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Quién ha tenido un buen profesor ha tenido un buen modelo para ser feliz

Sé que los profesores con sus palabras y acciones diarias marcan el rumbo de la vida de los más pequeños.

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Alberto Linero
Foto: Instagram/plinero

Llevo días pensando en que los maestros son tan importantes como los padres de familia en el proceso de crianza. Su ejercicio de profesorva más allá de los conocimientos que se proponen en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Ellos, los maestros, terminan siendo fundamentales en el sentido y las opciones que toman en la vida sus estudiantes. Sé que los profesores con sus palabras y acciones diarias marcan el rumbo de la vida de los más pequeños. Hoy sobre todo creo que eso implica varias reflexiones serias que quisiera compartir:

1. Lo primero es entender que el trabajo de formación de los niños y niñas exige una alineación y articulación de equipo. No puede haber una incoherencia entre los valores que cada profesor manifiesta y la forma en la que se le hace frente a esos problemas fuera del aula, porque sabemos que eso genera nudos existenciales que sin duda con el paso del tiempo harán daño.

2. Es necesario generar condiciones dignas para que los maestros se puedan desarrollar en su oficio. Es importante que se les valore más allá de las palabras. De hecho, el viernes pasado me reuní en un conversatorio con psicopedagogas de Barranquilla, y me contaban que cada una tenia en promedio mil estudiantes para acompañar, lo cual hacía bien complicado el trabajo.

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3. Creo que los docentes tienen que ser conscientes de su labor, que deben evitar influencias ideológicas, religiosas y políticas, y ayudar a sus estudiantes a pensar seriamente.

Creo que los docentes deben generar equilibrios en el proceso de crecimiento de los estudiantes, y sé que eso se consigue en la medida en la que sean capaces de abrir el corazón para permitir que los estudiantes también se abran a expresar lo que sienten por decisión propia.

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Ojalá en adelante seamos capaces de recordar a nuestros maestros. Pensar en sus palabras, en sus acciones o en esos gestos que por más que pase el tiempo, no dejarán de existir. Sé que quien ha tenido un buen profesor, ha tenido un buen modelo para ser feliz.

Escuche la opinión de Alberto Linero:

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