
Habana su despacho no tendría problemas logísticos para su realización y que más bien serían los ciudadanos los que se enfrentarían a dificultades si el formulario contiene muchas preguntas.
Desde el punto de vista logístico “es lo mismo una o muchas preguntas. La logística solo supone solo más papel, transporte, preparación para los jurados y, quizá, más demora en el escrutinio”, pero el Congreso debería definir claramente las preguntas, que no pueden venir en bloque, para que se facilite la decisión popular.
Según el registrador, existe una norma de cómo debe hacerse la pregunta: “Aprueba o no aprueba” y deben existir tres casillas: “Sí, no, y voto en blanco”. Además, “debe votarse pregunta por pregunta”.
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Sánchez aclaró las diferencias que existen entre los tres escenarios que planteó el Gobierno para validar los acuerdos. El primero tiene que ver con un referendo que somete normas jurídicas vinculantes a la aprobación de la ciudadanía en el que se necesita un cuarto del censo electoral; el plebiscito, una pregunta de interés nacional no vinculante que necesita la aprobación de la mitad del censo electoral; y la consulta popular, una iniciativa del Gobierno de un tema de interés nacional.