El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, insistió este miércoles en su voluntad de construir un canal interoceánico por territorio nicaragüense, un proyecto que arrancó en 2012 y que diez años después continúa sin materializarse.
“En algún momento será una realidad aquí en Nicaragua un canal, ¿por qué?, porque, es cierto, hay un canal por Panamá, que ha sido ampliado. Pero las demandas del tráfico internacional son tan grandes que se hace necesario el canal por Nicaragua, pero el canal por Nicaragua para los pueblos, para la paz, para el mayor desarrollo de la economía de nuestro país”, dijo Ortega en un discurso conmemorativo de las fiestas patrias locales.
El proyecto canalero promovido por Ortega fue aprobado por la mayoría sandinista de la Asamblea Nacional (Parlamento) el 3 de julio de 2012, y un año después la concesión de construcción y administración fue entregada a la empresa Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND) Group, el inversionista Wang Jing, presentado entonces como uno de los hombres más ricos de China y entre los 200 más acaudalados del mundo.
El canal por Nicaragua, anunciado como “el mayor proyecto de ingeniería civil en la historia” de la humanidad, uniría el mar Caribe con el océano Pacífico, atravesaría el sur del país de este a oeste, con una vía húmeda de 278 kilómetros de longitud, 230 a 520 metros de ancho, 30 metros de profundidad.
El empresario asiático prometió invertir 50.000 millones de dólares, ofrecer 50.000 empleos, y duplicar el producto interno bruto (PIB) del país durante los cinco años de construcción, a cambio de una concesión de administración por 50 años, más otros 50 prorrogables y un pago de diez millones de dólares anuales a Nicaragua, más derechos del 1 % del patrimonio que crecería en el tiempo hasta el 99 %.
El canal, que según los cálculos oficiales debía estar construido a más tardar a fines de 2019, año en que se activó una cláusula del Acuerdo Marco del proyecto que indicaba que si sus subproyectos (etapas) no estaban concluidos en seis años a partir de su oficialización, en 2013, el Gobierno podía invocar su cancelación.
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Ortega no hizo referencia a la cláusula ni a la propiedad actual de la concesión, ni al inversionista chino, quien ya no aparece en las listas de los más acaudalados.
El presidente prometió garantizar la vida, la salud, la educación, la paz y el esparcimiento de los nicaragüenses, con la construcción del canal interoceánico.
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El proyecto canalero creó polémica en Nicaragua porque afectaba los derechos de propiedad de campesinos e indígenas, y porque no se divulgaron los estudios de impacto ambiental.
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