Estos fueron los temas tratados y debatidos este miércoles, 12 de noviembre, en Bla Bla Blu:La cantante 'Martina, La Peligrosa' habló sobre su nuevo álbum 'Caribeña', en especial la canción 'Soy'. Además, analizó la actual música y cómo ahora es difícil para el oyente diferenciar el autotune.En la sección 'Turoriales radiales', Vivian Peñaloza, de la Coorporación Minuto de Dios, dio consejos a los oyentes sobre cómo llenar el corazón.
Los ataques que ha realizado Estados Unidos en el Caribe contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes son legales y los responsables militares no pueden ser perseguidos judicialmente por ello, aseguró este miércoles el Departamento de Justicia."Los ataques fueron ordenados de acuerdo con las leyes de conflicto armado y, como tales, son órdenes legales", dijo un portavoz del Departamento de Justicia.Los militares encargados de ejecutar las órdenes de ataque, que han dejado al menos 76 personas muertas, no corren riesgo de ser procesados, dijo el portavoz."El personal militar está legalmente obligado a seguir órdenes lícitas y, como tal, no puede ser procesado", añadió el portavoz.El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, instó el lunes a Washington a investigar la legalidad de los ataques contra los supuestos barcos que transportan drogas y dijo que había "fuertes indicios" de que constituyen "ejecuciones extrajudiciales".Las fuerzas armadas estadounidenses han llevado a cabo una serie de ataques en el Caribe y el Pacífico en las últimas semanas contra embarcaciones que según Washington están transportando drogas.El más reciente tuvo lugar en el Pacífico durante el fin de semana y dejó seis personas muertas, dijo el secretario de Defensa, Pete Hegseth.El diario Washington Post informó el miércoles que el Departamento de Justicia había redactado un informe clasificado en julio que establece la base legal para los ataques y protege al personal participante de enjuiciamientos futuros.La administración del presidente Donald Trump envió una carta al Congreso para informarle de que Estados Unidos está involucrado en un "conflicto armado" con los carteles de drogas latinoamericanos, describiéndolos como grupos terroristas, como parte de su justificación para los ataques.Turk, en una entrevista con AFP, dijo que las operaciones contra presuntos traficantes de drogas deberían ser "operaciones de aplicación de la ley", que a su vez están sometidas a las reglamentación internacional sobre derechos humanos.En tales casos, "el uso de fuerza letal tiene que ser extremadamente limitado", dijo Turk."Tiene que ser el último recurso absoluto frente a un ataque inmediato. Eso no es lo que estamos viendo".Cuando se le preguntó si creía que los ataques podrían constituir ejecuciones extrajudiciales, Turk dijo: "Hay fuertes indicios de que lo son, pero necesita ser investigado".La administración Trump ha desplegado un importante efectivo militar en esa campaña contra el tráfico de drogas.El presidente venezolano Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico en Estados Unidos, ha afirmado que el aumento militar es parte de un complot para derrocarlo.
Un impactante video que circula en redes sociales muestra el instante en que un surfista es sorprendido por un tiburón y arrastrado violentamente bajo el agua, en medio del asombro de quienes observaban desde la orilla. Las imágenes, grabadas por un testigo, rápidamente se hicieron virales y han generado conmoción entre los aficionados a los deportes acuáticos por la fuerza del ataque y la suerte que tuvo el deportista al salir con vida.El hecho ocurrió el pasado 10 de noviembre, alrededor de las 5:45 de la tarde, en la playa de Prevelly, en Australia Occidental. La víctima fue identificada como Andy McDonald, un experimentado surfista de 61 años que practicaba windsurf, una modalidad que combina el uso de una tabla y una vela para desplazarse impulsado por el viento. Según relató, todo transcurría con normalidad cuando sintió un golpe repentino y devastador.“Todo iba muy bien y, de repente, ¡pum! Algo me golpeó con una fuerza enorme, como si me atropellara un tren de carga”, contó McDonald al medio The West Australian. El deportista explicó que fue lanzado al aire y luego sumergido junto con su equipo, sin entender de inmediato qué estaba ocurriendo. Cuando se dio cuenta de que se trataba de un tiburón, comenzó a golpearlo y patearlo desesperadamente para liberarse.Este es el video:“Me arrastró hacia abajo con todo, la tabla y las cuerdas. Pensé que era mi final”, recordó. Después de varios segundos de tensión, el tiburón se alejó y desapareció en las profundidades. McDonald logró salir a la superficie y nadar hasta la orilla sin lesiones graves, aunque su tabla terminó con una profunda marca de mordida.Pese al susto, el surfista aseguró que no dejará su pasión por el mar. “Volveré al agua. Mañana mismo saldré otra vez”, afirmó. Las autoridades locales emitieron una alerta por presencia de tiburones y expertos analizan restos de ADN en la tabla para identificar la especie que protagonizó el ataque. El video continúa dando la vuelta al mundo como una impactante muestra de la impredecible fuerza de la naturaleza.
La agonía de la niña Omaira Sánchez, de 13 años, enterrada hasta el cuello entre el lodo y los escombros, se convirtió hace 40 años en símbolo de la tragedia del pueblo colombiano de Armero en cuyas ruinas sobresale una escultura suya, rodeada de centenares de placas de agradecimiento, y transformada en objeto de culto popular.Como los más de 25.000 habitantes de Armero, una localidad agrícola del departamento colombiano del Tolima, en el centro del país, los Sánchez Garzón, familia de la pequeña Omaira, fueron sorprendidos la noche del 13 de noviembre de 1985 cuando una avalancha de piedras y lodo causada por la erupción del volcán Nevado del Ruiz arrasó el pueblo en la mayor catástrofe natural de Colombia.Al día siguiente, el país y el mundo vieron atónitos como socorristas y sobrevivientes trabajando con las uñas, porque no había otros medios, trataban de rescatar a personas que habían quedado atrapadas, la mayoría de ellas irreconocibles por la hinchazón causada por el lodo tostado por el sol que hasta les desdibujaba la forma humana.Entre esas personas que quedaron vivas a pesar de haber sido sepultadas por la avalancha estaba Omaira, una niña de ojos negros y cabello corto ensortijado cuya vida se extinguió lentamente ante la mirada del mundo que fue testigo de su drama particular, uno entre los muchos de aquella catástrofe, retransmitido por las televisiones de la época, entre ellas Televisión Española."A la niña Omaira la convirtieron en el símbolo de la tragedia (...) pero situaciones como las de la niña Omaira tuvieron que haber sucedido miles", afirma a EFE José Nova, quien con su hermano Hernán Darío creó el Centro de Visitantes de Armero, una precaria oficina que ofrece visitas guiadas a quienes se detienen en la carretera que lleva a Ibagué, la capital regional, para visitar las ruinas del pueblo desaparecido.Carrera contra el tiempoEl cuerpo de Omaira quedó atrapado en un mar de agua y lodo entre los escombros de su casa en el barrio Santander. Logró sobrevivir tres días porque su cabeza sobresalía en aquella zona convertida en pantano, como lo muestra una escultura instalada en la tumba de la niña, rodeada de centenares de placas de granito con mensajes de agradecimiento "por los favores recibidos", puestos por personas, en su mayoría anónimas, que le atribuyen milagros.Lo que siguió tras el hallazgo de la niña -cuyos ojos vivaces se fueron tornando vidriosos con el paso de las horas, y los dedos de las manos y los labios, arrugados por estar mucho tiempo en el agua-, fue una carrera frenética para tratar de salvarla que involucró a socorristas y numerosos espontáneos.Los socorristas pedían a gritos una motobomba para tratar de evacuar el agua que rodeaba a la pequeña, pero en aquellos años y en esas condiciones todo era imposible.Vaciar parte del agua y del lodo en que estaba hundida la pequeña era fundamental para tratar de rescatarla porque su cuerpo estaba atorado por lo que, en medio de la desesperación, alguien sugirió la posibilidad de cortarle las piernas, a ciegas y sin los instrumentos apropiados, para sacarla."En ese sitio había muchos escombros y parece ser que algo muy pesado, digo parece ser, porque no se veía siquiera (...) qué era lo que la tenía atrapada a nivel de la cintura. Se habla de una placa de concreto, de una columna, de una viga y el tema más complejo es que no había ninguna manera de llevar algún tipo de herramienta, de máquina para poderla liberar de eso", agrega Nova.Entereza en la despedidaTodos los esfuerzos fueron en vano y Omaira murió en la tarde del 16 de noviembre de 1985, después de permanecer más de 60 horas en esas dramáticas condiciones, durante las cuales conversó por momentos con quienes trataban de ayudarla o de mojarle con agua los labios agrietados por la deshidratación."Mamá, si me escuchas, yo creo que sí, reza para que yo pueda caminar y esta gente me ayude... Mami, te quiere mucho mi papi, mi hermano y yo... Adiós, madre", fueron las conmovedoras palabras con las que se despidió y que el mundo siguió por la televisión.Por la entereza que demostró en esos momentos de angustia, a pesar de su corta edad, Omaira ganó fama de persona virtuosa y en el imaginario popular se convirtió en digna de veneración, como lo demuestran las numerosas placas que le agradecen su intercesión en los más diversos asuntos.Según testigos, el cuerpo de Omaira, con autorización de su madre, que sobrevivió a la tragedia, fue cubierto con escombros y cuando el lodo se solidificó, su tumba se convirtió en una especie de santuario y lugar de visitación de quienes van a las ruinas de Armero.En el lugar, además de la escultura, una cruz parcialmente tapada por las placas de granito, flores, fotografías y juguetes, y una lápida decorada con pinturas de ángeles recuerdan que Omaira nació el 28 de agosto de 1972 y murió el 16 de noviembre de 1985.
La Fiscalía de Milán (Italia) ha solicitado a la de La Haya el testimonio de un bombero estadounidense para incorporarlo a la investigación sobre las llamadas "cacerías de la muerte", supuestos viajes de ciudadanos italianos para disparar a civiles en el asedio a Sarajevo entre 1992 y 1996.El fiscal Alessandro Gobbis pide en concreto obtener el testimonio de John Jordan, un bombero estadounidense que fue voluntario para ayudar a los habitantes de Sarajevo durante la guerra y que en 2007 ya relató haber estado bajo el fuego de francotiradores y haber visto que algunos de ellos eran extranjeros. De hecho fue el primero en referirse explícitamente a "francotiradores turistas", según informan los medios italianos.El diario italiano 'Avvenire" publicó este jueves la transcripción del interrogatorio al que fue sometido en el tribunal que se encargó de los crímenes cometidos durante la guerra de la ex Yugoslavia."Presencié, en más de una ocasión, la presencia de personas que no me parecían locales, por su vestimenta, las armas que portaban y la forma en que estaban gestionados por locales", explicó.Aunque destacó que nunca vio disparar a ninguno de estos "turistas" confirmó que los vio "desplazarse, acompañados, alrededor de posiciones de francotiradores conocidas". "Era evidente que la persona conducida por hombres que conocían el terreno era completamente ajena a él, y su vestimenta y las armas que llevaba me llevaron a creer que se trataba de 'turistas tiradores'".Y al preguntarle sobre la vestimenta de estos “turistas tiradores”, recuerda: "Llevaban una mezcla de ropa civil y militar, pero lo que más los distinguía era su arma. Cualquiera puede ir a una tienda de artículos militares y vestirse como un soldado de cualquier ejército. Pero los lugareños tenían armas específicas: cuando veías a alguien con un arma que parecía más apropiada para la caza de jabalíes en la Selva Negra que para el combate urbano en los Balcanes, y cuando se notaba que se movían con torpeza entre los escombros, era obvio".La investigación que lleva a cabo la Fiscalía de Milán comenzó tras la denuncia del periodista italiano Ezio Gavazzeni quien, a partir del documental "Safari en Sarajevo" (Miran Zupanic, 2022) comenzó a indagar.Gavazzeni recopiló importantes testimonios, incluidos los de un exoficial bosnio, que aseguró que los servicios secretos italianos (exSISMI) estaban informados y bloquearon estos viajes y el de la exalcaldesa de la ciudad, Benjamina Karic, quien presentó una denuncia tras el documental.Según los diarios italianos, el fiscal que dirige la investigación por un presunto delito de homicidio múltiple agravado por la crueldad no tiene sospechosos por el momento. Es previsible que en los próximos días interrogue a Gavazzeni y también a la exalcaldesa Karic. La Fiscalía trata también de obtener documentos del SISMI, el antiguo servicio secreto italiano (ahora AISI) .