Las últimas palabras de soldado colombiano que murió en Ucrania: “Lo usaron como carnada”

El fallecimiento del soldado colombiano Diego Fernando Ríos, de 37 años, ocurrió en el marco de la guerra que libra Ucrania con Rusia, donde combatía a cambio de un salario mensual de 1.200 dólares. Según su familia, Ríos perdió la vida al ser alcanzado por un dron explosivo, un arma que había documentado en numerosas ocasiones durante su estancia en el país europeo. Ahora, sus seres queridos enfrentan el complejo proceso de repatriación de su cuerpo, un paso necesario para poder recibir cualquier indemnización.De acuerdo con su sobrina, Johana Ríos, el soldado dejó las filas del Ejército colombiano para unirse al esfuerzo militar extranjero con la promesa de obtener una estabilidad económica que le permitiría sostener a su familia. Estas palabras cargadas de dolor y frustración. En sus palabras, su tío era el único sustento de sus padres de avanzada edad y el pilar económico de la familia.Esta era la segunda vez que el militar viajaba a Ucrania con el objetivo de unirse a las fuerzas en guerra. En su primera misión, sufrió heridas graves al pisar una mina, lo que requirió la reconstrucción de una de sus piernas. A pesar de este incidente, Diego Fernando Ríos decidió regresar al frente, documentando en redes sociales la cruda cotidianidad del conflicto y su rol en las trincheras, donde acumulaba seguidores interesados por sus relatos directos desde el campo de batalla.Johana Ríos, entre lágrimas, relató que la muerte de su tío representa un golpe devastador para su familia. “Era nuestro sustento. Era mi tío, el hijo menor de mis abuelos”, expresó. La familia tiene ahora como prioridad lograr la repatriación del cuerpo, aunque el proceso está siendo más difícil de lo esperado. Según lo especificado en el contrato que firmó el militar, el seguro solo se haría efectivo si se logra identificar el cuerpo con pruebas dentales y dactilares, un requisito indispensable bajo las leyes colombianas. De no cumplir con estas condiciones, sus padres no recibirían ningún tipo de compensación económica.El caso de Diego Fernando Ríos ha servido como llamado de alerta para quienes son tentados por las propuestas de sumarse al conflicto en Europa oriental. La familia del soldado ha pedido a otros colombianos que evalúen los riesgos antes de aceptar ir a Ucrania como combatientes contratados. “No crean en cuentos de héroes, porque allá solo les espera la muerte”, advirtió la familia de Ríos ante las cámaras de Primer Impacto, poniendo en evidencia los peligros y las promesas vacías que enfrentan los reclutas de países extranjeros.La historia de Ríos también evidencia las difíciles condiciones humanas y legales con las que los soldados extranjeros deben lidiar al combatir en una guerra que no es la suya. La falta de garantías e indemnizaciones para los familiares en caso de fallecimiento resalta las precarias condiciones de quienes ingresan a estos ejércitos con la esperanza de una vida mejor. Primer Impacto detalló que la familia Ríos continúa sin recibir respuesta directa de las autoridades ucranianas en temas vinculados con la repatriación.El caso de Diego Fernando Ríos ilustra la tragedia de quienes buscan un mejor futuro a través de caminos llenos de peligros. Para su familia, el duelo ha comenzado con una lucha añadida para recuperar sus restos y cerrar un capítulo marcado por las consecuencias de un conflicto internacional en el que dejó no solo su trabajo, sino también su vida.