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Hay tensión, pero no echaremos para atrás: excombatientes en espacios de reincorporación

Hacen un llamado a ser tenidos en cuenta desde el campo y reiteran su preocupación por el asesinato sucesivo de exguerrilleros.

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spacio de Capacitación y Reincorporación (ETCR), en Pondores, La Guajira - BLU Radio

“Estamos a la expectativa de lo que nos vayan diciendo, hemos cumplido con el proceso, queremos salir adelante y que se cumpla de la mejor manera, pero la tensión está, lo cierto es que para atrás no vamos a echar”, esas son las palabras de Omar Sastre, excombatiente de las Farc y uno de los líderes del Espacio de Capacitación y Reincorporación (ETCR), en Pondores, La Guajira. 
 
Para Sastre, la incertidumbre de lo que sucede con ‘Jesús Santrich’ en Bogotá, ha hecho que se generen tensiones entre los exguerrilleros, pero es claro en decir que no hay forma de recular en su propósito de seguir implementando los acuerdos. Sin embargo, hizo énfasis en que la preocupación no solo radica en el futuro inmediato de Seuxis Paucias Hernández, sino en la implementación de otros temas y la muerte violenta de otros excombatientes, como se ha denunciado públicamente desde el secretariado y los organismos de verificación. 
 
“Han venido matando a una cantidad de excombatientes y eso lo pone nervioso a uno, sin embargo, ahí estamos a esperas de ver qué nos dicen los encargados. Uno de los grandes retos y compromisos es mirar las condiciones para que no sigan matando a los exguerrilleros; nosotros tenemos la mejor voluntad y forma de poder salir adelante, pero las cosas atemorizan y dan nervios”, agregó. 
 
Otra de las preocupaciones ha sido la salida de excombatientes de las antes denominadas zonas veredales. Lo que se ha puesto en la mesa desde Pondores es confiar en que la implementación y la iniciativa de seguir trabajando tras el Acuerdo, es reflejo de cómo se han comportado en estos espacios quienes en su momento hicieron parte de las filas de la antigua Farc.
 
“La gente está calmada, está trabajando, están en calma, eso sí con expectativa, pero todo está normal y aquí trabajando”, dijo. 
 
“Es una preocupación que tenemos todos, estamos a la espera de lo que pase, pero no deja de ponerlo nervioso a uno. Ya no hay confianza, en cualquier momento puede ocurrir cualquier montaje, puede suceder algo, entonces hay un nerviosismo que quizás no lo demostramos mucho, pero hay una tensión. Nosotros seguimos trabajando, haciendo las cosas, a la expectativa de lo que pueda pasar”, agregó que, aunque hay temor y hay un sinsabor frente a lo que sucede en Bogotá como epicentro de la implementación, hay una necesidad de poner en evidencia lo que vienen desarrollando las comunidades de menor rango en los espacios territoriales. 
 
“El problema es que la concentración es lo que pasa en Bogotá, pero se olvidan de lo que pasa afuera, ya todos saben que atrás de lo que sucede en Bogotá hay algo a lo que quieren pararle bolas porque el pánico va rondando, pero el reto es guardar la calma y como hacemos: seguir trabajando”, concluyó.
 

 
 
 

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