El primero de junio se reactivó la economía en Medellín, con protocolos de bioseguridad en la apertura de locales y centros comerciales, la industria y la prueba piloto del sector hotelero.
Lo que sigue cerrado son los bares, las discotecas, los gimnasios y las iglesias, las cuales por orden del Gobierno Nacional no pueden reabrir, por ahora, hasta el 1 de julio.
Sin embargo, algunas iglesias en Medellín ya crearon su protocolo de bioseguridad para esa eventual reapertura: pusieron señalización en las bancas de los templos y ubicaron dispensadores de antibacterial cerca del altar, pensando en el momento de la comunión.
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El protocolo también contempla que los fieles podrían regresar a los templos con uso obligatorio de tapabocas.
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El sacerdote y párroco del templo 'San Juan Evangelista' en Medellín Mauricio Molina explicó cómo se aplicarían los protocolos para que los fieles puedan asistir a las ceremonias religiosas en su templo.
“Como se supone que ahora, por lo menos en este tiempo de contingencia, vamos a estar muy limitados en la plataforma de fieles, vamos a tener una cinta a lo largo de la fila, para que como en los centros comerciales se guarde la distancia de 2 metros a la hora de la comunión. Además, yo siempre uso gel antibacterial antes de ese contacto con los fieles”, dijo.
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Son 348 las iglesias que han estado cerradas por más de dos meses en Medellín y el Valle de Aburrá, que se suman al llamado de la Conferencia Episcopal para que les permitan la reapertura de los templos.
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