El representante demócrata, Bob Brady, hizo algo que ni los escoltas que custodiaban al papa Francisco en su visita al Congreso de Estados Unidos pudieron evitar.
Una vez el sumo pontífice terminó su discurso, el político se valió de su agilidad para robarse el vaso de agua que acompañó al jerarca católico durante su discurso.
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Una vez tenía el 'tesoro entre sus manos', se marchó a su despacho y tomó algo del agua que el papa había dejado, pues decidió darles un sorbo a su esposa y a los funcionarios de confianza.
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"El congresista es católico y siente un inmenso respeto por el Santo Padre", explicó su jefe de asesores a ABC News.
Brady es presidente del partido Demócrata en Filadelfia y representante por el estado de Pennsylvania desde 1998.
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As an American, a person of faith, and a human, I'm confused and embarassed by @RepBrady http://t.co/4qW5FmuESp
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— Kenton Jacobsen (@kentonjacobsen) September 26, 2015
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