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El terrible feminicidio de Sofía Delgado, la niña de 12 años que fue reportada desaparecida el pasado 29 de septiembre tras salir por un champú para su perrito, ha sacudido el país, después de que Brayan Campo, uno de los vecinos de la pequeña, confesara ser el autor del crimen.
Fue así como este jueves, 17 de octubre, la menor fue hallada desmembrada en un cañaduzal, y las pistas clave que llevaron a la captura de su asesino se encontraron en un lugar inesperado: una veterinaria local.
Tras la confesión de Campo ante un juez de Palmira, donde reconoció haber cometido los delitos de feminicidio agravado, secuestro simple agravado, secuestro tentado agravado y ocultamiento de pruebas, salió a la luz la declaración del confeso asesino.
La investigación tomó un giro crucial cuando la policía inspeccionó el local donde Campo vendía productos para mascotas. En el lugar, los investigadores hallaron rastros de sangre en el baño, que el asesino había intentado limpiar.
Tras realizar pruebas de ADN que compararon los restos biológicos encontrados con la madre de Sofía, Leidy Zúñiga, se confirmó que pertenecían a la niña. Además, las autoridades descubrieron prendas y zapatos de la menor dentro del establecimiento, lo que aportó más pruebas en el caso.
Brayan Campo, de 32 años, no solo confesó haber asesinado a la niña cuando esta se dirigía a comprar un champú para bañar a su perrita, sino que también admitió haber arrojado su cuerpo en el corregimiento de La Regina, donde la policía finalmente encontró sus restos.
Según las investigaciones, la niña salió de la casa de sus abuelos aquel 29 de septiembre para recoger un champú para su mascota. Mientras caminaba, pasó frente a un establecimiento de artículos para animales, el cual es propiedad de Campo, quien la engañó prometiéndole regalarle un collar para su perrito.
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Durante su interrogatorio, Brayan Campo confesó que utilizó los collares y accesorios para perros para atraer a la menor al interior del local. Según su relato, Sofía se percató del peligro e intentó escapar, pero Campo cerró la reja del establecimiento y la atacó con un utensilio de cocina.
Tras golpearla, la niña quedó inconsciente. El hombre confesó que después de dejarla dentro del local fue a almorzar a su casa como si nada hubiera sucedido. Una hora después, regresó al lugar y le quitó la vida a la pequeña.
Posteriormente, Campo envolvió el cuerpo en costales y lo trasladó en una motocicleta hacia un cañaduzal ubicado en la vía entre Candelaria y Florida, donde lo abandonó e intentó ocultarlo. Las autoridades también revelaron que, momentos antes de cometer el crimen, Campo había intentado secuestrar a otra niña de 12 años en el mismo día, aunque esta menor logró escapar.
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