Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

Publicidad

Elmes Salas cuenta cuáles eran las reglas para poder vivir en el Bronx

Este hombre de 28 años pasó de tenerlo todo en su casa a vivir en una de las habitaciones que ofrecía esta peligrosa calle en Bogotá.

17971_Foto: AFP
Foto: AFP

Elmes Salas, uno de las personas que dice haberse salvado de seguir en el Bronx de Bogotá, narró su drama y cómo, luego de la intervención de las autoridades, busca recuperar la identidad que perdió sumido en el mundo de las drogas y la calle.

 

En el proceso de entrada y salida y viviendo  en el Bronx durante un año y medio, yo me especializaba en el área de reciclaje, de esa forma sobrevivía y buscaba el alimento, nunca he hecho otra cosa más que reciclar o retacar, pedirle a las personas cualquier colaboración desde los 17 años”, aseguró este hombre.

 

Publicidad

Antes estudiaba, era un joven normal, tenía mi familia, mi hogar en Bogotá (…) antes de eso cuando estaba estudiando conocí personas y amigos que me di cuenta que eran consumidores y como dicen por ahí: la curiosidad... Comencé a estar con ellos y a probar sustancias solo por saber qué se sentía y eso me llevó a hacer estas cosas, salirme de la casa, retacar, reciclar, nunca tuve necesidades en la casa gracias a Dios no hacía falta”, explicó Salas.

 

Publicidad

Sobre el comportamiento de quienes llegaban a vivir al Bronx, insistió en las normas que se debían cumplir y aseguró que había que acoplarse a lo que los temidos ‘sayayines’ ya habían impuesto en ese sector de Bogotá.

 

No hay satisfacción, no hay comodidad, no hay como estar en la casa, en el barrio. Se sufre mucho rechazo, humillaciones por las demás personas, se tiene que acoplar a las normas, no hurtar, no robar, no conspirar, no retacar a los demás, hacer caso a las autoridades de seguridad que son los ‘sayayines’” dijo este hombre.

 

Publicidad

Explicó que disfrutaba de una habitación individual por 3 mil pesos, monto que conseguía pidiendo dinero en la calle o vendiendo reciclaje, también indicó que una dosis de bazuco le costaba entre mil y dos mil pesos y que comía el popular ‘combinado’ plato de comida que algunas personas vendían en la zona y que se trataba de los sobrados de varios restaurantes de la ciudad.

 

Publicidad

Para terminar envió un mensaje a la juventud y aseguró que no deben probar las drogas ni siquiera por curiosidad pues eso fue lo que lo llevó, según él, a vivir lo peor de la calle.

  • Publicidad