Detrás de la nueva crisis en las negociaciones entre el Gobierno Nacional y el ELN está uno de los principales temores de esa guerrilla de cara a los diálogos de paz, que es la incertidumbre sobre si existe o no unidad de mando del Comando Central de ese grupo armado ilegal sobre todos los frentes que hay en el país
El detonante del anuncio del ELN de llamar a consultas a su equipo negociador de paz y suspender los diálogos actuales con el Gobierno fue el anuncio del inicio de diálogos de paz regionales en el departamento de Nariño, en los que expresaron su interés en participar, los integrantes del Frente Comuneros del Sur de esa guerrilla.
En un video grabado en las montañas de Nariño, el máximo cabecilla de ese grupo no solamente pide pista en los diálogos regionales liderados por el gobernador Luis Alfonso Escobar, sino que advierte que, si esas negociaciones son exitosas, ellos, el Frente Comuneros del Sur del ELN, estaría dispuesto a dejar las armas.
Pero este no es el único caso que pone en entredicho la unidad de mando en el ELN: algunas personas que tienen conocimiento del conflicto aseguran que, además del Frente Comuneros del Sur, otras facciones de esa guerrilla, como el Frente de Guerra Occidental que delinque en Chocó, estarían dispuestos a participar en diálogos regionales de paz.
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La lógica del Comando Central del ELN los lleva a pensar que negociar con el Gobierno sin la presencia de todos sus frentes de guerra, los pone en una situación de desventaja y debilidad, razón por la cual, desatan la crisis de esta madrugada.
En el comunicado de anoche, la delegación de paz del Gobierno le respondió al ELN advirtiendo que es su responsabilidad cada una de las consecuencias violentas que pueda tener la eventual suspensión de los diálogos, pero, además, le dice, palabras más, palabras menos a esa guerrilla, que ellos son los responsables de mantener la unidad de mando y que el Ejecutivo no está promoviendo mesas regionales alternativas.
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Sin embargo, vale la pena que el Gobierno explique con total claridad si hoy están autorizados alcaldes y gobernadores para adelantar negociaciones de paz con las condiciones que ellos consideren adecuadas, que puedan llevar eventualmente a la desmovilización de esas estructuras, situación por ahora sin antecedentes en Colombia.
Pero más allá de estas discusiones, el ELN debe honrar la palabra empeñada, es decir, debe cumplir con el cese bilateral al que se comprometió con el Gobierno hasta julio de este año y debe avanzar hacia la liberación de las tres personas secuestradas que permanecen en su poder.
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