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Próximo presidente debe amarrarse los pantalones y reformar verdaderamente el sistema penitenciario

La fuga de alias ‘Matamba’ se suma al episodio reciente en el que Carlos Mattos terminó utilizando un carro del Inpec para moverse como 'Pedro por su casa' en Bogotá.

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Cárcel La Picota - Bogotá -
Foto: Inpec

Vale la pena dedicar unos minutos para analizar a profundidad lo que está sucediendo con el sistema carcelario en Colombia, que ha hecho una crisis, pareciera irreversible; una situación que, aunque no es nueva, sí ha llevado a niveles absolutamente intolerables con lafuga de alias ‘Matamba’, un hombre de la mayor peligrosidad, un hombre muy cercano a alias ‘Otoniel’ y que, además, habría tenido vínculos con generales de la República, con coroneles del Ejército, que habrían formado parte de su red criminal para facilitar los negocios sucios de la droga en el suroccidente del país.

Y es que ‘Matamba’ también tendría en su nómina a un excomandante general de las fuerzas militares. Por eso investiga la Fiscalía al general Leonardo Barrero. Y por eso, más allá de la coyuntura que hoy muestra que de la forma absurda e increíble que se fugó alias ‘Matamba’, de la que en teoría es una de las cárceles más seguras de Colombia, la cárcel La Picota y el pabellón de extraditables, que en teoría es uno de los más seguros, Colombia necesita explicaciones y necesita que alguien asuma una verdadera responsabilidad política, porque lo que está pasando es absolutamente inaceptable.

La cárcel en Colombia y en el mundo es para quienes cometen delitos, para quienes tienen penas con la sociedad, para quienes han cometido algún tipo de actuación ilegal y están purgando por esos hechos. Y hoy en Colombia las cárceles tristemente son un rey de burlas. Lo que ha pasado con alias ‘Matamba’ este viernes, en medio de lo que significó una escena que pareciera de la picaresca, con una supuesta situación de una borrachera en otro pabellón, no da más espera. Se suma al episodio reciente en el que Carlos Mattos, quien aceptó haber cometido delitos manipulando el sistema judicial, terminó utilizando un carro del Inpec para moverse como 'Pedro por su casa' en Bogotá y despachar desde su lujosa oficina en el norte de la ciudad.

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Y todo esto pasa luego de que se hubiera fugado hace ya más de dos años a Aida Merlano de la cárcel de mujeres El Buen Pastor, sin contar los innumerables casos que hemos venido reportando en los últimos años: Juan Carlos Martínez Sinisterra ampliando su celda en la zona para políticos de la cárcel La Picota y las múltiples fugas, los múltiples negocios, las múltiples irregularidades de los paramilitares en el año 2008, que llevaron finalmente a la extradición hacia los Estados Unidos.

Colombia realmente busca responsabilidades políticas que vayan más allá del director de cárceles, que simplemente es un fusible, porque vendrá otro y será igualmente quemado, en medio de lo que significa un cáncer que ha hecho metástasis y que el próximo gobierno, porque este tiene el sol a las espaldas, solamente le quedan un poco más de cuatro meses y algunos ministerios ya pareciera que están haciendo balances y entregando rápidamente lo poco o mucho que hicieron.

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El próximo presidente de Colombia debe emprender una verdadera reforma carcelaria, una reforma penitenciaria que no signifique simplemente pañitos de agua tibia. Alguien tendrá que ponerle el cascabel al gato un día a esta situación, que es absolutamente inaceptable. Los colombianos que no delinquen están en las calles luchando día tras día para obtener el sustento de sus hogares, y los que delinquen viven como reyes en las cárceles, supuestamente, pagando penas, pero siguen burlándose de todos nosotros.

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