La arremetida del Gobierno nacional y del partido Centro Democrático contra Naciones Unidas, contrario que disminuir ha venido incrementándose en las últimas horas.
Aunque el presidente Iván Duque intentó bajarle el tono a la controversia al afirmar que la reunión es respetuosa, la nueva tormenta proviene de dos nuevos orígenes: primero, un informe que el próximo miércoles verá la luz, del relato especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de otro lado del propio partido del presidente
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Michel Forst, el hombre que el próximo miércoles entregará un nuevo informe sobre la situación de derechos humanos en Colombia, denunció desde Ginebra (Suiza) que el Gobierno colombiano no le permitió regresar al país para hace run trabajo en terreno que permitiera nutrir el documento que será presentado en relatoría y que pretende ser una hoja de ruta para mejorar la protección de defensores de derechos humanos y líderes sociales.
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Forst ha dicho que Francisco Barbosa, entonces consejero presidencial para los Derechos Humanos y hoy fiscal general de la Nación, le había dicho en varias oportunidades que haría lo posible para que pudiera ingresar de Colombia. Sin embargo, luego se desentendió del tema y dijo que tenía que hablarlo directamente con la Embajada de Colombia en Suiza.
La situación es muy delicada porque el Gobierno colombiano se ha anticipado a la presentación de este informe diciendo que no tiene suficientes elementos claros, que las cifras no concuerdan y que en cualquier caso debería haber tenido en cuenta la posición de la administración nacional.
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Según Forst, esto es la primera vez que le ocurre y que, si bien puede haber diferentes al enfoque de algunos informes en torno a algunas cifras, en este caso lo que ocurre es que el Gobierno colombiano está desacreditando absolutamente el trabajo de su oficina en Colombia.
La otra tormenta proviene del Centro Democrático. El tristemente recordado Ernesto Macías, senador de la República, escribió en Twitter: “El presidente Iván Duque debería revisar la relación de Colombia con la ONU y cerrar esa oficina de la Comisionada de DD.HH., convertida en guarida politiquera con sesgo ideológico pasional. Acá tenemos Procuraduría, Defensoría del Pueblo y Consejería para los DD.HH.”.
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Hay que recordar al senador Macías que en octubre del año pasado su jefe, el presidente Iván Duque, ya había ratificado el mandato de esa oficina de Naciones Unidas y que más allá de las controversias, Colombia es un país que todavía necesita el acompañamiento internacional porque no somos capaces aún de sacar adelante la situación, manejo y esclarecimiento de las graves violaciones a los derechos humanos.
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La presencia de Naciones Unidas, a pesar de las controversias que existen, es necesaria en países como Colombia.
Escuche a Ricardo Ospina en Mañanas BLU:
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