la ONG Temblores, se registraron un total de 4.285 casos de violencia policial entre la mañana del 28 de abril y la tarde del 16 de junio.
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Estos abusos incluyen: uso indebido de armas , detenciones arbitrarias, lesiones oculares, disparos de arma de fuego por parte de uniformados y hasta violencia sexual.
La misiva de los representantes a la Cámara señala la preocupación por los aspectos de racismo ligados a esta violencia
que deja en desventaja en términos de abusos a los derechos humanos, justicia, empleo y acceso a los servicios básicos de las comunidades negras e indígenas especialmente en las zonas donde se produjeron las protestas sociales.
Los congresistas piden al departamento de Estado organizar un diálogo de alto nivel entre Colombia y EE.UU sobre igualdad racial y étnica para abordar la brutalidad policial, la violencia racista y discriminación sobre líderes de estas comunidades.
Por último, solicitan que el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Harris y el embajador estadounidense en Colombia Phillip Goldberg, deben realizar declaraciones públicas, denunciando la violencia racista y los abusos contra afrocolombianos e indígenas.
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Insisten, además, se suspenda la asistencia de seguridad a Colombia hasta que la lectura sobre los puntos descritos, estén debidamente atendidos.
La carta fechada 10 de agosto la firma el Representante por Georgia, Henry Johnson Jr. junto a otros ocho Congresistas estadounidenses.
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