Me gustan las historias de superación. La vida de esas personas que no se han dado por vencidas ante las dificultades y carencias, sino que críticamente encuentran formas para realizar sus sueños y ser felices. Ando siempre a la caza de ese tipo de relatos, sobre todo porque a veces siento que muchos hacen de su pobreza y limitaciones una excusa para no construir un proyecto con sentido que sea significativo.
Es claro que el Estado tiene que luchar por garantizarles a todas las personas las condiciones necesarias para que vivan dignamente, pero también tenemos que crear contextos en los que cada uno entienda que no se puede dar por vencido y debe enfrentar las situaciones adversas para superarse. Requerimos hacer consciente a cada persona de que son responsables de su existencia y no pueden dejar que las carencias se vuelvan fuente de amargura y resentimiento.
Por eso me alegró mucho encontrarme una historia de superación personal que de alguna manera refleja la resiliencia que tienen aquellos que sueñan con hacer que su vida sea mejor. Este es el caso de Natalia Madrid, una joven en Montería que prácticamente pagó sus estudios vendiendo obleas de 1.000 pesos durante su carrera, y que se hizo viral porque al graduarse, posó con ellas.
Creo que esta historia refleja el poder que tienen aquellos que deciden transformar positivamente sus vidas. No se trata de romantizar la pobreza, ni mucho menos, sino de admirar un acto de la realidad que demuestra una historia real de superación. Con esto me queda claro que ante las dificultades podemos darnos por vencidos, amargarnos y usarlas como excusas para la violencia, o trabajar por lograr que haya justicia social, y ser dueños de nosotros mismos.
Confío firmemente en nuestra capacidad como seres humanos de superar las situaciones contrarias y de crear realidades diferentes y mejores siempre. Creo que la mayor enseñanza que me deja el caso de Natalia es que quien asume responsablemente su vida, hace que lo que podría ser una piedra de tropiezo, se convierta en un escalón para llegar más lejos.
Esta es la historia de Natalia Madrid
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