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Lo que da dignidad, resaltó, no es "traer el pan a casa" sino "ganarse el pan" y añadió que "si no damos a la gente la capacidad de ganarse el pan es una injusticia social".
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"Muchos jóvenes, muchos padres y muchas madres viven
Afirmó que en estos momentos de pandemia "muchas personas han perdido el trabajo y algunos, aplastados por un peso insoportable, han llegado al punto de quitarse la vida" y pidió a los fieles reunidos en el aula Pablo VI un momento de silencio "por estos hombres y mujeres desesperados porque no encuentran trabajo".
Y entonces lamentó que "no se tiene lo suficientemente en cuenta el hecho de que el trabajo es un componente esencial en la vida humana, y también en el camino de santificación" y que "lamentablemente el trabajo es a menudo rehén de la injusticia social y, más que ser un medio de humanización, se convierte en una periferia existencial".
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También pidió a la Iglesia que contribuya para que el trabajo "sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad".