Cuatrocientos actores, músicos, modelos, deportistas y estrellas de las redes sociales, con atuendos cada uno más extravagante que el anterior, acudieron el lunes por la noche a la gala del Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York, tras dos años y medio de ausencia por la pandemia.Casi nadie llevaba máscara, pero para pavonearse por la alfombra de color crema en uno de los eventos más populares del mundo había que estar vacunado o haber dado negativo a COVID-19.Y pagar 35.000 dólares por la entrada.Sharon Stone, Justin Bieber, Kim Kardashian, Megan Rapinoe, Venus Williams, Gigi Hadid, Diane Kruger, Erykah Badu, Jennifer López, Rihanna, Kendall Jenner, Taylor Hill, Hailey Rhode Baldwin, Kid Cudi, Frank Ocean e Isabelle Huppert eran algunos de ellos: el lunes por la noche, en el corazón de Manhattan, el Met no había visto tantas estrellas mundiales desde mayo de 2019."¡Es surreal!", exclamó la rapera estadounidense Megan Thee Stallion, que encontró "un poco extraño" reunirse con tanta gente en la velada más selecta de la ciudad o del mundo que apenas se recupera de la pandemia.Con un increíble vestido amarillo de Valentino, la cantante y bailarina estadounidense Normani, muy emocionada frente al bosque de micrófonos y cámaras, dijo que se sentía como una "princesa, una reina negra".La gala del Met es un acto benéfico anual para el Costume Institute, una rama del museo consagrada a la moda, que tiene su propio presupuesto y es financieramente independiente del propio Met.Creada en 1948, la gala fue durante mucho tiempo un acontecimiento reservado a la alta y adinerada sociedad neoyorquina, principal fuente de patrocinio del Met.Se fue abriendo poco a poco a partir de los años 1970, antes de transformarse tras la llegada de la gran sacerdotisa de la moda y editora jefe de Vogue, Anna Wintour, en 1995.Ella impulsó la gala a la galaxia de los eventos "populares", adaptados a la era de las redes sociales y la democratización de la moda, hasta el punto que a veces se la compara con la ceremonia de los Óscar de Los Ángeles.Pero la edición de 2020 se canceló cuando Nueva York se vio asfixiada por la epidemia de coronavirus.Y la de este año, que suele celebrarse el primer lunes de mayo, fue postergada a este lunes por la noche, antes de la edición de 2022, prevista para principios de mayo. Tiene cerca de 1.200 invitados, como antes de la pandemia.La presidencia honoraria es compartida por Anna Wintour, el diseñador de moda Tom Ford y el jefe de Instagram Adam Mosseri; mientras la cantante Billie Eilish, el actor Timothée Chalamet, la poeta Amanda Gorman y la tenista Naomi Osaka copresiden la gala de este año en particular, que está dedicada a los jóvenes, la "generación Z".La gala del Met, ocasión para que los grandes modistos vistan a las estrellas, marca también la apertura de la exposición anual del Costume Institute.Este año, el museo decidió organizar una exposición en dos partes, la primera desde el sábado 18 de septiembre hasta septiembre de 2022 y la segunda a partir de mayo de 2022.
El 11 de septiembre de 2001 era una mañana soleada, con el habitual movimiento en las calles de World Trade Center, en Nueva York, pero se convirtió en un día inolvidable para la historia de Estados Unidos, el mundo y la colombiana Francy Margarin.Ella llegó a su trabajo a las 7:00 de la mañana. Era manager de una tienda que estaba a pocas cuadras de las Torres Gemelas y junto con sus empleados empezaron a atender a los clientes que fueron llegando, hasta que un fuerte estruendo detuvo la labor de todos.“Me acuerdo que estaba sentada en mi escritorio, haciendo los papeles, cuando pasó el avión que chocó la primea Torre Gemela. Sentimos un estruendo, se sintió un cambio en la luz, algunas cosas de la tienda se cayeron, unos techos que era movibles también se cayeron. Sabíamos que había pasado algo, pero no estábamos seguros qué”, relató a BLU Radio.Francy recuerda que uno de sus empleados salió a ver qué había pasado, pero nadie sabía con certeza lo que había ocurrido, ni siquiera la Policía de la zona.Después las 8:45 de la mañana, su esposo la llamó para que saliera de la tienda y volviera a su hogar, porque eso no parecía un simple accidente, era algo más.“Mi esposo me dijo: trata de cerrar la tienda, la zona se va a llenar de bomberos y no vas a poder volver. Salimos, tratamos de sacar la gente que estaba en la tienda, eso fue antes de las 9:00 de la mañana. Todavía está en mi mente y siento mucha tristeza, porque veíamos el edificio y era tanta la desesperación de la gente que se cogían de la mano y se tiraban. Desde la calle gritábamos y llorábamos”, narró.A los pocos minutos de esas crudas imágenes, Francy observa cómo el segundo avión impacta la torre sur. Ahí se da cuenta de que era un atentado y vio, por primera vez, a Manhattan en caos, porque las personas no sabían a dónde correr. “La gente estaba tirada en el piso, unos gritaban, lloraban, otros rezaban. Es algo que no quieres vivir”.“Nosotros seguimos corriendo y se cae la segunda torre. Nos cayó pedazos del mismo edificio y polvo. Me acuerdo que estaba vestida de negro, pero llegué a mi casa de blanco. Muchas cosas me rasparon el cuerpo, la cara; cuando uno está en ese estrés, no se da cuenta de que está lastimado”, añadió.Margarin recuerda que la Policía no sabía a dónde guiar a los ciudadanos, porque tenían miedo de que un nuevo avión impactara otro edificio en Manhattan.En medio del caos, cuando se derrumbó la segunda torre, cuenta que varias personas también perdieron la vida al caer al suelo mientras corrían “y otras les pasaban por encima”. Pese a los difíciles momentos que estaba viviendo, Francy junto con sus trabajadores no dudaron en ayudar a quienes estaban en el suelo o tenían algún escombro sobre su cuerpo.“Estaba con dos trabajadores y ya no estábamos corriendo por salvar nuestras vidas, sino para ayudar a la gente, porque había algunos que mientras corrían botaban a otros, entre ellos ancianos, y las personas les pasaban encima”, relató.Con nostalgia se acuerda que, días después del atentado, volvió a la zona cero y encontró en un muro con varias fotografías de personas que estaban dadas por desaparecidas o fallecidas, entre ellas, amigos y clientes que habían estado en su tienda.“Duele porque ya no están, murieron atrapados o no pudieron salir. En ese momento pensaba en mi familia en Colombia, trataba de comunicarme con ellos”, dijo.Han pasado 20 años desde ese martes soleado, que se convirtió en tragedia para centenares de familias en el mundo. Los recuerdos siguen en la memoria Francy, pero con una importante enseñanza: vivir al máximo cada día y ayudar siempre a los demás.“La vida te puede cambiar en un segundo. Después de estos años, vivo la vida al instante, día a día, trato de dar lo mejor de mí. No me acuesto sin decirles a mi familia que los quiero. Trato ayudar a la gente y no pelear con nadie”, reflexionó Francy Margarin.Vea a continuación la historia de Francy Margarin, testigo del atentado a las Torres Gemelas:
A través de redes sociales se viralizó un video que da muestra de cómo las especies se comportan estando en un habitad libre. Esta vez, quedó grabado cómo una garza se tragó una enorme rata.La publicación hecha por la cuenta de Twitter Manhattan Bird Alert, logró miles de comentarios y reproducciones de usuarios que se sorprendieron al ver cómo una garza cazó a la rata y antes de tragársela entera la remojó en un lago de Central Park, Nueva York.En el video se ve cómo este pájaro atrapa con su pico al roedor, pero no se lo puede pasar. Según explicó un experto en CNN, a estos animales “les gusta sumergir en el agua lo que comen para que baje más rápido y sea más fácil”.“La garza azul solo tardó unos segundos en sacar a la rata del agua y, una vez muerta, la tragó, esta mañana en Central Park”, escribió la Manhattan Bird Alert junto con el video.Vea la publicación aquí:
Hace veinte años, se produjo un punto de inflexión en miles de vidas cuando dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas. De entre sus escombros se ha levantado una sociedad que, sin olvidar el pasado, pero mirando hacia adelante, ha luchado por construir un mundo mejor. Estas son algunas de sus historias.JOHN FEAL: "AQUEL OLOR ME PERSEGUIRÁ EL RESTO DE MI VIDA"Doce horas después del derrumbe, John Feal corrió hasta la primera línea de la Zona Cero y dio lo mejor de sí como supervisor de demolición durante cinco días y medio, hasta que sufrió un aparatoso accidente cuando una viga de metal de casi 4 toneladas le cayó en un pie, tras lo que pasó once semanas hospitalizado."Los trabajadores no uniformados, miembros de sindicatos, comerciantes, electricistas y fontaneros comunes superamos en número a los policías y bomberos, cinco a uno. Hoy seguirían limpiando la Zona Cero si no fuera por esos hombres y mujeres que llegaron, ciudadanos de a pie, y pusieron su salud a un lado", reivindica.Feal habla con Efe desde su despacho en la FealGood Foundation (un juego de palabras entre su apellido y la expresión 'sentirse bien'), con la que ha apoyado a otros trabajadores de emergencia en el 11S que afrontan problemas de salud y ha contribuido a que se aprueben 13 medidas legislativas en su favor."Nunca olvidaré el olor, el olor me perseguirá el resto de mi vida y por eso probablemente no duermo mucho, pero elijo recordar lo bueno, la empatía, la humanidad", apunta. "Dejamos a un lado los títulos, ideologías, afiliaciones políticas, agendas, color de piel, religiones, y nos convertimos de nuevo en seres humanos".De cara al vigésimo aniversario, lamenta que el mundo haya perdido la habilidad para "conectar" con los demás y pide recuperar aquel espíritu: "Que solo recordemos a quienes perdimos, esa deuda terrible por la violencia sin sentido. Y que recordemos a quienes seguimos perdiendo por sus acciones heroicas".LUZ GARATE: "CAMBIÓ COMPLETAMENTE MI VIDA"Trabajaba como limpiadora en las oficinas del número 5 del World Trade Center, pero la mañana del 11 de septiembre, día electoral, Luz Garate estaba ayudando como voluntaria para su sindicato unos bloques más al norte, en el barrio de Tribeca, donde pronto empezaron a llegar personas cubiertas de ceniza entre sirenas de ambulancia."En ese entonces yo me sentía inútil, no podía hacer nada (...) y pensaba en las personas que estaban adentro, compañeros, los que trabajaban en el día, 'tenants' (inquilinos) que conocías y son cercanos a uno... Yo trabajé 13 años en esos edificios", dice sobre aquel día del que asegura no haber hablado en mucho tiempo.Su sindicato, SEIU32BJ, convirtió sus instalaciones en un "centro de crisis" durante semanas para localizar y ayudar a sus miembros. Fallecieron 24, y miles perdieron sus empleos.Garate asegura que vivir el 11S cambió su vida "completamente", sobre todo en lo referente "a la ayuda al prójimo, no solo con los compañeros, sino de buscar un cambio y justicia social, tanto en lo económico como la racial", por lo que en ese sentido agradece la "oportunidad" que le dio el sindicato para unirse a sus filas.Hoy líder de distrito en Nueva Jersey, la sindicalista hace balance y sostiene que las familias "han sufrido mucho" y se "debería conocer la historia", pero critica que se hayan perdido tantas vidas "por una guerra que no nos ha llevado ni nos va a llevar a nada".LILA NORDSTROM, UNA DE LOS 300.000 QUE ENFERMARON POR LA TOXICIDAD DEL AIREEl 11 de septiembre de 2001, Lila Nordstrom era una estudiante en su tercer día de clases en el Instituto de Stuyvesant, en el bajo Manhattan. Notó el suelo temblar, escuchó una enorme explosión y desde la ventana observó una "bola de fuego" en lo alto del World Trade Center."Acabé entre la estampida de gente que iba hacia el norte", relata Nordstrom, quien volvería al aula pocas semanas después por una "decisión política", critica, que marcó su salud y la de toda una comunidad que acabó desarrollando problemas a consecuencia de la toxicidad del aire cerca de la Zona Cero.Nordstrom se volcó en el activismo y creó la organización StuyHealth junto a un compañero diagnosticado con linfoma -tuvo varios- para reivindicar el derecho de los niños, particularmente los escolarizados en el área, a ser incluidos en las compensaciones para gastos médicos como las que recibían los equipos de emergencias.Su lucha, que la llevó hasta el Congreso de EE.UU., está recogida en unas memorias que ha publicado recientemente, "Some Kids Left Behind: A survivor's fight for health care in the wake of 9/11", con las que quiere dejar constancia de la experiencia de "gente normal" como ella."No tenemos acceso a la narrativa del heroísmo, como los primeros intervinientes. Solo somos víctimas de una mala política", explicó, calculando que "hay entre 300.000 y 400.000 personas que encajan con el criterio federal" para pedir ayudas por haber desarrollado enfermedades relacionadas con el 11S.Dos décadas después, no le preocupa tanto que las nuevas generaciones recuerden la historia de los ataques como que aprendan "que pueden y deberían defender sus intereses cuando se conviertan en víctimas de una gran crisis", concluye.
Dos nuevas víctimas de los atentados perpetrados el 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas han sido identificadas mediante pruebas de ADN, lo que eleva a 1.647 el número de damnificados cuya identidad ha sido establecida, informó este martes la oficina de la jefa de medicina forense de la Ciudad de Nueva York.Las últimas víctimas identificadas son Dorothy Morgan y un hombre cuya identidad se mantiene en el anonimato por expreso deseo de la familia.Los avances se dieron gracias a los análisis de los restos humanos recuperados en el lugar de los atentados que se cobraron la vida de 2.753 personas en uno de los episodios más negros de la historia de Estados Unidos."Hace 20 años, prometimos a las familias de las víctimas del World Trade Center que haríamos todo lo posible durante el tiempo que fuera necesario para identificar a sus seres queridos y con estas dos nuevas identificaciones seguimos cumpliendo el sagrado compromiso", dijo Barbara A. Sampson, la jefa de medicina forense de la Ciudad de Nueva York."No importa el tiempo que transcurra desde el 11 de septiembre de 2011, nunca olvidaremos y nos comprometemos a hacer uso de todas las herramientas a nuestra disposición para garantizar que todos aquellos que se perdieron puedan reunirse con sus familias", agregó.La identificación de Morgan se pudo confirmar con test de ADN de los restos recuperados en 2001, mientras que la del hombre se llevó a cabo con restos recuperados en 2001, 2002 y 2006.Son las primeras víctimas del World Trade Center que se identifican desde octubre de 2019.Unas 1.106 víctimas, el 40% de los fallecidos en los peores atentados de la historia del país, siguen sin identificar.La reciente adopción de tecnología de secuenciación de nueva generación facilita las nuevas identificaciones, según la oficina forense de la Ciudad de Nueva York, ya que ofrece mayor sensibilidad y rapidez que las técnicas de ADN convencionales.
Era una perfecta mañana soleada de fin de verano en Nueva York, de cielos totalmente despejados, pero el 11 de septiembre de 2001 acabó por convertirse en la jornada más oscura de la mayor ciudad de Estados Unidos. Una serie de atentados islamistas coordinados dejaron casi 3.000 muertos y cambiaron el rumbo de la historia.Poco antes de las 08h00, 19 yihadistas, la mayoría de Arabia Saudita, abordaron cuatro aviones en aeropuertos de Boston, Washington y Newark, cerca de Nueva York. Llevaban cuchillos, permitidos entonces si la hoja era de menos de 10 cm.En el sur de Manhattan, cientos de empleados ya estaban en sus oficinas en Wall Street, donde se alzaban las Torres Gemelas, de 115 metros de altura, cuando a las 08h46 el vuelo 11 de American Airlines que había despegado de Boston hacia Los Ángeles, secuestrado por cinco yihadistas, se estrelló entre los pisos 93 y 96 del edificio norte.Los 87 pasajeros y tripulantes murieron en el instante, así como centenares de las 50.000 personas que trabajaban en el World Trade Center (WTC), símbolo del poderío económico estadounidense. Muchos quedaron atrapados por encima del piso 91, sin acceso a escaleras de emergencia.Joseph Dittmar, un experto en seguros que residía en Chicago, estaba a esa hora en una reunión con decenas de corredores de seguros de todo el país en el piso 105 de la torre de enfrente, el edificio sur del WTC.Nadie "vio nada, ni sintió nada, solo la luz parpadeó", contó Dittmar a la AFP casi 20 años después.A las 08h50, el presidente George W. Bush, de visita en una escuela primaria de Sarasota, Florida, fue alertado de lo que se asumió inicialmente como un accidente.Dittmar contó que tras un llamado a evacuar la torre sur, todos bajaron al piso 90 y al mirar por la ventana quedaron aterrados."Fueron los peores 30, 40 segundos de mi vida (...) al ver esos enormes agujeros negros en el edificio, llamaradas rojas como nunca habíamos visto en nuestras vidas, volutas de humo gris y negro que salían de esos agujeros"."Vimos muebles, papeles, gente que se precipitó al vacío (...) cosas aterradoras, terribles. Tenía tanto miedo", recordó entre lágrimas.Se estima que entre 50 y 200 personas saltaron o cayeron de ambas torres.Dittmar decidió salir del edificio por la escalera, una decisión que le salvó la vida.El chef Michael Lomonaco emergió del centro comercial subterráneo del WTC y vio horrorizado la torre norte en llamas.A último momento, había decidido pasar por la óptica para cambiar los cristales de sus gafas, antes de subir a su trabajo en el piso 107 de esa torre, en el famoso restaurante Windows on the World."Podía ver personas agitando manteles blancos desde las ventanas" del restaurante, recuerda. "Veía manteles y servilletas, era terrible, terrible".Como Dittmar, creía que se trataba de un accidente. "EEUU está bajo ataque" "En algún momento, entre el piso 74 y 75" la caja de la escalera "comienza a oscilar violentamente, los pasamanos se desprenden de la pared, los escalones ondulan bajo nuestros pies como olas en un océano, sentimos una pared de calor, olemos combustible", recuerda.Eran las 09h03 y el vuelo 175 de United Airlines con 60 pasajeros y tripulantes, además de cinco terroristas, que había despegado de Boston con destino a Los Ángeles acababa de estrellarse contra los pisos 77 a 85 de la torre sur del WTC, justo encima de ellos, provocando una explosión gigante.Muchas personas que estaban desalojando el edificio quedaron atrapadas en los ascensores y por encima del piso 85."Estados Unidos está bajo ataque", le susurró al oído a Bush su jefe de gabinete.Al llegar al piso 31, Dittmar y un puñado de compañeros de infortunio se cruzaron con bomberos y rescatistas que corrían escaleras arriba. "Su mirada lo mostraba, sabían que no regresarían", dice.Dittmar demoró unos 50 minutos en llegar a la planta baja y luego caminó hacia el norte con un colega en medio de los escombros cuando de repente, a las 09h59, escuchó el ruido ensordecedor del derrumbe de la torre sur.Y casi instantáneamente "el grito de decenas de miles de personas" en pánico, testigos de la tragedia televisada en directo al mundo.Al Kim, un paramédico de 37 años, se preparaba para acoger heridos en el hotel Marriott, frente al WTC, cuando escuchó un ruido tremendo y se lanzó bajo una camioneta estacionada bajo un puente para protegerse.La torre sur se desplomó en 10 segundos, matando a más de 800 civiles y rescatistas que estaban en la zona. La polvareda era tan inmensa que Kim quedó en total oscuridad."No puedo creer que vaya a morir así", pensó. Cuando consiguió salir de allí, "tan lejos como abarcaba la vista, la devastación era total", recordó."No podía respirar de tan acre que era el aire. Recuerdo utilizar mi camiseta para taparme la boca. No podía ver mis manos junto a mi cara", contó a la AFP casi 20 años después, al recorrer emocionado por primera vez la explanada del Museo y Memorial del 9/11, a pasos del puente que podría haberse desplomado pero que se mantuvo firme y le salvó la vida.Con los ojos heridos, cejas y vías respiratorias quemadas y el cuerpo cubierto de una gruesa capa de cenizas, escuchó la voz de dos colegas, los ubicó y los tres se tomaron de la mano "como niños de escuela". Así avanzaron en la oscuridad total, entre escombros y llamas.Escuchaban alarmas que sonaban sin parar. No lo sabían aún, pero eran los sensores de decenas de bomberos enterrados bajo los escombros, que se activan si no hay movimiento durante un cierto tiempo.Media hora antes, a las 09h30, ya informado del ataque contra la segunda torre, Bush había calificado los atentados de "tragedia nacional". "El terrorismo contra nuestra nación no prevalecerá", dijo.En el Pentágono, el cuartel general del departamento de Defensa situado en Arlington, Virginia, Karen Baker, una experta en relaciones con la prensa del ejército que entonces tenía 33 años, ya sabía a esa hora que los ataques contra el WTC no habían sido un accidente, pero se sentía "en el lugar más seguro del mundo".Caminaba desde la cafetería del Pentágono hacia su escritorio cuando el vuelo 77 de American Airlines que había despegado del aeropuerto de Washington Dulles hacia Los Ángeles con 59 pasajeros y tripulantes a bordo, secuestrado por cinco yihadistas, se estrelló contra la fachada oeste del edificio de concreto reforzado. Eran las 10h15."Fue una explosión fuerte y luego sentimos un temblor", recuerda. "Pensamos entonces que era una bomba".A las 09h58, Edward Felt, pasajero del vuelo 93 de United Airlines que había despegado de Newark, Nueva Jersey, con destino a San Francisco, logró encerrarse en el baño y llamar al teléfono de emergencias 911 para denunciar que su avión había sido secuestrado por cuatro yihadistas que se apoderaron de la cabina y desviaron la nave hacia Washington DC.Fue una de las últimas de 37 llamadas de móvil hechas por pasajeros y tripulantes a familiares desde el avión secuestrado.Otro pasajero, Jeremy Glick, logró explicar a su esposa en tierra que los pasajeros votaron y decidieron asaltar la cabina, pero que aguardaban sobrevolar una zona rural para actuar."¿Están listos? Vamos", dijo otro, Todd Beamer, mientras hablaba por teléfono con un interlocutor en tierra.El enfrentamiento fue breve: cinco minutos después de la llamada de Felt, a las 10h03, el avión se estrelló a 900 km/h contra una colina arbolada cerca de la pequeña comunidad de Shanksville, en Pensilvania, a 20 minutos de la capital estadounidense.Gordon Felt, hermano de Edward, se hallaba en el campo, al norte de Nueva York, trabajando en una colonia para jóvenes autistas.Casi 20 años más tarde, en el lugar donde cayó el avión y donde se construyó un memorial en un inmenso parque, recuerda que cuando se enteró de que Edward estaba en el avión secuestrado le dejó un mensaje en el contestador de su celular. "Ed, cuando aterrices llámanos, estamos inquietos".Unas horas más tarde, su cuñada le llamó para decirle que no había ningún sobreviviente, y pidió a Gordon dar la terrible noticia a su madre.A las 10h28 colapsó la torre norte del WTC tras arder durante 102 minutos.El alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, llamó a la calma desde la zona de los ataques y ordenó a la población evacuar el sur de Manhattan a las 11h02.Miles de residentes y trabajadores de la zona comenzaron entonces a marchar a pie durante horas por calles y carreteras hacia el norte de Manhattan o cruzando puentes hacia Brooklyn. Decenas de ferrys, yates y barcos pesqueros acudieron al rescate para evacuar a cientos de miles de personas por el río Hudson hacia Nueva Jersey.A las 12h16 las autoridades decretaron el cierre total del espacio aéreo tras despejar del cielo estadounidense a más de 4.500 aviones.Durante varias horas los rescatistas y bomberos se afanaron en hallar sobrevivientes de los atentados entre los escombros. Al Kim y otros rescatistas consiguieron salvar al bombero Kevin Shea, enterrado entre los escombros y gravemente herido. Fue el único sobreviviente de los 12 miembros de su brigada.Hacia las 12h30, un grupo de 14 personas fue rescatado de la torre norte, donde quedó protegido por un pedazo de escalera que milagrosamente no se derrumbó. El último rescate exitoso tuvo lugar al mediodía del 12 de septiembre.El chef Lomonaco intentó hacer una lista de los empleados que estaban en el restaurante en el momento de la tragedia. Muchos no respondían. Tras varios días se enteró de que eran 72 de un total de 450. Ninguno sobrevivió.Bush fue evacuado desde la escuela primaria de Florida a la base aérea de Barksdale, en Luisiana (sur), a las 13h04, y puso a las fuerzas armadas en "estado de alerta máxima". Más tarde fue trasladado a otra base aérea en Nebraska (centro), y finalmente fue autorizado a regresar a la Casa Blanca, en Washington DC, hacia las 19h00.Su vicepresidente, Dick Cheney, que estaba en la Casa Blanca cuando ocurrieron los ataques, fue evacuado de la residencia presidencial en la mañana y llevado a un búnker.Dittmar, que halló refugio en el apartamento de una amiga, solo pencaba en una cosa: irse de Nueva York.Finalmente consiguió tomarse un metro repleto de gente al final de la tarde -la circulación fue reanudada tras una paralización total de una hora y media- y llegar a la estación de trenes Penn Station, donde compró un billete a Pensilvania, donde viven sus padres.En el tren todo el mundo estaba en silencio, nadie decía una palabra. Cuando Dittmar, de 44 años, llegó a las 19h00, su madre lo abrazó y le acarició el cabello. "Era exactamente eso lo que precisaba en ese momento".Estaba exhausto y no alcanzó a ver el discurso de Bush a las 20h30, en el que anunció un saldo provisorio de "miles de muertos". Finalmente serían 2.753 víctimas en Nueva York, 184 en el Pentágono y 40 en Shanksville."Estamos buscando a quienes cometieron estos actos malvados (...) No haremos distinciones entre los terroristas que cometieron estos actos y quienes los protejan", dijo Bush.Al llegar a su casa esa noche tras cruzar un Washington acordonado por las fuerzas del orden, Karen Baker comenzó a digerir la enormidad de lo ocurrido al abrazar a su marido y a sus dos hijos."La pura tensión los había llevado al límite y estaban llorando. Se desmoronaron. Eso fue realmente duro de ver", contó.El paramédico Al Kim permaneció entre los escombros de las torres hasta la noche, cuando una ambulancia lo llevó hasta su trabajo en Brooklyn.Condujo a su casa aún cubierto de polvo de pies a cabeza por calles completamente desiertas, con las luces de emergencia en el techo del coche para que la policía no lo detuviera.Al llegar, se emocionó. "Era muy tarde, la mitad de la noche. Me duché. Y al día siguiente temprano en la mañana estaba de regreso, había mucho que hacer, y muchos funerales a los que acudir". Escuche la crónica sonora de Ricardo Espinosa en BLU Radio:
La mujer estadounidense que acusa al príncipe Andrés de haber abusado de ella cuando era menor de edad a través de la red de tráfico sexual del financiero Jeffrey Epstein presentó el lunes una denuncia en Nueva York contra el miembro de la realeza británica, según informaron ella y su abogado.La denuncia, vista por la AFP, afirma que el duque de York, segundo hijo de la reina de Inglaterra, es "uno de los hombres poderosos" a los que Virginia Giuffre fue "entregada con fines sexuales".Los hechos ocurrieron entre 2000 y 2002, cuando la denunciante tenía 16 años, y se hicieron a través de la extensa red de tráfico sexual por la que Epstein fue encarcelado. El financiero se suicidó en una prisión de Manhattan en el verano de 2019."Hago responsable al príncipe Andrés de lo que me hizo. Los poderosos y los ricos no están exentos de rendir cuentas. Espero que otras víctimas vean que es posible no vivir en el silencio y el miedo", dijo Giuffre en una declaración difundida a los medios de comunicación."No fue una decisión tomada a la ligera. Como madre y esposa viene mi familia primero. Sé que esta acción me someterá a más ataques por parte del príncipe Andrés y sus representantes legales", agregó.Retiro de la vida pública En la denuncia Giuffre afirma que los abusos se produjeron en la casa londinense de Ghislaine Maxwell, una mujer supuestamente encargada de hacerse amiga de las niñas, salir con ellas de compras y al cine, antes de convencerlas de dar masajes desnudas a Epstein, durante los cuales se llevaban a cabo actos sexuales."Epstein, Maxwell y el príncipe Andrés forzaron a la denunciante, una niña, a tener relaciones sexuales con el príncipe Andrés contra su voluntad", señala el documento.Giuffre, ahora de 38 años, también asegura que Andrés abusó de ella en la mansión de Epstein en Nueva York y en Little St. James, la isla privada del financiero en las Islas Vírgenes.El príncipe Andrés, de 61 años, negó "categóricamente" estas acusaciones en una entrevista con la BBC en noviembre de 2019.El miembro de la casa real británica expresó incluso sus dudas sobre la autenticidad de una foto en la que aparece con Giuffre y, al fondo, Maxwell, que sigue encarcelada por el caso Epstein.A pesar de sus desmentidos, su asociación con el empresario estadounidense le ha obligado a retirarse de la vida pública.
La actriz estadounidense Lisa Banes, conocida por sus papeles en las películas "Cocktail" o "Gone Girl" ("Perdida"), falleció tras haber permanecido en estado crítico desde el pasado 4 de junio, al sufrir un atropello en Nueva York."Estamos desconsolados por el trágico y sin sentido fallecimiento de Lisa. Era una mujer de gran espíritu, amabilidad y generosidad y dedicada a su trabajo, ya sea en el escenario o frente a una cámara y más aún a su esposa, familia y amigos. Tuvimos la suerte de tenerla en nuestras vidas ", dijo su manager David Williams, según la cadena NBC.El pasado 4 de junio, la Policía de Nueva York recibió una llamada de emergencia sobre las 18.30 (22.30 GMT) para informar de una colisión de un vehículo, que había atropellado a una persona en la zona oeste de Manhattan, cerca del popular centro cultural Lincoln Center."A su llegada, los agentes observaron a una mujer de 65 años que yacía sobre la calzada con una contusión severa en la cabeza", confirmó la Policía, que señaló que Banes fue entonces trasladada al Hospital Mount Sinai Saint Luke, en estado muy grave.El incidente es investigado por el departamento de colisiones de la Policía, que determinó que Banes estaba cruzando la Avenida Amsterdam cuando un ciclomotor la atropelló y después se dio a la fuga.Según su representante, Banes permanecía en el hospital Mount Sinai Morningside y había sufrido una grave lesión cerebral traumática de la que no pudo recuperarse.Banes ha actuado en cine, televisión y obras de teatro. En 1981 ganó el Theater World Award por su interpretación de Alison Porter en "Don't Look Back in Anger", y recibió una nominación a mejor actriz en los Drama Desk Award por su papel en "Isn't it Romantic?" en1984.Además, apareció frecuentemente en las series "The King of Queens" (El Rey de Queens"), "Six Feet Under" (A dos metros bajo tierra"), "Nashville" y "Royal Pains", e interpretó personajes centrales en los films "Cocktail" (1988) y "Gone Girl" (2014).
William Lara (Joe Lara), protagonista de la serie "Tarzán: The Epic Adventures", falleció junto a su esposa, Gwen Shamblin Lara, fundadora de una iglesia que vinculó el cristianismo con la pérdida de peso, y otras cinco personas después de que la avioneta en la que viajaban se estrellara en EE.UU., informó este domingo la congregación.Lara, también conocido como Joe Lara y quien había nacido en 1962 en San Diego (California), encarnó a Tarzán en la serie transmitida entre agosto de 1996 y mayo de 1997. Interpretó ese personaje también en 1989, en la cinta Tarzán in Manhattan.Durante su carrera participó en producciones realizadas en países como Sudáfrica, Bulgaria y Rusia, indicó el portal de información de la industria cinematográfica IMDb, que destacó que además era piloto y un buceador certificado.En un comunicado en su página web, la iglesia Remnant Fellowship confirmó hoy el "inesperado fallecimiento" de sus siete líderes.El departamento de bomberos y rescate del condado de Rutherford informó el sábado que el pequeño avión había salido ayer del aeropuerto de Smyrna, en Tennessee, con rumbo a Palm Beach, en Florida.La aeronave, una Cessna 501, se estrelló en el lago Percy Priest poco después de despegar, según el informe.Además del matrimonio Lara, los otros ocupantes de la aeronave eran Jennifer J. Martin, David L. Martin, Jessica Walters, Jonathan Walters y Brandon Hannah, señaló el grupo de bomberos y rescate, y apuntó que se presumía que "todos" habían fallecido.En el lugar del siniestro se encontraban este domingo distintas agencias trabajando en la investigación y en la recolección de los restos del aparato.Remnant Fellowship describió en su comunicado a los fallecidos como "las mejores y más amorosas" personas y calificó lo ocurrido como una "horrible tragedia".Además, indicó que los hijos de su fundadora, Michael Shamblin y Elizabeth Shamblin Hannah -que Gwen Shamblin Lara tuvo junto a su primer esposo, David Shamblin-, tienen la intención de continuar su sueño.Consultado por EFE, un portavoz de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés) indicó que están investigando el siniestro y que emitirán un informe preliminar en aproximadamente dos semanas."La investigación completa tardará uno o dos años en culminar", agregó el portavoz, que no suministró detalles sobre lo ocurrido ni la condición de los ocupantes del avión.
Una mujer y un niño fueron disparados este sábado en Times Square, en Nueva York, donde se vivieron momentos de tensión y la policía local ha desalojado parcialmente la plaza mientras busca al atacante, según informaron medios locales.De acuerdo al canal NBC, el suceso tuvo lugar cerca de las cinco de la tarde, cuando el turístico lugar estaba lleno de gente, y las víctimas han sido trasladadas a un hospital cercano, pero no se teme por su vida.El alcalde Bill de Blasio dijo en su cuenta de Twitter que los "viandantes inocentes están en condición estable" y que las autoridades están "localizando" a los "autores" del tiroteo para llevarlos ante la justicia."El flujo de armas ilegales en nuestra ciudad debe parar", agregó, en referencia al incremento en tiroteos y crimen en la ciudad en los últimos meses. "Debido a una investigación policial, evite la calle 44 con la Séptima Avenida en Manhattan. Espere presencia policial en Times Square y retrasos residuales de tráfico en los alrededores", avisó la Policía a través de su cuenta de Twitter.Según imágenes de las cámaras en directo disponibles en Times Square, a las 18.30 hora local (20.30 GMT) el tráfico de vehículos y peatones estaba cerrado, con varias decenas de agentes desplegados en la calzada.Las imágenes grabadas por viandantes y subidas a las redes sociales en los momentos posteriores a los disparos muestran una gran confusión y tensión, con personas corriendo y preguntando qué había ocurrido.
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El Día de la Madre es una de las festividades más importantes del año para muchos, ya que durante esta celebración se reconoce el amor incondicional y los sacrificios que ellas han hecho por nuestro bienestar.Es por eso que durante esta fecha, algunas personas suelen regalar detalles como flores, chocolates, un almuerzo, o incluso un viaje para ellas o en familia.Vuelo más económico a nivel nacionalCon motivo del Día de la Madre, que este año se celebra el 12 de mayo, Avianca ofrece a sus usuarios una serie de promociones en vuelos nacionales e internacionales desde 59.300 pesos colombianos por trayecto.El vuelo más económico que ofrece la aerolínea es la ruta Pereira - Medellín, disponible desde el pasado domingo 5 de mayo.Ofertas desde BogotáPor otro lado, si usted se encuentra en Bogotá, el vuelo más económico lo podrá encontrar desde los 65.600 pesos colombianos.Día de la Madre en Colombia 2024: cuándo es y qué significaListado de las promociones desde BogotáBogotá – Pereira: $ 65.600Bogotá – Medellín: $ 67.400Bogotá – Cartagena: $ 99.700Bogotá – Santa Marta $ 113.400Bogotá – Armenia: $ 142.200Bogotá – Bucaramanga: $158.300Bogotá – Ibagué: $ 171.600Bogotá – Cali: $174.800Bogotá – Montería: $ 183.100Bogotá – Pasto: $ 185.600Bogotá – Valledupar: $ 194.200Bogotá – Yopal: $ 194.800Bogotá – Villavicencio: $ 195.600Bogotá – Barranquilla: $ 196.500Bogotá – Barrancabermeja: $ 198.900Bogotá – Riohacha: $ 212.22Bogotá – Cúcuta: $ 214.800Bogotá – Popayán: $ 218.600Bogotá – Neiva: $ 224.300Bogotá – Ipiales $229.600Bogotá – San Andrés $308.000Bogotá – Leticia $314.100Bogotá – Ciudad de Panamá $475.100Bogotá – Quito $545.800Bogotá – Curazao $553.600Bogotá – Aruba $604.700Bogotá – San José de Costa Rica $640.000En la lista de promociones que podrá redimir hasta el mes de noviembre de 2024, encuentra otros destinos como Fort Lauderdale, Guayaquil, Miami, Washington, Ciudad de Guatemala, Santo Domingo, Orlando, Tegucigalpa, Asunción, Ciudad de México, Santiago de Chile, San Juan de Puerto Rico, Lima, San Cristóbal - Galápagos, Baltra - Galápagos, Manaos, Cancún, San Francisco, Los Ángeles, Caracas, Cusco, Santa Cruz de la Sierra, Punta Cana, Toronto, Nueva York, Las Vegas, Boston, La Paz, Montreal, Montevideo, San Salvador, Belo Horizonte, Río de Janeiro, São Paulo, Managua, Bueños Aires, Huston, París, Madrid, Barcelona y Londres.No caiga en estafasRecuerde que si va a revisar las promociones, debe ingresar directamente a la página de la aerolínea y verificar que el hipervínculo y la página no tengan errores de ortografía. Si encuentra una promoción en las redes sociales, es mejor que revise desde su navegador o contacte directamente a la aerolínea para confirmar la información.
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